viernes, 6 de marzo de 2020

Entre la verdad y la ficción. ¿HACER UNA NACIÓN SOBRE OTRA, ES TAL LA FINALIDAD DE AMLO? Por Jorge Luis Falcón Arévalo*



Construir 2,700 sucursales bancarias del llamado "Banco del Bienestar", en todo el país para dar fe de los pagos a pensiones y becas de adultos mayores, personas con discapacidad y estudiantes, con una inversión de más de 320 mil millones de pesos. ¿No es en sí un gasto oneroso, en estos tiempos de crisis, en que no hay crecimiento económico?

¿Es realmente importante realizar la donación de terrenos por parte del pueblo sabio, para edificar estas casetas de pago, a los caprichosos programas de dilapidar dinero del pueblo, por parte del gobierno federal?

¿Cuál ha sido la actitud y la opinión de los banqueros, ante este gasto despiadado y costoso a las arcas nacionales, cuando hay otras prioridades entre la sociedad demandante, como medicamentos y empleos?

Cuando de sobra se conoce que la Secretaría de Bienestar, no es una dependencia de beneficios ni provechos para el global de los mexicanos, sino más bien es una oficina que incentiva el corporativismo de votantes; estimula e impulsa a través de los “Siervos de la nación”, la promoción de la figura presidencial, como gesto de agradecimiento por éstas “bondades” de becas, pensiones y demás atribuciones económicas que allí se otorgan.
Estamos ante el nacimiento de un nuevo modelo generador de clientelismo electorero, que en esencia es una vieja práctica "refinada" por los nuevos seudo tecnócratas izquierdistas.

Las Delegaciones federales de Bienestar en los estados del país, son meras y simples Oficialías de Partes; pues allí solo llevan el control y recepción de la documentación de personas adultas y discapacitados, dándoles primordialmente el privilegio de tal beneficio a los militantes y simpatizantes de Morena, que en la Oficina Central de la Ciudad de México, es la que decide ingresarlos al Padrón de beneficiarios de pensiones y becas. Es decir no hay decisiones, ni resoluciones inmediatas a los demandantes de otros organismos políticos; o bien, los tienen en espera de ser afiliados. Por tiempo indefinido.

En esas Delegaciones Federales; y caso claro y objetivo la Delegación-Guerrero, no hay administración, simplemente porque no hay una planeación. Existe si una larga lista de espera en mesas de trámite, llamadas ociosamente coordinaciones.
La proyección del beneficio a los solicitantes se decide en la Ciudad de México. Por lo tanto esas oficinas solo son, recalco, Oficialías de Parte. Hay arqueo ocioso, es aquella capacidad instalada de producción de una empresa que no se utiliza o que se subutiliza. Se presta más atención a su captación de votantes y militantes que a la administración de darle sentido con métodos a que sea una verdadera dependencia; sigue siendo una Mesa de gestiones. Sin descuidar la pérdida de tiempo, que es valioso por el desgaste y estrés del empleado; más cuando no se cuenta con los perfiles profesionales para tales desempeños administrativos. La capacitación, es otra erogación innecesaria, cuando se puede contratar a personal con la debida profesión para ejercer este trabajo

Por lo tanto, Eso no es administración como ciencia, no alcanza el rango.
La llegada y recepción de cheques o documentos de pago para los beneficiados son parte de un inventario de lento movimiento y peor aún, los ociosos empleados, comprometen la economía y las finanzas.

Y, es en sí para estas Mesas de Oficios, la construcción de estas instituciones bancarias, que mengua y distrae los recursos económicos para otros rubros y programas de mayor beneficio para las y los mexicanos.
Basta modificar la disposición para esos pagos, con la instalación de unos cajeros automáticos, en puntos estratégicos.

Para finalizar enfatizo, aún y cuando están ocupando todo el aparato gubernamental están perdiendo la dimensión y perspectiva de la conciencia social. Los gobernados ya no viven en el letargo de la indiferencia, puesto que las medidas que están tomando están trastocando de manera directa los bolsillos, la raquítica calidad de vida y la relativa estabilidad que se tenía.

López Obrador y sus enajenados programas solo destruye la equidad porque no todos son iguales y requieren compensaciones diferentes; no construye igualdad porque no respeta las diferencias de cada quien. Viola los derechos humanos de los mexicanos. Violando la justicia social.

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