Desde su designación (13
de diciembre de 2018) como coordinador del grupo parlamentario de Morena en el
Congreso local y, por ende, presidente de la Junta de Coordinación Política
(Jucopo), era evidente que Antonio
Helguera Jiménez sólo sería un títere de quien le heredó ese importante
espacio de poder.
En lugar de haber elegido
a una persona con liderazgo, experiencia en la administración pública y
conocedor del derecho, Pablo Amílcar
Sandoval Ballesteros prefirió palomear
al más gris y manipulable de los 24 integrantes de Morena en la LXII Legislatura.
Se entiende que el
delegado del gobierno federal en Guerrero evitó que el grupo de César Núñez Ramos –su archirrival– se
quedara con dicha posición estratégica. Lo que no analizó el también diputado
con licencia es que Antonio Helguera rompería
los acuerdos que él había establecido con los demás coordinadores
parlamentarios, sobre todo, el de mantener la gobernabilidad.
Antonio
Helguera, no sólo es un ignorante de la ley, sino un pésimo político. Su
comportamiento en nada ayuda a que el Congreso local avance por buen camino. Incluso,
ni en su propia bancada lo ven con buenos ojos. Hay quienes pretenden ocupar su
lugar para que se recupere la armonía con todas las fracciones parlamentarias y
representaciones de partidos.
Cada
vez que declara algo a la prensa, Antonio Helguera mete la pata. Al parecer se rodea de pésimos
asesores en comunicación política o se deja influenciar por mentes perversas
que le dicen estar con él, pero que en los hechos festinan los desaciertos que
comete.
Además de ser un pésimo
operador político, el otrora comerciante del mercado municipal “Gral. Adrián
Castrejón” de Iguala y hermano de un ex guerrillero y peligroso asalta bancos
(Pedro Helguera Jiménez), fue mandado por un tubo el pasado 2 de mayo por sus
amigos y aliados de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en
Guerrero (Ceteg), quienes de manera violenta irrumpieron en la instalaciones
del Congreso para destruir todo lo que se encontraban a su paso (archiveros,
computadoras, documentos oficiales, escritorios, puertas, sillas, etcétera).
Antes de que los
cetegistas y alumnos de la Normal de Ayotzinapa ingresaran al Palacio
Legislativo, el presidente de la Jucopo intentó dialogar con ellos, pero Arcángel Ramírez Perulero, dirigente de
la Ceteg y ex candidato en el distrito XIII por Morena en 2015, se negó. Y eso
no es todo. Los enardecidos maestros disidentes
le dijeron a Helguera que era un traidor. ¡Zas!
Los destrozos ocasionados
en el Congreso de Guerrero fueron la nota de varios noticiarios nacionales y el
tema durante varios días entre los periodistas, políticos y uno que otro
curioso en las cafeterías de Chilpancingo y Acapulco.
Por supuesto, la mayoría no baja de inútil e
irresponsable al presidente de la Jucopo, quien en lugar de admitir que fue un
error de su parte el haberles abierto las puertas del Congreso a la Ceteg,
ahora sale que el gobierno del estado no envió seguridad para resguardar el
edificio ni veló por la integridad de los trabajadores y diputados.
Antonio Helguera no
entiende aún que la fuerza pública del gobierno actúa a petición de parte, con
una solicitud formal del Congreso del estado, algo que él no permitió, ya que
se opone en que se aplique la ley contra sus amigos vándalos.
Ante esa situación, el
gobernador Héctor Astudillo Flores
respondió que el gobierno del estado actúa en términos de la ley y de la ley
del propio Congreso local.
“Yo soy un hombre
respetuoso de la ley, y reitero mi mayor disposición de colaborar
institucionalmente, pero no puedo actuar a mutuo propio, toda vez que es una
acción que se tiene que hacer siguiendo lo que establece la Ley Orgánica del Poder
Legislativo, no a iniciativa del gobernador”, dijo.
En efecto, el titular del Poder Ejecutivo no pude
invadir esferas de otro Poder, en este caso el del Legislativo, ya que
incurriría en una seria violación a la Constitución.
Por cierto, el diputado Helguera se hace el ingenuo
para ocultar su incapacidad de llevar las riendas de la LXII Legislatura.
Lo comento porque él estaba consciente que los cetegistas no iban en plan de
amigos, sino a vandalizar, tan es así que ordenó guardar el tablero electrónico
y las tabletas, en lugar de proteger a los trabajadores.
También es necesario
comentar que los coordinadores de las bancadas del PRI y el PRD, así como las
representaciones del PVEM, PAN, PT y MC denunciaron este lunes que el
presidente de la Jucopo pretende arrebatarles tres comisiones legislativas:
Estudios Constitucionales y Jurídicos, Asuntos Políticos y de Justicia.
“El Congreso no puede
seguir paralizado por la ambición y sentido patrimonialista de quienes
pretenden manipularlo para satisfacer su sed de poder. Es urgente que se
retomen los trabajos parlamentarios para enfocarnos a lo que es nuestra
responsabilidad constitucional”, señala el desplegado.
Ojalá el señor Helguera
aproveche sus ratos libres para leer a Locke y Montesquieu y comprender el significado
de la división de poderes, sin menospreciar, claro, las obras relacionadas con
el derecho parlamentario y el poder.
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