Faltan 29 meses para que
los guerrerenses elijan al sucesor de Héctor
Astudillo Flores en la Gubernatura. Hay quienes andan movidos desde ahora.
Y se entiende: una candidatura no se
construye de la noche a la mañana. El factor tiempo es indispensable en
política.
En su libro de memorias
políticas ‘Fuego y Cenizas. Éxito y fracaso en política’ (editorial Taurus,
Madrid, 2014), Michael Ignatieff señala que “mientras el medio natural de un
pintor es la pintura, el de un político es el tiempo, porque debe adaptarse
continuamente a sus cambios repentinos, inesperados y brutales”.
En efecto, la política es de tiempos y circunstancias.
Desafortunadamente, muy pocos lo entienden de esa manera.
Hoy por hoy, vemos a
varios personajes desesperados y cometiendo infinidad de errores, errores que
pueden sacarlos de la competencia.
Llamar
la atención a toda costa (protagonismo rapaz), no es recomendable. Se deben
cuidar las formas, como por ejemplo: no pelearse con todos, mucho menos con los
de casa.
En Guerrero tenemos a una
clase política propensa a confrontarse por todo, en especial los que militan en
los partidos de izquierda, quienes se ostentan como “los defensores de las causas
del pueblo” y enemigos de la “mafia del poder”.
La
gran mayoría de los políticos guerrerenses actúan más por impulso, sin medir
las consecuencias de sus dichos y actos. Y cuando se dan cuenta de sus errores,
ya es demasiado tarde.
En la elección de 2011, el
PRI tenían amplias posibilidades de regresar a Casa Guerrero, pero a sus
dirigentes nacionales no les importó cuidar la unidad interna y permitieron que
uno de sus cuadros más importantes se fuera con los de enfrente.
Los resultados fueron
adversos para el tricolor. Manuel Añorve Baños fue derrotado por amplio margen
por su primo Ángel Heladio Aguirre
Rivero, abanderado de la coalición “Guerrero nos une”
(PRD-PT-Convergencia).
Cuatro años después las
cosas fueron totalmente diferentes. Los partidos de izquierda se dividieron.
Beatriz
Mojica Morga no logró convencer a Luis Walton Aburto
(Convergencia) ni a Pablo Amílcar
Sandoval Ballesteros (Morena) para que declinaran a su favor. Es más, no
contó con el apoyo de los entonces senadores del PRD, Armando Ríos Piter y Sofío
Ramírez Hernández.
El ganador fue el priista
Héctor Astudillo, quien privilegió en todo momento la unidad de su partido y amarrar importantes alianzas con
miembros de otros institutos políticos y con la sociedad civil.
Diez años antes, Astudillo
había sido derrotado en las urnas por Zeferino Torreblanca Galindo
(PRD-Convergencia-PRS). Las
circunstancias políticas no le favorecieron. Aguantó vara y siguió trabajando
para consolidar su proyecto.
Luego del aplastante
triunfo de Andrés Manuel López Obrador
el pasado 1 de julio, hay quienes suponen que Morena ya tiene medio cuerpo en
Casa Guerrero.
Lo cierto es que ningún partido tiene asegurado nada en este
momento.
Si retomamos los
resultados que cada partido obtuvo en la elección local, concluiremos que el
PRD gobierna en más municipios de la entidad, seguido del PRI y Morena.
La
fortaleza de Morena es a nivel federal, pero en lo local no
tiene una estructura sólida que le permita ganarle a sus opositores. Además, en
las elecciones intermedias la participación ciudadana disminuye. Y el discurso anti sistema ya no les funcionará
a los pejistas.
LOS
SUSPIRANTES.-El gran reto que tienen los que aspiran
gobernar a Guerrero del 2021 al 2027, además de lograr la candidatura de sus
respectivos partidos, es convencer a los electores para que respalden
sus proyectos.
En política no siempre se
tiene que gritar “quiero ser gobernador” para ser escuchado o tomado en cuenta.
Sólo basta moverse “un poquito” y mandar mensajes a los adversarios.
Algunos de los que quieren
la silla de Astudillo son legisladores, otros son funcionarios y uno que otro
dirigente de un partido político.
Por Morena destacan cuatro
personajes: Adela Román Ocampo, Félix
Salgado Macedonio, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros y Alberto López Rosas.
Por parte del PRI se
mencionan a Mario Moreno Arcos, Manuel Añorve Baños y Héctor Apreza Patrón.
En el PRD nadie ha alzado
la mano. Es probable que los dirigentes se esperen al final para apuntalar a
uno de los alcaldes que gobiernan importantes municipios o ir en alianza con
Morena o el PRI. ¡Zas!
El que quiere aparecer
nuevamente en la boleta electoral es el ex alcalde de Acapulco y actual
dirigente de Movimiento Ciudadano, Luis
Walton, aunque con pocas posibilidades.
Desde luego que de aquí a
dos años se irán apuntando otros actores políticos.
Veremos
si los antes mencionados logran aguantar los misiles que les habrán de lanzar sus adversarios. Varios serán
vetados y romperán con sus partidos.
La sucesión gubernamental
en Guerrero se pondrá interesante y ganará el partido que elija a un hombre o
mujer popular,con oficio político, sensible y que tenga menos negativos.
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