Desde hace dos décadas, las alianzas partidistas han sido indispensables para ganar elecciones y llegar al poder. Y lo vimos recientemente, en 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador hizo pactos hasta con el diablo. Era su última oportunidad de llegar a la Presidencia de la República y le funcionó.
Los resultados fueron
contundentes. López Obrador ganó, no solamente con los votos de Morena (partido
que él fundó en 2014), sino también del apoyo (recursos económicos y votos) que
le aportaron el Partido del Trabajo (PT), el Partido Encuentro Social (PES),
empresarios, agrupaciones sindicales y religiosas, y algunos integrantes de la
otrora mafia del poder.
Insisto, no está mal hacer acuerdos entre fuerzas
políticas. Lo que se cuestiona es la incongruencia de los dirigentes que a
los cuatro vientos gritan ser de izquierda, pero que en la praxis se unen con
partidos de derecha y que en su momento tacharon de corruptos y vividores del
pueblo.
El PES, por ejemplo, no es
un partido de izquierda, sino de derecha, ya que rechaza el aborto y los
matrimonios entre personas del mismo sexo.
Por lo tanto, en 2018 no ganó la ideología de izquierda.
El pragmatismo fue el gran triunfador.
Para las elecciones de
2021, Morena volverá hacer alianzas con partidos y personajes vinculados al ex
presidente Carlos Salinas de Gortari,
el villano favorito del presidente López Obrador. Y se entiende: Morena no se siente capaz de enfrentar con
su propia estructura al PRI, al PAN, al PRD y a Movimiento Ciudadano (MC).
Morena
es vulnerable sin AMLO en la boleta electoral. Aunque tampoco se
descarta que el mandatario federal influya en los comicios del próximo año, a
tal grado que el pasado 22 de junio advirtió que se convertirá en “guardián” de
las elecciones, algo que le compete única y exclusivamente al Instituto
Nacional Electoral (INE).
Tan desesperado está el
partido gobernante que en 2021 pretende llevar como aliado al Partido Verde
Ecologista de México (PVEM). Sí, el instituto político que en los hechos
comanda Jorge Emilio González Martínez,
mejor conocido como “El Niño Verde”.
El pasado 18 de junio y
ante la caída de la popularidad del presidente López Obrador en las encuestas,
el dirigente nacional interino de Morena, Alfonso
Ramírez Cuéllar, anunció que hará un "frente unitario" con el PT
y el PVEM para los comicios de 2021 en defensa del gobierno de la Cuarta Transformación.
Durante 17 años, el
Partido “Verde” fue el principal aliado del PRI. Y en el año 2000 se unió con el
PAN para llevar al guanajuatense Vicente
Fox Quesada a Los Pinos.
En las elecciones
presidenciales de 2006, 2012 y 2018, los “verdes” apoyaron como sus candidatos
presidenciales a Roberto Madrazo Pintado,
Enrique Peña Nieto y a José Antonio Meade Kuribreña. Y en los
estados, ni se diga. También apoyaron a los candidatos del tricolor, con el
único objetivo de frenar el avance de los partidos denominados de izquierda.
PT:
LA SOMBRA DE SALINAS.-
Y el Partido del Trabajo tampoco canta mal las rancheras. Es un
instituto político que sabe acomodarse muy bien en cada proceso electoral. En
2015, por ejemplo, salvó su registro gracias a un gran acuerdo con el PRI y el
presidente Enrique Peña Nieto.
En
política nada es casual. Siempre se ha dicho que el ex
presidente Carlos Salinas de Gortari y
su hermano Raúl propiciaron y auspiciaron la creación y desarrollo del Partido
del Trabajo, como una forma de debilitar a la izquierda representada en ese
entonces por Cuauhtémoc Cárdenas
Solórzano en su segunda candidatura por la Presidencia de la República
hacia 1994.
Alberto
Anaya Gutiérrez, máximo y eterno líder del PT, había
desarrollado lazos amistosos con los Salinas, desde sus años universitarios.
En una entrevista publicada
el 6 de marzo de 1995 en el semanario Proceso,
el ex candidato del PRD a la gubernatura de Nuevo León, Lucas de la Garza González, afirmó que “el propio Raúl (Salinas de
Gortari) le contaba a varios empresarios amigos míos que él había sido el
patrocinador y guía del PT, por más que Anaya se empeñe en negarlo una y otra
vez”.
En efecto, el PT se fundó durante el gobierno de
Carlos Salinas de Gortari. Para ser exactos, el 8 de diciembre de 1990.
En 1994 postuló como su
candidata a la Presidencia de la República a la feminista Cecilia Soto González, quien obtuvo una votación de casi un millón
de votos emitidos en todo el país. Dicha elección la ganó el priista Ernesto Zedillo Ponce de León.
Y al igual que el PVEM, el
PT también se ha aliado con el PRI, el PRD y el PAN en algunas elecciones
estatales, y se ha beneficiado de jugosas prerrogativas del INE (antes IFE),
cargos administrativos, curules en el Congreso de la Unión y en los Congresos
estatales.
En la elección de
gobernador de 2005 en Guerrero, se unió con el PRI y el PVEM para formar la
coalición “Todos por Guerrero”, que abanderó Héctor Astudillo Flores.
Mientras los dirigentes de
Morena, del PT y del PVEM hacen acuerdos por debajo de la mesa, sus bases se
enardecen si el PRI, el PAN, PRD y MC se reúnen para buscar coincidencias de
cara a la elección de 2021.
Ni modo chairos. Les
tocará juntarse nuevamente con los otrora aliados del “PRIAN” y los falsos
ecologistas.
Lo
que es tragar sapos sin hacer gestos.
ENTRE OTRAS COSAS… No
cabe duda que el presidente López
Obrador es candil de la calle y oscuridad de su casa.
Mientras
en el país se ha negado a usar cubrebocas, resulta que al abordar el avión con
destino a Estados Unidos sí lo hizo. Y todo por quedar bien con su patrón
Donald Trump, el máximo representante del neoliberalismo en el mundo.
¡A
sus órdenes, jefe! (Cantinflas dixit).
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