OSCAR MEMIJE FRANCO |
Si bien he cierto la Seguridad Pública es una responsabilidad de los tres órdenes de gobierno, así lo establece La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo veintiuno y como ciudadanos exigimos ese derecho y afirmamos que en algunos casos no cumplen su función.
Pero
otra de las altas responsabilidades radica en los padres de familia, quizás
referir que la falta de tiempo por razones de trabajo es el primer argumento
que se antepone ante una vida tan agitada, tan deprisa y económicamente tan
complicada.
Los
hijos hoy más que nunca requieren del tiempo y supervisión de los padres, de
esa complicidad por aprender a caminar, por conducir una bicicleta, por
orientar ante las travesuras y muchas cosas más que día a día quieren conocer, esos momentos memorables
logran establecer brazos a corto y largo plazo ante su futuro crecimiento entre
padres e hijos.
Ser
padre de familia no es nada fácil, pero tampoco puede ser imposible, sin duda
lo que nos falta es voluntad, interés y compromiso permanente. Esta sociedad
convulsionada que vivimos nos tiene aterrorizados ante los índices delictivos y
criminales, que en su mayoría lo ejecutan jóvenes de muy corta edad, entre 16 y
24 años de edad.
Estos
datos tan fuertes y crudos, la mayoría conocemos y lo vivimos, pero no hacemos
algo por controlar a nuestros propios hijos, ser permisivos con ellos en
algunas ocasiones es el principio de un mal. Los padres permisivos son aquellos
que en la educación de sus hijos prefieren dar libertad a establecer normas
estrictas. Normalmente las reglas familiares son escasas o incluso casi
inexistentes dándoles a los hijos la posibilidad de tomar por sí mismos las
propias decisiones.
Consideran
que los hijos deben de poder regular su conducta y aprender por sí mismo todo
aquello que necesitan sin necesidad de un control extremo sobre ellos, por ello
las normas familiares no existen sino que cada miembro y en este caso cada hijo
elige aquellas normas que más le conviene.
Entre
las principales desventajas de los padres permisivos se encuentran: problemas
sociales, inseguridad en sí mismos, baja auto estima, dificultad para acatar
las normas y bajo rendimiento académico. Cabe ser mención que uno de los
programa “Mochila Segura” empieza en
casa.
Hacer
actividad con los hijos permite conocer sus amistades, se indaga sobre sus
proyectos, sus dudas y todo aquello de lo que adolece. Necesitamos reforzar
lazos confiables para los hijos, pero ser estrictos con el respeto a sí mismo y
a los demás, los valores como la honestidad, responsabilidad, equidad, justicia
la solidaridad, la fuerza de voluntad, sacrificios para alcanzar metas y otros
más. Que conozcan que en la vida todo
tienen un esfuerzo, producir para merecer.
Los
padres de familia debemos monitorear las reacciones de los hijos, pero dando
libertad y confianza e involucrar a los vástagos a sus diversas actividades laborales,
del hogar y amistades, que sepan de las actividades laborales que se realizan
para llevar el pan a la casa y poder cubrir sus necesidades, así como sus
deseos, todo de manera honesta y con sentido de responsabilidad permanente.
La
Seguridad pública es tarea de todos, sociedad y gobierno haciendo un solo
frente con el cuidado y supervisión de los hijos, sin soslayar que el gobierno
debe generar liderazgos, espacios públicos recreativos y condiciones para poder
capacitar a padres e hijos para una sana convivencia, actividades para jóvenes
sí, pero también donde se puedan realizar actividades con padres de familia,
quizás un torneo de fútbol, básquet, voleibol, etc. En donde se concursen por
familias o por categorías de edad, donde la sana convivencia sea permanente y
se geste solidaridad entre los ciudadanos.
Los
niños y los jóvenes configuran y a la vez son configurados por el mundo que les
rodea, construyamos una mejor familia y generemos un mejor país, educando con
buenos ejemplos.