domingo, 5 de junio de 2022

TERCERA VÍA La transición política de Guerrero Por Ernesto Rivera Rodriguez

El cambio de siglas partidistas en el gobierno del estado hasta hoy No a significado una "transición política", sólo a significado cambiar el discurso y las ambiciones de todo tipo y cada vez más en lo que va del siglo XXI, la perdida de control del estado, la nula participación de los partidos políticos como contrapeso, la ineludible pérdida de contacto con la sociedad, la que a su vez ha encontrado sus propios recursos para hacer valer sus derechos, como el ineludible desarrollo de los poderes fácticos.


La alternancia del poder en Guerrero está muy lejos de ser una transición, solo a sido el cambio de estafeta política que en nada se ha significado en la consolidación de las instituciones formales, las que en su propio perjuicio y de la sociedad han ahondado sus graves necesidades y divisiones políticas en su propio perjuicio y el alejamiento de la consolidación de la democracia, convertida hoy en un eslogan familiar.


Se gasta mucho en política pero se hace poco por consolidarla pervirtiendo sus propios principios llegando a los extremos de convertirse en empresas patrocinadoras de empleo, en una cadena de mando cuya dirigencia, han llegado a ser útiles instrumentos de la sin razón del gobierno. 


La democracia simulada que hoy vive el país es el resultado de lo 

 sembrado durante décadas, arribando en el caso de Guerrero al más arbitrario resultado y perverso de las determinaciones unilaterales de la toma de decisiones, sin importar el daño causado y por venir, cuyo gobierno parece un escenario de dos o tres pistas.


Este panorama es la imagen nacional, que en lugar de fortalecer ha venido deteriorando y desmantelando las instituciones dejando al arbitrio de los poderes estatales y su pareja los poderes fácticos la conducción y sobre todo el oscuro empoderamiento de los grupos fácticos en su interior y contra la sociedad, y la planta productiva del país, ante la mirada, el uso humillante y el coraje ya visible de las vilipendiadas Fuerzas Armadas del país, pese al buen nivel se aceptación, 


Entonces de que transición política estamos o queremos hablar? En Guerrero se tiene un gobierno emanado de las mangas políticas de un chaleco y cuyo movimiento partido, la institución que debiera ser su correa de trasmisión ideológica, es en sensu contra la oscuridad de la profunda división que lo único que busca es el poder, no la emancipación del estado pese a los esfuerzos de la gobernadora que lucha por cambiar de fondo el modus operandi de las instituciones que hacen caso omiso de ello y parece remar contra corriente, y consolidar la alternancia de su gobierno.