lunes, 30 de noviembre de 2020

EL PODERÍO FEMENINO EN LA POLÍTICA Norma Rosas


La verdadera mujer no será exponente de otra, ni permitirá que otra lo sea por ella. Será su propio ser individual, -hará su propio trabajo individual- permanecerá o caerá por su propia sabiduría individual y la fuerza estará de pie o caerá por su propia sabiduría y fortaleza individual

(Susan B. Anthony, feminista y sufragista estadounidense)

 

Estoy aquí para hablarles de política…

 

La enconada batalla electoral que, a juzgar por los últimos conteos, llevará a Joe Biden, candidato demócrata a despachar desde la oficina oval en el ala oeste de la Casa Blanca, también desnuda una serie de problemas a los que tenemos que prestar atención para evitar crisis de similar naturaleza en nuestras propias latitudes. Mientras Estados Unidos se elogia así mismo como una nación que da plena fortaleza y valor a las libertades civiles y los derechos políticos de cada ciudadano los estudios parecen decir algo diferente.

 

Los especialistas de la ONU en discriminación contra la mujer, han afirmado que en Norteamerica, la nación de ingreso per cápita más alto del mundo y líder en el establecimiento de normas internacionales de las garantías básicas, las mujeres marchan a la zaga en la sociedad. No es de extrañar, pues desde el primer año del presidente Trump se eliminaron o anularon una serie de medidas para luchar en contra de la desigualdad de género.

 

Por si fuera poco, también se suprimieron medidas destinadas a combatir la discriminación laboral, la brecha salarial, el acoso sexual en el trabajo y el abuso sexual en la escuela y la universidad, así como a garantizar los derechos sexuales y reproductivos (incluida la supresión de la aportación al Fondo de Población de Naciones Unidas).

 

En Estados Unidos las mujeres se convirtieron pronto en una fuerza opositora a tener en consideración, en contra del presidente republicano. Desde la sociedad civil protestas multitudinarias tomaron las calles de diversas ciudades y al interior de las instituciones líderes como Elizabeth Warren y la presidente de la cámara de representantes Nanci Pelosi se convirtieron en dolores de cabeza para el mandatario, llegando incluso a encabezar el proceso de juicio político en contra suya.

 

No es para menos, de acuerdo al Informe Hlobal 2019 de Brecha de Género del Foro Mundial de Davos, Estados Unidos se sitúa en el puesto 53 de 144 países, cuando a inicios de la actual administración estaba en el lugar 49 y en 2015 se situaba en el puesto 28 del total de 145 países analizados.

 

Los pendientes son graves y requiere de un trabajo arduo y constante, de acuerdo a una encuesta reciente los norteamericanos están de acuerdo en que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres (un 82%), pero sólo la mitad considera que el país aún tiene que avanzar, mientras el 39% considera que “las cosas están donde deben estar”.

 

Claro que hay ejemplos de éxito que no deben ser olvidados ante el tamaño de los pendientes, jóvenes como Alexandria Ocasio-Cortez, de 31 años, entusiasta y autonombrada socialista en Norteamérica parece representar mejor el sueño americano de lo que Trump jamás podrá hacerlo, siendo la mujer más joven en ser reelegida como congresista, en la historia de los Estados Unidos, emergida de la clase obrera, de ideas liberales que la han logrado posicionar y con la que relaciona muchas de sus posiciones políticas.

 

Sin olvidar a Ilhan Omar, la congresista musulmana de EE.UU. quien se vio amenazada de muerte tras ser criticada por Trump. Y por supuesto esta Kamala Harris quien a partir de enero próximo podría estar trabajando desde el despacho de la mismísima vicepresidencia.

 

Pareciera cuestión de tiempo antes de que una mujer se alce como la líder de la nación mas poderosa de occidente, pero como dije antes hay muchos asuntos que atender antes de que eso sea posible.

 

Por nuestra parte aún nos encontramos en un momento de decisión, hemos dado pasos en este tema, sin duda, pero no los suficientes, aun hay que trabajar en liderazgos femeninos verdaderos y que no sean meros designios de la vieja política de bloques y tribus, librarnos de ese viejo dicho que “nuestra sociedad no esta lista para ser guiada por una mujer”.