Ningún ex alcalde de Chilpancingo deja tranquilamente el cargo llevándose más de cien millones de pesos, solo uno: Marco Antonio Leyva Mena, a quien la representación popular le negó el retorno, porque la sola presencia del ex munícipe genera mucho encono social.
Deudas con los trabajadores, adeudos con constructoras, comerciantes y empresarios varios, es la estela de desastre que a su paso dejó el ex alcalde capitalino Marco Antonio Leyva (MAL). La soberanía popular -Congreso- le negó toda posibilidad de regreso al cargo.
Días antes, el titular de la Auditoria Superior del Estado (ASE) Alfonso Damián Peralta, dio a conocer un faltante por un monto superior a los cien millones de pesos que MAL perpetró en las arcas de la comuna municipal además de hurtar documentación contable, lo cual se tipifica como delitos que se persiguen de oficio.
El Congreso Local de manera responsable dio a conocer su decisión tras una relatoría sobre los muchos ilícitos en que incurrió MAL a quien se le acumularon procedimientos administrativos y penales, lo cual le orilló solicitar licencia en el cargo.
La soberanía popular que recae en los legisladores evaluó y determinó el sentir social de la ciudadanía de Chilpancingo, y le negó la reincorporación a MAL, porque genera encono y pone en riesgo la estabilidad del municipio capitalino, de cara al proceso electoral.
“Es un MAL menor; su regreso podría desestabilizar la gobernabilidad en Chilpancingo. No es favorable la reincorporación del ex alcalde, más allá de motivaciones jurídicas o lejos de sentimientos o razones políticas”, manifestó la diputada Silvia Romero Suárez.
La determinación que tomaron los diputados se encuadra dentro del sentir social de Chilpancingo, si se considera que el Congreso es el único facultado para conocer licencias o revocarlas.
La decisión del Congreso -negarle el retorno a MAL- es un acto de alta responsabilidad con la ciudadanía capitalina.
Seguramente que en el Trife de la Ciudad de México, desconocen las trapacerías que perpetró el corrupto ex alcalde de Chilpancingo MAL, quien pidió licencia por lo que resta de su periodo, pero se llevó más de de cien millones de pesos de las arcas municipales.
Eso fue lo que le heredó a su suplente en funciones -Jesús Tejeda Vargas- quien como primera autoridad municipal se encuentra imposibilitado para emprender obras de relevancia, y con los recursos existentes apenas sirven para servicios municipales indispensables. La comuna capitalina es un desastre financiero; así la dejó MAL, político cínico y deshonesto.
ELECTORADO MEXICANO… ¡MASOQUISTA!
Ya está muy caliente el escenario de cara a las elecciones del primer domingo de julio. La gente discute, polemiza y se enfrenta en ríspidos diálogos que llegan al insulto, sobre todo en las redes sociales, que sirven como arena política para dirimir diferencias que a veces rayan en lo absurdo, cómico y hasta inverosímil.
Por ejemplo, nadie en su sano juicio cree que el “Toro Sin Tuercas” es el “puntero en las encuestas” para senador junto a una señora gringa-mexicana que ni campaña hace, pero va directo al Senado.
A quien mandan al sótano en las encuestas es a una señora peleonera que perdió la última elección para gobernadora. No damos a conocer los nombres de ninguno para no hacerles gordo el caldo.
En la carrera presidencial, dicen que va arriba un señor que se siente Mesías, y que detrás de él lo siguen una jauría de hienas hambrientas con sed de poder y dinero, capaces de convertir a México en otra Venezuela.
También hacen su aparición fanáticos de todos colores quienes a través de las redes sociales agreden a quienes no piensan como ellos. Las peleas a través de las redes son de pronóstico; se dan con todo. No son debates pacíficos sino verdaderos combates, para ver quien insulta más al “enemigo”. Entre mula y mula, nomás las patadas se oyen.
Lo cierto, es que el electorado mexicano es masoquista, porque votará por sus verdugos y llevarán a los cargos de elección a los menos preparados, a los más ineptos. Al tiempo…Punto.