*Los aspirantes priistas a presidente municipal de Chilpancingo
Si existe una manera
didáctica de explicar el dicho aquel de que “lo único verdadero en la política
son los enemigos”, es el conflicto que traen Sergio Montes Carrillo con Pablo
Amílcar Sandoval Ballesteros.
Parece que el primero no
puede ver ni en pintura a su ex líder político.
Claro, tampoco en lonas,
menos si es en todo el estado.
Tan es así que presentó su
queja ante la Comisión de Quejas y Denuncias del Instituto Electoral y de
Participación Ciudadana (IEPC) de Guerrero, donde denunció al ex delegado del
gobierno federal Pablo Amilcar Sandoval Ballesteros, y a la revista 99 Grados,
por supuestas campañas anticipadas.
El propósito de Sergio
Montes se cumplió, porque el IEPC determinó que los espectaculares fueran
retiradas, cosa que no sucede hasta el momento.
Es decir, parece que es más
fácil pagar las sanciones económicas que retirar dichas lonas y sigan
cumpliendo su cometido.
La queja es que son parte de
una campaña anticipada y la Comisión determinó que se está vulnerando el
principio de equidad de la contienda, así que orden de retirar la publicidad es
con el fin de no violentar este principio.
Está claro que quien tiene
mayores posibilidades de ser el candidato de Morena es el exdelegado federal
Pablo Amílcar.
Sin embargo, sus propios
compañeros de partido son sus mayores enemigos.
Pese a ello, ha logrado
armar una estructura poderosa cuyo reto es imponerse a los demás.
Para este equipo no valdrán
las candidaturas externas, como la de Walton.
De Félix Salgado han dicho
“que se quite la careta y se vaya a otro partido a buscar la candidatura”.
Lo anterior lo dijo el
presidente del Consejo de Morena, Luis Enrique Ríos Saucedo, quien así
respondió a lo afirmado por Salgado Macedonio en el sentido de que “no será la
marca la que definirá el triunfo en el proceso electoral del 2021, sino la
fuerza del candidato”.
Esto valió para que Luis
Enrique insinuara que es un malagradecido y egoísta, y que Morena lo sacó del
olvido donde estaba.
“Lo que nos dice es que
busca su propio interés y si cree que puede prescindir del partido, pues de una
vez estaría bien que se quitara la careta y se mostrara tal cual es antes de
los comicios de 2021”, agregó el también diputado Ríos Saucedo.
En Morena los siguientes
días serán intensos para quienes participan en la contienda electoral interna.
EN CHILPANCINGO también se
mueven los aspirantes del PRI para la presidencia municipal.
Aunque son tres los
aspirantes en este partido para ocupar al puesto que hoy ocupa Antonio Gaspar
Beltrán, hasta el momento quien lleva delantera es Jorge Salgado Parra, quien
ha estado trabajando permanentemente por este importante espacio de gobierno,
pese a las dificultades en las que se encuentra el ayuntamiento y que una y
otra vez se los recuerda Gaspar Beltrán, como es el problema de Capach y los
recursos millonarios faltantes para la nómina.
Jorge tiene en currículum
haber sido diputado local, federal, director del (IEEJAG), y repetir en la
actual legislatura.
El diputado local ha sido
obligado a posponer sus pretensiones por acuerdos internos de su partido,
teniendo que esperar para participar por la presidencia de Chilpancingo.
Veremos si ahora le toca.
Otro aspirante es César
Armenta, quien ha sido síndico en el ayuntamiento capitalino, titular de la
secretaría Particular del gobierno del estado y actualmente ocupa un importante
cargo fiscal en la secretaría de Finanzas del gobierno estatal.
Hoy participa para la
elección interna del candidato a presidente municipal de Chilpancingo.
El subsecretario de
Educación, Jaime Ramírez Solís, es otro de los jóvenes políticos que dará la
pelea dentro de su partido para buscar ser elector candidato.
Jaime ha tenido varios
importantes cargos y ha sido diputado local suplente, director de personal y
subsecretario de Educación.
Los tres son parte de una
nueva generación que aspiran a un cambio generacional de políticos en el
estado.
Claro, están obligados a dar
resultados y mostrar esa cara de honestidad, transparencia, responsabilidad y
justeza que la sociedad exige, como medio para otorgarles la confianza de los
electores.