El Estado mexicano delega en el Estado Mayor Presidencial (EMP) la estricta observancia del derecho internacional y el derecho diplomático, ordenamientos jurídicos internacionales que consideran que durante la visita de un jefe de Estado a un país, el Estado sede tiene la responsabilidad de garantizarle la seguridad. Lo anterior implica un trabajo previo de coordinación con la Secretaría de Relaciones Exteriores, embajadas involucradas y otras autoridades del país visitante para ajustarse a los protocolos de seguridad establecidos de acuerdo a las disposiciones jurídicas nacionales.
Recíprocamente, cuando el Presidente de la República visita otro país, este organismo desarrolla una serie de actividades previas, protocolarias y de seguridad, en un marco de respecto a las leyes del país visitado y del derecho internacional.
La falta de observancia de la normatividad y prerrogativas del derecho internacional traería serias consecuencias políticas entre los países afectados; este organismo, además de la seguridad que debe proporcionar, tiene parte de esa alta responsabilidad diplomática.
Por otra parte, la Seguridad Nacional del Estado mexicano está definida como las acciones destinadas de manera inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia de los recursos nacionales y sus instituciones que con- llevan al “mantenimiento del orden institucional y el fortalecimiento de las instituciones democráticas del gobierno y la preservación de la democracia, fundada en el desarrollo económico, social y político del país y sus habitantes”.
Estos conceptos tienen relación directa con el titular del Poder Ejecutivo federal, ya que éste es el responsable de mantener la unidad, trabajo y coordinación entre todas las instancias dependientes del gobierno federal para orientar los esfuerzos enfocados a la preservación de la seguridad del país, sus recursos y sus habitantes, así como establecer las políticas orientadas al desarrollo de las potencialidades económicas y sociales.
Entre las facultades y obligaciones del Presidente de la República, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 89, párrafo VI: “Preservar la Seguridad Nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente o sea del Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacionales, con arreglo a las leyes”. Es preciso mencionar que este concepto delega gran parte de la responsabilidad del resguardo de la Seguridad Nacional a las Fuerzas Armadas, instituciones de donde el EMP satisface sus necesidades en materia de recursos humanos.
El artículo 15 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, establece: “El Presidente de la República dispondrá de un Estado Mayor Presidencial, órgano técnico militar que lo auxiliará en la obtención de información general; planificará sus actividades personales propias del cargo y las prevenciones para su seguridad y participará en la ejecución de actividades procedentes, así como en las de los servicios conexos, verificando su cumplimiento”.
Asimismo, el reglamento interior de la Presidencia de la República, en sus artículos 2 y 3, precisa el respaldo que debe dar esta institución a las funciones sustantivas a las que está obligado el presidente, asimismo, en su reglamento interno, el EMP establece la estructura, organización y funcionamiento como Órgano Técnico Militar, siendo una unidad administrativa de la Presidencia de la República, para facilitar el cumplimiento de sus atribuciones y facultades.
Lealtad y doctrina
Desde los aciagos y difíciles momentos que vivió el país hace 100 años, los entonces miembros del Estado Mayor del presidente Francisco I. Madero, los capitanes, Federico Montes Alanís y Gustavo Garmendia, mostraron una lealtad inquebrantable e institucionalidad ante las constantes amenazas a la vida del primer mandatario. Esta entrega y lealtad no pudo evitar el fatal desenlace que segó la vida del Presidente y que llevó a que, mediante un golpe de Estado, Victoriano Huerta tomara el poder. Sin embargo, se construyó y edificó una sólida doctrina que ha hecho de la lealtad una mística en todos los miembros de la institución. Se dice fácil, pero en 100 años de sucedidos esos acontecimientos, nunca un hecho que atente contra la vida de un presidente ha prosperado. Esto ha sido posible por los valores que el personal del EMP posee desde que se incorporan como cadetes a las Fuerzas Armadas, recibiendo el adoctrinamiento y la instrucción para mantener viva esta virtud.
