El cambio de timonel en plena campaña presidencial evidencia preocupación en el PRI.
René Juárez Cisneros no es el primer guerrerense en ocupar la dirigencia nacional de un partido político.
Pablo Sandoval Ramírez lo fue del Partido Comunista Mexicano, del Partido Socialista Unificado de México y del Partido Mexicano Socialista; Luis Walton Aburto encabezó Convergencia a nivel nacional.
Beatriz Mojica Morga estuvo a nada de brincar de secretaria general a dirigente del PRD.
En el priísmo circularon en cargos directivos José Francisco Ruiz Massieu y su hija Claudia, ambos secretarios generales en su momento, y Manuel Añorve Baños que fue secretario de Operación Política.
En lo que sí se convierte René Juárez es en el primer priísta guerrerense en ocupar la dirigencia nacional, aunque sea de manera provisional como se informó la noche del miércoles.
La trascendencia de su nombramiento no radica en el origen del ex gobernador y ex subsecretario de Gobernación, sino en el contexto en el que asume la responsabilidad: el riesgo de que su partido caiga a un tercer lugar luego de haber recuperado la presidencia en 2012 luego de dos sexenios en que estuvo fuera del poder presidencial.
Así se observa de manera continua en las encuestas en las que su candidato José Antonio Meade Kuribreña permanece en la tercera posición debajo de Ricardo Anaya y Andrés Manuel López Obrador.
Juárez Cisneros se juega el todo por el todo, su futuro y el de todos los priístas. Si logra coordinar una estrategia que remonte a su candidato desde el lejano tercer lugar en el que se ha mantenido, entonces sí, el orgullo del priísmo guerrerense por su primer paisano dirigente será justificado.
Tampoco se trata de menospreciarlo, si lo pusieron al frente es porque le vieron capacidad para enfrentar este complicado reto… ¿Salvará al PRI de la derrota?