La población de Apango se encuentra a merced de un grupo de choque que ha confesado cínicamente que su objetivo es generar un escenario de ingobernabilidad para quitar a la alcaldesa Felicitas Muñiz Gómez.
Lo peor, es que esos
vándalos que irrumpen en casas, saquean e incendian, son encabezados por
autoridades municipales como son el síndico y algunos regidores, quienes tienen
la obligación de abonar a la gobernabilidad que tratan de impedir a toda costa
al apostarle al vandalismo, y no a la legalidad.
Lo sucedido el pasado
domingo no puede ser visto con simpleza como una movilización social, ya que no
son los ciudadanos de Mártir de Cuilapan los que se expresan de esa manera
violenta, ellos ya emitieron su voto en la pasada elección y favorecieron con el
sufragio a la actual presidenta municipal, a la que los vándalos no quieren
dejar gobernar desde que tomó posesión.
Se trata de incendiarios y
saqueadores encabezados por ediles manipulados por un ex alcalde del PRI que se
niega a perder su parcela de poder y a que el municipio sea gobernado por una
mujer, en la más pura expresión de la misoginia y la pretensión caciquil de
perpetuarse en el poder.
Crisóforo Nava ha tomado a
los ciudadanos de rehenes con toda impunidad, y al ver que han fracasado sus
acusaciones sin fundamento ya desmentidas por la Auditoría General del Estado,
ha optado por radicalizar sus intenciones.
Ojalá las autoridades
federales y estatales intervengan para restaurar el orden y evitar que la
población de Apango esté a expensas de los intereses particulares de un grupo
de sinvergüenzas.
El que irrumpan con
garrotes en viviendas y quemen vehículos con toda impunidad, manda una muy mala
señal a todo el estado y a todo el país.
En Guerrero cualquiera
puede quemarle la camioneta a un alcalde y ser feliz el resto de su vida. ¿Qué
no harían con las propiedades de cualquier ciudadano?
Si don Crisóforo cree
tener razón, que espere el dictamen del Congreso sobre el juicio político que
solicitaron a la alcaldesa; pero también sería justo que se iniciara otro
contra el síndico Benito Sánchez Ayala y los regidores que el domingo
encabezaron a una turba para según las palabras del propio edil, demostrar que
“hay ingobernabilidad”.
¿Qué no juraron cumplir y
hacer cumplir la Ley? ¿Por qué fabricar un escenario de ingobernabilidad?
jalepezochoa@gmail.com