Contribución a la seguridad nacional
El EMP ocupa un lugar muy particular dentro de la Administración Pública Federal (APF), ya que, por un lado, está integrado por personal proveniente de las tres Fuerzas Armadas Mexicanas, Ejército, Fuerza Aérea y Armada, fuerzas de los organismos de seguridad pública federal y del Distrito Federal, y tiene integrados civiles especialistas en apoyo a actividades de inteligencia, seguridad, logística, médicas y de administración. Por otro lado, es una unidad administrativa dependiente de la Presidencia de la República y una instancia del Consejo de Seguridad Nacional que encabeza el Presidente.
Las nuevas realidades de seguridad que enfrenta el Estado y la nación mexicana desde inicios del siglo XXI obligan a actualizar las doctrinas y procedimientos de los diversos órganos que participan en el resguardo de la Seguridad Nacional. En este sentido, el Plan Nacional de Desarrollo (2013-2018) orienta las políticas a seguir, a las cuales el EMP se ve obligado a cumplir.
La Ley de Seguridad Nacional, aprobada por el Congreso de la Unión en 2005 establece las bases de coordinación con instituciones y autoridades encargadas de preservar la Seguridad Nacional. De igual manera, con los niveles de gobierno estatal y municipal, el EMP interactúa diaria y cotidianamente para obtener un éxito y evitar contratiempos al desempeño de las actividades y la movilización del presidente.
La Presidencia de la República y el EMP se coordinan de forma cotidiana con la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, de la Función Pública, de Relaciones Exteriores, de Comunicaciones y Transportes, la Procuraduría General de la República, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional y la Policía Federal. Estas instancias trabajan coordinada y permanentemente cuando se requiere el apoyo de cada institución en el ámbito de sus responsabilidades, sea cual sea el escenario que se presente. En particular, el EMP resguarda la integridad del presidente de la República.
La Constitución de los Estados Unidos Mexicanos obliga a la configuración de instituciones permanentes para atender las diversas problemáticas de la sociedad por medio de la planeación e implementación de políticas públicas de mediano y largo plazo. El Ejecutivo federal, en su Plan Nacional de Desarrollo (2013-2018), contempla que el concepto jurídico de seguridad nacional incluye una serie de objetivos e intereses estratégicos nacionales, tales como la protección de la nación frente a las amenazas y riesgos; la preservación de la soberanía e independencia nacionales y la defensa del territorio; el mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las instituciones democráticas de gobierno; la unidad de las partes integrantes de la Federación y la defensa legítima del Estado mexicano respecto de otros Estados o sujetos de derecho internacional.
Uno de los principales retos del EMP fue mostrar su profesionalismo durante los procesos de alternancia política que vivió el país a partir del año 2000. Esto le ha ganado el reconocimiento de la población y el conjunto de las fuerzas políticas del país, siendo un factor que influye cotidianamente en la estabilidad, credibilidad y confianza, contribuyendo, de esa manera, en su área de especialidad, a darle certidumbre a los procesos políticos y a la misma sociedad mexicana.
Misiones del EMP
Según el reglamento de la institución, sus responsabilidades fundamentales son:
1. Garantizar la seguridad del Presidente de la República, de su familia, de jefes de Estado y/o de Gobierno extranjeros que visiten el territorio nacional y de los ex presidentes de la República. Igualmente se apoya el resguardo de otras personas o visitantes distinguidos que por la importancia de su cargo o encomienda, o por su situación, expresamente ordene el titular del Ejecutivo federal.
2. Garantizar la seguridad permanente de los inmuebles donde el Presidente de la República resida o labore habitualmente.
3. Desarrollar las actividades de inteligencia y contrainteligencia necesarias para el cumplimiento de sus funciones, contando con el apoyo y la cooperación de otros órganos especializados.
4. Planear y organizar las tareas conexas a la participación del Presidente de la República y de su esposa en giras y eventos públicos, proporcionando los recursos humanos y materiales que se requieran en apoyo de sus actividades.
