La aplicación de exámenes toxicológicos e incluso psicológicos a quienes aspiran a gobernar no debiera ser tema de campaña, sino de legislación electoral para establecerlos como requisito para el registro de las candidaturas.
Aunque la medida sería incompleta si de prevenir que personas con adicción a substancias que afecten su capacidad de pensar o tomar decisiones que afecten a los ciudadanos se trata.
Hay substancias legales, como el alcohol, que también afectan el actuar de las personas y limitan su capacidad de respuesta.
Recordemos la noche del viernes 13 de septiembre cuando la tormenta Manuel entraba a Guerrero mientras el gobernador en turno festejaba con whisky y tequila mientras las calles se inundaban.
O 1997 cuando el huracán Paulina azotó Acapulco y se dice que el presidente municipal andaba de fiesta.
Es sano que los aspirantes se hagan las pruebas necesarias pero el tema debe ser de un análisis más profundo que quienes aspiran a ser legisladores deberían incluir en su agenda pues de qué serviría que un gobernante no sea adicto a las drogas ilegales pero resulte alcohólico, como se dice popularmente, si de cualquier modo va a “andar en el avión”.
Nuevo Aeropuerto
La que ya despegó el vuelo es la nueva terminal del Aeropuerto Internacional de Acapulco, el pasado viernes fue inaugurada por el presidente Enrique Peña Nieto y el gobernador Héctor Astudillo Flores.
De acuerdo con información de Grupo Aeroportuario Centro Norte OMA, la inversión fue de 615 millones de pesos.
En el acto inaugural el gobernador Héctor Astudillo urgió la realización del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México ya que será un importante centro de conexión para Acapulco e Ixtapa-Zihuatanejo con más ciudades del país y del mundo, lo que beneficiará a la industria turística.
