CIERTO ES QUE ENTRE LAS
FACULTADES y obligaciones de los diputados, incluyendo a los senadores, está el
de legislar. Y se supone que deben legislar a favor del pueblo que los eligió
al darles su voto, como sus representantes populares, es decir, para que desde
la ley se creen los mecanismos para mejorar su condición social y de vida.
Sin embargo, en el caso de
los 9 diputados federales por Guerrero, todos de Morena, incluyendo el diputado
dormilón, en vez de hacerlo por los guerrerenses, es decir, en vez de legislar
en favor del pueblo de Guerrero que les dio su voto, legislaron, según su
propio dicho, en beneficio del gobierno federal, para consolidar la cuarta
transformación.
En efecto, durante su
informe conjunto, los 8 de los 9 diputados federales vía el voto directo, en
razón de que en uno de los 9 distritos lo ganó el perredista Raymundo García
Gutiérrez, más un diputado plurinominal, es decir, el diputado dormilón, más
que asumirse como representantes populares, se asumieron como empleados del
gobierno federal, a quien sirven desde la Cámara de Diputados.
Nunca, hay que decirlo,
los diputados federales de Morena se asumieron como representantes del pueblo,
y sí en cambio como empleados del Gobierno federal, de tal forma que
legislaron, así lo reconocieron cada uno de ellos, “para consolidar la cuarta
transformación”.
Así por ejemplo, los 9
diputados de Morena, consideraron como un triunfo el haber quitado las
pensiones a los expresidentes, como lo propuso en su momento el mandatario
federal, y lo mismo puede decirse de la aprobación en el Congreso para que
nadie gane un salario mayor que el Presidente. También consideraron como un
triunfo suyo el haber aprobado la propuesta del Presidente de la República para
derogar la reforma educativa.
Y ciertamente eso fue lo
que los 9 diputados federales de Morena dieron a conocer en su informe
legislativo, realizado el pasado sábado en la capital del estado. Con júbilo,
con triunfalismo y hasta con orgullo, dieron a conocer que aprobaron cada una
de las propuestas que les envió el Presidente de la República para afianzar su
gobierno, y ninguno, hay que decirlo, dio cuenta al menos de un acuerdo
legislativo en favor de los guerrerenses que con esperanza les dio su voto.
No. Los diputados
federales de Morena no dijeron nada sobre alguna ley en favor de los más pobres
del país, incluyendo los más pobres de Guerrero. De los 9, ninguno dijo nada
sobre la desaparición de las estancias infantiles, de los comedores comunitarios,
de las becas a los estudiantes, y mucho menos dijeron nada sobre la falta de
recursos en beneficio de los discapacitados de 30 a 67 años de edad, por solo
citar algunos ejemplos.
Eso sí, una y otra vez,
todos orgullosos, dieron cuenta que legislaron a favor del gobierno federal,
para consolidar la cuarta transformación y así puedan gobernar, no 6 años, que
es lo que dura el sexenio, sino 12, 18, 24, 30, 36 y hasta 42 años como lo
tienen proyectado, o más años de los que estuvo el PRI en el poder.
Ciertamente los 9
diputados de Morena, incluyendo al diputado dormilón, al que solamente le faltó
el caballo por su vestimenta estrafalaria, al igual que el presidente de la
República, son de Morena, y se entiende que tienen que ayudarse porque
comparten el mismo proyecto de gobierno, pero es también muy cierto que esos
diputados, más allá de pertenecer a un partido, se deben al voto de los
guerrerenses, por cuyo sufragio no estarían en el Congreso federal.
Hay que decirlo. En la
elección pasada, los guerrerenses no votaron para que los diputados se
convirtieran en los empleados del Presidente de la República, aprobándole
cuánto éste quiera, sino para que legislaran a favor del pueblo de Guerrero,
para que a través de las leyes se establecieran los mecanismos para mejorar las
condiciones de vida de quienes viven en este suelo suriano.
En suma, los 9 diputados
federales morenistas, que en campaña prometieron estar de lado de los
guerrerenses, se vieron el pasado sábado como viles traidores, pues en vez de
comportarse como representantes del pueblo, legislando a favor de éste, se
echaron en brazos del gobierno federal para ayudarlo a perpetuarse en el poder,
igual que lo hicieron en su momento los diputados federales del PRI y del PAN.
Vaya. Y la prueba palpable
de que no están con los guerrerenses, en favor del pueblo de Guerrero, es que
nada han dicho cuando el Presidente de la República le recorta al estado el
presupuesto, tan necesario para atender y resolver los grandes problemas,
algunos ancestrales, que tiene Guerrero. Por desgracia, y para vergüenza de
muchos, esos 9 diputados federales que en campaña se decían paladines del
pueblo, hoy se le han puesto “chinqueques” al Presidente.
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