5. Proporcionar a sus unidades el apoyo logístico necesario para el cumplimiento de sus funciones.
Complejidad de la institución
Los servicios de logística e infraestructura que se requieren para el funcionamiento de la institución presidencial son trascendentales tanto para la estabilidad como para la conducción de los asuntos de la Nación. Facilitar el trabajo del Presidente se convierte en el pilar fundamental para el cumplimiento de sus atribuciones constitucionales. La importante tarea que tiene el EMP es desplegar condiciones y protocolos de seguridad para permitir el contacto y convivencia del Presidente de la República con la sociedad en los eventos a que asiste, facilitando la interacción con la ciudadanía, pues las personas buscan la forma de acercársele para saludarlo, tomarse alguna fotografía o video, hacerle una petición, felicitarlo, entregarle un documento, e incluso hacerle reclamos por acciones de su gobierno contrarios a sus políticas implementadas.
Así, el EMP garantiza que el Presidente de México se traslade oportunamente a cualquier lugar del país para atender personalmente a la población cuando es víctima de desastres naturales (huracanes, sismos, epidemias, deslaves), o aquellos provocados por el hombre (incendios, accidentes). Igualmente, no se pueden evitar visitas de trabajo a lugares considerados con altos índices de inseguridad, prevaleciendo siempre su seguridad.
Este tipo de situaciones, aunque parecen relativamente normales para el resto de la sociedad, merecen una actuación adecuada de los integrantes del EMP. Estos tienen un entrenamiento especializado que garantiza la tolerancia a las provocaciones y situaciones difíciles; se debe tener conocimiento de la idiosincrasia regional; se procede de modo incluyente y respetando los derechos humanos y la equidad de género, evitando cualquier conducta discriminatoria de minorías. En todos los casos, las movilizaciones del Presidente obligan a conocer la problemática social para determinar vulnerabilidades y emplear las tecnologías para el desarrollo de sus funciones.
Como ya se mencionó, el EMP está conformado por personal selecto de las tres Fuerzas Armadas, policiacas y civiles, a través de procesos de evaluación que conjugan experiencia y amplio conocimiento en aspectos como: la especialización en protección de personas, inteligencia, logística, ciencias médicas y administración. Siempre se está a la vanguardia en el empleo de nuevas tecnologías, y en todos los casos se procura la actuación con respeto absoluto a los Derechos Humanos.
El EMP, al interactuar intensamente con autoridades de los tres niveles de gobierno y con actores públicos y privados que tienen injerencia en las decisiones políticas, económicas y sociales de México, coadyuva intrínsecamente al resguardo de la seguridad nacional.
Composición y funcionalidad del EMP
En el ámbito de las actividades logísticas, el EMP administra la flota aérea presidencial, integrada por aviones y helicópteros que transportan al Presidente de la República, al personal propio del Estado Mayor Presidencial y Cuerpo de Guardias Presidenciales.
También transportan con menor recurrencia a jefes de Estado o de Gobierno que visitan nuestro país y otras personalidades. Estas funciones se realizan durante los eventos y giras a los que asiste el Presidente en el país y el extranjero. Éstas engloban aspectos técnicos de organización y protocolo, instalación y control de comunicaciones y energía eléctrica, atención médica, ayudantía militar, organización de convoyes y establecimiento de rutas terrestres y aéreas.
Para las anteriores funciones, el EMP cuenta con el Cuerpo de Guardias Presidenciales, el 24 Batallón de Infantería de Marina de Guardias Presidenciales y el Grupo Aéreo de Transportes Presidenciales.
Conclusiones
El EMP se ha ido actualizando para responder adecuadamente a las nuevas necesidades y requerimientos del contexto social, político y económico. En el contexto democrático en el que vivimos los mexicanos, apoyar las actividades del Presidente es complejo, por lo que la institución debe afrontar todos los días nuevos retos y desafíos.
A fin de cumplir las funciones y responsabilidades que le impone la Constitución y sus leyes derivadas al Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, el EMP le proporciona la seguridad necesaria para poder llevarlas a cabo, auxiliándolo con la asesoría, el apoyo técnico y la coordinación en tareas propias de inteligencia, seguridad y logística.
La institución presidencial representa un elemento importante en la vida nacional, es decir, su seguridad personal resulta fundamental para mantener la estabilidad y el funcionamiento cotidiano de sus labores, para alcanzar los objetivos nacionales. Así, el Estado Mayor Presidencial aporta sus recursos, inteligencia, tecnología y coordinación para velar por la seguridad del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos y coadyuvar con la seguridad nacional en beneficio del desarrollo del Estado mexicano.
El Universal