ESTE JUEVES, EL PRESIDENTE
DE NUESTRO PAÍS, firmó un acuerdo con el de El Salvador, por el cual el
gobierno mexicano donará a aquel país 30 millones de dólares, y anunció que lo
mismo hará con Guatemala y Honduras. Es decir, el presidente Andrés Manuel López
Obrador también les regalará 30 millones de dólares a cada uno de ellos.
Y mientras el presidente
López Obrador regala dinero a El Salvador, a Guatemala y a Honduras, en México,
en el país que gobierna, despide trabajadores, recorta apoyos a programas y
otros los desaparece, en agravio de niños, de ancianos, de discapacitados, de
enfermos terminales, de mujeres con cáncer, y de otros tantos mexicanos cuyo
delito es que recibían apoyos del anterior gobierno.
Deveras. No se entiende,
por más que uno fume marihuana, cómo es que el presidente Andrés Manuel López
Obrador regale millones de dólares a otros países, pretextando una ayuda que no
le han pedido, y por otro lado, esté despidiendo a miles de mexicanos de sus
empleos. No se entiende que a los campesinos de Guerrero les esté escamoteando
recursos para el fertilizante, mientras a los gobiernos de otros países les
mande recursos para que generen empleos en favor de sus habitantes.
No. No es posible que el
presidente de nuestro país recorte recursos en salud, y en los hospitales no
haya medicamentos y esté despidiendo a médicos y enfermeras, con el pretexto de
que hay corrupción, sin mostrar pruebas, y por otra parte esté enviando dinero
a otros países. No es posible que haya desaparecido los comedores comunitarios,
que tanta falta hacen a la gente más
pobre y necesitada de México, con el argumento de la austeridad, y esos
recursos ahorrados los ande regalando para quedar bien con otros países.
Y no es posible porque
esos 30 millones de dólares que regalará a El Salvador, así como los 30
millones que también entregará a Honduras, y los otros 30 millones que enviará
a Guatemala, hacen falta en nuestro país para darle empleo a los mexicanos que
fueron despedidos por su gobierno, o para brindarle salud a las familias que se
quedaron sin el programa Prospera por haberlo desaparecido.
Esos 30 millones de
dólares que regalará a El Salvador, más los 30 millones que entregará a
Guatemala, más los otros 30 que enviará a Guatemala, que suman en total 90
millones de dólares, hacen falta en Guerrero para construir o rehabilitar
carreteras, para darle más fertilizante a los campesinos, para construir más
aulas, centros de salud u hospitales, para contratar más médicos y enfermeras y
también para comprar medicinas, para más redes de electricidad, redes de
drenaje y redes de agua potable, para proyectos productivos, para apoyos a
discapacitados y ancianos, o para apoyar a las madres solteras.
Esos 90 millones de pesos,
Presidente López Obrador, si no sabe qué hacer con ellos, destínelos a los
ayuntamientos como el de Chilpancingo y Acapulco, que enfrentan problemas por
la escasez de recursos para el pago de salarios y otras deudas. Y si no quiere
ayudarlos y sí gastarse esos recursos que supongo le sobran, entonces páguele a
los mexicanos que no tienen trabajo para que unos hagan hoyos y otros los
tapen.
Hay que decirlo. Con todo
y que usted sea el presidente, el jefe de las instituciones, usted no es más
que un empleado más de los mexicanos que a través de sus impuestos le paga su
salario y al de su gabinete, la mayoría desfasados y con señalamientos de
corrupción. A usted se le dio el mandato, pero para que gobierne el país, para
que atienda y resuelva los problemas de nuestro México, no para que ande
regalando dinero que no es suyo.
Sí. Con todo el respeto
que se merece la investidura que tiene, si usted quiere regalar dinero, que sea
el suyo, empezando por los 200 pesos que dice traer en su cartera. No tiene
derecho, porque no le hemos dado permiso, que regale el dinero de los mexicanos
que trabaja día con día y paga además sus impuestos.
En suma. Si quiere ser
candil de la calle, que sea con su dinero. No puede andar quedando bien con
otros, cuando en el país se requieren no solo 90 millones de dólares, sino
miles de millones de dólares.
A lo mejor se siente
bonito que el presidente de El Salvador diga que usted es un ejemplo de
presidente, pero cómo diablos no va a decirlo, si le va a regalar 30 millones
de dólares sin que él se los pidiera. Deveras, señor presidente, no sea candil
de la calle y oscuridad en su casa.
Ah, por último, así como
está acostumbrado a aprobar las cosas con la mano alzada de los solovinos,
pregúnteles si están de acuerdo que usted regale dinero a otros, en vez de
dárselos a ellos. Atrévase.
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