Eufórico
y disciplinado, en julio del año pasado el ex gobernador de Guanajuato, Juan
Manuel Oliva Ramírez, desparramaba optimismo respecto del futuro electoral en
la alianza PAN-PRD.
Incluso
subrayaba que la instrucción del presidente nacional panista, Gustavo Enrique
Madero Muñoz, era buscar que en municipios y estados en proceso electoral
surgiera el espíritu de aliados con el Partido de la Revolución Democrática.
Entonces
hablaba como un ordenado secretario general adjunto del CEN del Partido Acción
Nacional. Hoy, montado en su aspiración de presidir al PAN, rompió esa
disciplina y golpea y descalifica a Madero.
Y
desde una de las tribus albiazules, Oliva ha olvidado las alianzas con el PRD.
Importa más, como al senador Ernesto Cordero, presidir al feudo panista
nacional que atender las prioridades en dos procesos electorales en puerta,
donde el PRD ya se deslindó de Acción Nacional y rompió la que, en 2011 se
imaginaba una alianza para todo un sexenio, quizás no para toda la vida.
Y es
que, en 2011, cuando en el Estado de México se buscaba concretar la alianza
PAN-PRD para derrotar al PRI en los comicios por el gobierno estatal –Eruviel Ávila
era candidato del PRI que oteaba recuperar la Presidencia de la República--y
descarrilar la carrera presidencial del entonces gobernador mexiquense Enrique
Peña Nieto, ambos partidos emprendían una ruta de acuerdo político que,
confirmada y publicitada al inicio de la actual LXII Legislatura Federal, con
pivote en el Senado, se cimentaba en un frente que, sin embargo, comenzó a
hacer agua paradójicamente en el seno de
un acuerdo político: el Pacto por México.
Beatriz
Paredes Rangel, actualmente en la comodidad de la embajada de México en Brasil,
fue una de esas voces de la cúpula priista que descalificó aquella alianza que
contaba con el visto bueno del entonces presidente Felipe Calderón.
“Contranatura”, llamó Beatriz a ese amasiato político de perredistas y panistas
que enderezaron una severa campaña contra el gobierno de Peña Nieto en el nadir
del sexenio mexiquense. Y de paso le atoraban contra Eruviel Ávila.
Pero,
pese a la consulta ciudadana celebrada el domingo 27 de marzo de 2011 que dio
como resultado la aprobación de una alianza PAN-PRD en la contienda por el
gobierno mexiquense, finalmente Alejandro Encinas fue nominado por la alianza
PRD-PT-Convergencia, mientras Luis Felipe Bravo Mena fue el candidato del PAN.
Ambos,
sin embargo, prácticamente hicieron mancuerna en la embestida contra Eruviel,
candidato de la coalición “Unidos por ti”, integrada por el PRI-PVEM-PANAL,
quien finalmente los venció en las urnas con 62.54 por ciento de los sufragios.
Luego
vendría la derrota de Josefina Vázquez Mota y de Andrés Manuel López Obrador. Y
el PRI se alzó con la mayoría en el Congreso de la Unión. Por eso, la alianza
PAN-PRD se continuó y fortaleció en el Senado. Memorable la foto en la que se
captó a los coordinadores Miguel Barbosa y Ernesto Cordero del brazo y por la
calle. Aliados metieron en aprietos al coordinador priista Emilio Gamboa;
aunque el discurso aludía a la sana convivencia política.
Pero,
bueno, finalmente lo que un asunto de intereses unió, otro con fondo similar
aunque establecido en el procedimiento legislativo, el de la Reforma
Energética, rompió esa alianza, en ejemplo del ciclo histórico y la elemental
gravedad que ubica a cada elemento en su espacio. Agua y aceite por separado y
consecuencia de su estructura atómica.
Así,
ayer al término de la reunión de la Comisión Política Nacional del PRD, Jesús
Zambrano Grijalva cerró el ciclo del amasiato con el PAN. La ruptura en la
aventura aliancista. Inviable la alianza con el PAN en las elecciones de
Nayarit, Coahuila y Veracruz, a celebrarse en julio próximo.
Zambrano, presidente
nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), atribuyó a un acuerdo
de la Comisión Política Nacional el no ir en alianza con el PAN en las
elecciones de julio en estado de Nayarit, pese a que el perredismo nayarita
aprobó la alianza.
“Es inviable
políticamente una alianza electoral con el PAN en el estado de
Nayarit, asumimos que enfrentamos una situación que se ha dado a nivel
nacional, como resultado de la aprobación de reformas a la Constitución en
materia energética impulsadas por el gobierno de Peña Nieto… esto dificulta
enormemente las posibilidades de ir en una alianza con el PAN cuando serán
junto con el PRI nuestros principales adversarios”, adujo Zambrano y se acabó
el amor. ¿Por este año? Digo.