“No puede comprenderse nada del saber económico si no se sabe cómo se ejercía, en su cotidianeidad, el poder, y el poder económico”.
- Michel
Foucault-
Es evidente que en la democracia
se puede, se debe y es necesaria la crítica política. Además de la falta de
transparencia en la política, y la cooptación de la política por parte de los
grupos sociales, políticos y económicos, se agrega la falta de lealtad.
Esta es una nueva forma de
corrupción, que afecta el carácter del país, y que se manifiesta en la ausencia
de compromiso mutuo, que socava las bases de la confianza y la responsabilidad
básica que se requiere para dirigir y gobernar.
La deslealtad ha estado
plasmada y latente a lo extenso de la historia; de según el poeta italiano
Dante Alighieri es uno de los actos más viles, en su obra “La Divina Comedia”
confinó a los traidores al último círculo del Infierno.
El Partido Revolucionario
Institucional (PRI) en el municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero, la extensa
costa grande, vive momentos álgidos, por una falta de olfato y oficio político
de su comité estatal en manos de Esteban Albarrán Mendoza, quien ha sido poco atento
y tosco en sentarse a escuchar y dialogar con las voces de las bases de
militantes y simpatizantes del tricolor. Porque solo se ha dejado llevar por
los rumores, simulaciones y falsedades de sus cercanos correligionarios y
mentecatos contiguos que tienen un pie dentro del tricolor; pero su alma ya
navega en las aguas turbulentas de la secta del Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena), tal es el caso del deshonesto e impúdico Isaías Eduardo Gómez
Ozuna.
Gómez Ozuna un vividor de la
grilla, del siseo y el malicioso murmullo, cuya cercanía con Albarrán Mendoza,
pone al borde del precipicio el desgaste y la derrota del PRI en este
municipio, como también, se visualiza en San Jerónimo y Coyuca de Benítez. Ya
no digamos de Tecpan de Galeana, donde la disconformidad en el seno de esa
agrupación ha creado desbandada.
El dirigente del tricolor en
el municipio cafetalero, Carmelo Díaz Robles, a soportado los embates de este
dúo siniestro de malhechores al tratar por todos los medios imponer como
candidato a la presidencia municipal al “maromero, Juan López De Jesús, que
viene de más de tres indistintos partidos políticos. Lo cual indica que no
busca satisfactores para esta comarca; sino embolsarse los dineros -escasos
ahora, por cierto- y ayudarles a pagar la mega y abultada deuda económica que
dejaron al municipio Ediberto Tabarez, como alcalde; y, Gómez Ozuna, como
síndico, durante el gobierno 2012-2015.
No hay semana, día y hora que
personal allegado a los mencionados no arremetan en contra del presidente del
PRI, Díaz Ozuna. Y, para ello usan y utilizan a la secretaria general del
instituto, Magdalia Nava Zambrano, para denostar, calumniar e infamar a Carmelo
Díaz un día si y al otro, también. Magdalia quien, a todas luces busca colocarse
en una regiduría en la próxima administración y de ser la primera ¡mejor! Esta
integrante del comité municipal, es azuzada por el propia ex síndico Eduardo
Isaías y actual jefe del sector uno de la Sagarpa en esta localidad. Quien
mueve las piezas para que Morena, gane el municipio cafetalero.
¿Quién o quienes son los
padrinos o madrinas de estos dos malandrines de la polaca que desestabilizan
las estructuras del PRI? Pues, con patente corso, usan y abusan grillando no
tan solo al comité sino a los militantes y simpatizantes, para que voten por la
secta del El Peje.
Pero la infidelidad, la
felonía política no ha quedado sólo en los libros universitarios, hoy en día,
políticamente vivimos un fenómeno que ha hecho crecer la desconfianza, la
simulación, bien declara el sociólogo francés Jean Baudrillard en la obra
“Cultura y Simulacro”, en donde explica que se hace uso de las estrategias de
la apariencia y la seducción.
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