El pasado 14 de
septiembre, la presidenta municipal de Acapulco, Adela Román Ocampo, rindió su primer informe de labores. Y lo hizo
de cara al pueblo, llamando a sus gobernados a una gran unidad, y “no permitir
que intereses ajenos al objetivo superior del bienestar y el progreso de
Acapulco y Guerrero nos dividan”.
El evento se llevó a cabo
en el auditorio conglomerado en la explanada del antiguo Ayuntamiento, y ante
distintas personalidades que se dieron cita para escuchar el mensaje de la
primera edil porteña, destacando la presencia del secretario del Trabajo
estatal, Óscar Rangel Miravetecomo
representante del gobernador Héctor
Astudillo Flores; del diputado Alberto
Catalán Bastida, presidente de la Mesa Directiva del Congreso del estado, y
del presidente del Tribunal Superior de Justicia, Alberto López Celis.
“No nos pidan milagros, no
nos pidan que en unos meses arreglemos lo que no hicieron los que se fueron”,
dijo, y precisó que en la revisión de estos temas “estamos tomando acciones y
vamos a dar resultados”, y señaló que en el caso de Capama, la paramunicipal
funcionó como la caja chica de gobiernos estatales y después municipales. Su
deuda, es consecuencia de algunas administraciones, pero en particular de la
anterior.
El mensaje tuvo especial
dedicatoria: el ex alcalde de Acapulco, Evodio
Velázquez Aguirre, quien desde hace varios meses se mueve desesperadamente
en las distintas regiones de la entidad, ya que aspira ser candidato del PRD a
la gubernatura en 2021.
Los asistentes del primer
informe de gobierno de la alcaldesa de Morena, escucharon atentos el mensaje.
El
informe, a diferencia de otros alcaldes, fue austero y cercano a la gente. El
pueblo fue testigo de la rendición de cuentas de su gobernante. Por cierto, la
primera mujer en ganar la Alcaldía de Acapulco en las urnas.
Román Ocampo indicó que,
devolver la gobernabilidad y seguridad en Acapulco, comenzó con tres acciones:
el ordenamiento de negocios que funcionaban al margen de la ley, la
regularización de empresas gaseras que operaban poniendo en riesgo la vida de
los ciudadanos y el recorte de personal que cobraba sin trabajar en el
municipio, los llamados “aviadores”. ¡Zas!
Gobernar
no es una tarea sencilla. Y son muy pocos los gobernantes los que logran
sortear los obstáculos que se atraviesan en el camino.
Algo que distingue a la
alcaldesa de Acapulco es su buena relación con los gobiernos estatal y federal,
ya que no es una mujer de pleitos. Lo
más importante para ella es que a Acapulco le vaya bien y que no sea centro de
confrontaciones políticas estériles.
Cuando se trata de
denunciar irregularidades, lo hace con conocimiento de causa. Tampoco se
intimida ante sus adversarios, porque los tiene. Ella no responde con descalificaciones,
sino con argumentos y respeto absoluto.
Su
nombre también suena para el 2021, pero ha sido muy clara al señalar que en
este momento está enfocada en atender los problemas que enfrenta Acapulco.
El presidente Andrés
Manuel López Obrador sabe del trabajo que ha realizado Adela Román a favor de
Acapulco. Incluso, la ha reconocido públicamente, como ocurrió el pasado 22 de marzo,
durante la puesta en marcha del Programa de Mejoramiento Urbano para 26
colonias del municipio, en Ciudad Renacimiento.
En ese evento, el
presidente de la República le expresó un amplio reconocimiento a su trabajo, al
igual que al gobernador Héctor Astudillo, a quienes les levantó la mano en
señal de aprobación.
“¡Adela, Adela!”, coreó
López Obrador, y que fue seguido por los miles de acapulqueños ahí reunidos.
Hay
quienes la subestiman políticamente. Lo que no entienden es que Adela Román será uno de los actores importantes de la elección de
2021.
Si no es candidata al
gobierno del estado, puede buscar la reelección o contender por otra importante
responsabilidad. Y, ¿por qué no? Ocupar una responsabilidad en el gobierno
federal.
Lo más importante de todo es
que está ocupada en resolver los graves problemas financieros que le fueron
heredados por su predecesor y en realizar gestiones ante la federación.
ENTRE
OTRAS COSAS… Trascendió que tres personajes ligados al
magistrado presidente del Tribunal Electoral del Estado (TEE), Ramón Ramos Piedra, estudian una
Maestría en Derecho Electoral en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).
El problema –de acuerdo a
las fuentes consultadas del órgano jurisdiccional en mención– no es que “los
recomendados” sigan superándose profesionalmente, mucho menos que sea en la
máxima casa de estudios, sino que lo hagan con recursos del TEEG.
Ojalá no sea así. Pero es
claro que la mayoría de los magistrados electorales y que son comandados por
Ramón Ramos Piedra, han incurrido en una serie de irregularidades y que son
enemigos de la transparencia.
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