Los morenistas de Guerrero no entienden o no atienden el llamado de Andrés Manuel López Obrador.
En Tlapa por segunda ocasión el presidente de México y líder moral de ese partido político tuvo que decir a sus seguidores que la campaña ya terminó.
La primera vez lo dijo ante los medios de comunicación en una visita que en calidad de presidente electo realizó a Acapulco, luego de una reunión en la que recibió el apoyo de Héctor Astudillo Flores.
El de Guerrero es el único de los 32 gobernadores del país que ha demostrado un respaldo concreto a uno de los proyectos estratégicos del mandatario, como lo fue su ofrecimiento del llamado edificio inteligente para que ahí traslade la Secretaría de Salud del gobierno federal.
La cortesía es algo que solo quienes cuentan con verdadero oficio político entienden. López Obrador lo tiene y lo ejerce, por lo que correspondió dejando en claro que quien manda en el estado es el gobernador, para quitar toda duda sobre el nombramiento de Pablo Amílcar Sandoval como delegado de su gobierno y las atribuciones que tendría.
La relación con los secretarios del gabinete también ha sido buena. La presentación del Tianguis Turístico el jueves en Acapulco fue muy emotiva por parte del gobernador, el secretario de Turismo Miguel Torruco Marquez y la presidenta municipal Adela Román Ocampo.
Se dice que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero influyó para destrabar el secuestro del presupuesto estatal por parte de los diputados de Morena azuzados por Pablo Amílcar desde su nuevo cargo federal.
Hablamos de una relación que antepone los fines partidistas por el trabajo coordinado y la colaboración mutua en beneficio de los ciudadanos.
Las rechiflas y consignas de los militantes de Morena que acudieron a la presentación del programa para discapacitados en Tlapa y que dejaron constancia de su asistencia en las redes sociales, evidencian que no han entendido que los gobernadores son una pieza importante para la gobernabilidad que deberá preservar el presidente de México, o que no están al tanto de sus posturas públicas, es decir, no se informan.
Tal vez han estado más preocupados en las pugnas internas entre las tribus ya conocidas como los Amilcarianos que responden a Sandoval, y los Macecas de Marcial Rodríguez Saldaña, César Núñez Ramos y Rubén Cayetano, y sus ambiciones políticas, que en ser congruentes con Obrador, a quien dicen respaldar con palabras, pero en los hechos, lo hacen quedar mal.
Ojalá todos en Morena tuvieran la misma madurez política del presidente, y entendieran que la política no es solo confrontación partidista, es también cortesía y colaboración en los tres niveles de gobierno.