miércoles, 8 de julio de 2020

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Morena y sus “distinguidos” aliados

Desde hace dos décadas, las alianzas partidistas han sido indispensables para ganar elecciones y llegar al poder. Y lo vimos recientemente, en 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador hizo pactos hasta con el diablo. Era su última oportunidad de llegar a la Presidencia de la República y le funcionó.

Los resultados fueron contundentes. López Obrador ganó, no solamente con los votos de Morena (partido que él fundó en 2014), sino también del apoyo (recursos económicos y votos) que le aportaron el Partido del Trabajo (PT), el Partido Encuentro Social (PES), empresarios, agrupaciones sindicales y religiosas, y algunos integrantes de la otrora mafia del poder.

Insisto, no está mal hacer acuerdos entre fuerzas políticas. Lo que se cuestiona es la incongruencia de los dirigentes que a los cuatro vientos gritan ser de izquierda, pero que en la praxis se unen con partidos de derecha y que en su momento tacharon de corruptos y vividores del pueblo.

El PES, por ejemplo, no es un partido de izquierda, sino de derecha, ya que rechaza el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo.

Por lo tanto, en 2018 no ganó la ideología de izquierda. El pragmatismo fue el gran triunfador.

Para las elecciones de 2021, Morena volverá hacer alianzas con partidos y personajes vinculados al ex presidente Carlos Salinas de Gortari, el villano favorito del presidente López Obrador. Y se entiende: Morena no se siente capaz de enfrentar con su propia estructura al PRI, al PAN, al PRD y a Movimiento Ciudadano (MC).

Morena es vulnerable sin AMLO en la boleta electoral. Aunque tampoco se descarta que el mandatario federal influya en los comicios del próximo año, a tal grado que el pasado 22 de junio advirtió que se convertirá en “guardián” de las elecciones, algo que le compete única y exclusivamente al Instituto Nacional Electoral (INE).

Tan desesperado está el partido gobernante que en 2021 pretende llevar como aliado al Partido Verde Ecologista de México (PVEM). Sí, el instituto político que en los hechos comanda Jorge Emilio González Martínez, mejor conocido como “El Niño Verde”.

El pasado 18 de junio y ante la caída de la popularidad del presidente López Obrador en las encuestas, el dirigente nacional interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar, anunció que hará un "frente unitario" con el PT y el PVEM para los comicios de 2021 en defensa del gobierno de la Cuarta Transformación.

Durante 17 años, el Partido “Verde” fue el principal aliado del PRI. Y en el año 2000 se unió con el PAN para llevar al guanajuatense Vicente Fox Quesada a Los Pinos.

En las elecciones presidenciales de 2006, 2012 y 2018, los “verdes” apoyaron como sus candidatos presidenciales a Roberto Madrazo Pintado, Enrique Peña Nieto y a José Antonio Meade Kuribreña. Y en los estados, ni se diga. También apoyaron a los candidatos del tricolor, con el único objetivo de frenar el avance de los partidos denominados de izquierda.

PT: LA SOMBRA DE SALINAS.-  Y el Partido del Trabajo tampoco canta mal las rancheras. Es un instituto político que sabe acomodarse muy bien en cada proceso electoral. En 2015, por ejemplo, salvó su registro gracias a un gran acuerdo con el PRI y el presidente Enrique Peña Nieto.

En política nada es casual. Siempre se ha dicho que el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y su hermano Raúl propiciaron y auspiciaron la creación y desarrollo del Partido del Trabajo, como una forma de debilitar a la izquierda representada en ese entonces por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en su segunda candidatura por la Presidencia de la República hacia 1994.

Alberto Anaya Gutiérrez, máximo y eterno líder del PT, había desarrollado lazos amistosos con los Salinas, desde sus años universitarios.

En una entrevista publicada el 6 de marzo de 1995 en el semanario Proceso, el ex candidato del PRD a la gubernatura de Nuevo León, Lucas de la Garza González, afirmó que “el propio Raúl (Salinas de Gortari) le contaba a varios empresarios amigos míos que él había sido el patrocinador y guía del PT, por más que Anaya se empeñe en negarlo una y otra vez”.

En efecto, el PT se fundó durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Para ser exactos, el 8 de diciembre de 1990.

En 1994 postuló como su candidata a la Presidencia de la República a la feminista Cecilia Soto González, quien obtuvo una votación de casi un millón de votos emitidos en todo el país. Dicha elección la ganó el priista Ernesto Zedillo Ponce de León.

Y al igual que el PVEM, el PT también se ha aliado con el PRI, el PRD y el PAN en algunas elecciones estatales, y se ha beneficiado de jugosas prerrogativas del INE (antes IFE), cargos administrativos, curules en el Congreso de la Unión y en los Congresos estatales.

En la elección de gobernador de 2005 en Guerrero, se unió con el PRI y el PVEM para formar la coalición “Todos por Guerrero”, que abanderó Héctor Astudillo Flores.

Mientras los dirigentes de Morena, del PT y del PVEM hacen acuerdos por debajo de la mesa, sus bases se enardecen si el PRI, el PAN, PRD y MC se reúnen para buscar coincidencias de cara a la elección de 2021.

Ni modo chairos. Les tocará juntarse nuevamente con los otrora aliados del “PRIAN” y los falsos ecologistas.

Lo que es tragar sapos sin hacer gestos.

ENTRE OTRAS COSAS… No cabe duda que el presidente López Obrador es candil de la calle y oscuridad de su casa.

Mientras en el país se ha negado a usar cubrebocas, resulta que al abordar el avión con destino a Estados Unidos sí lo hizo. Y todo por quedar bien con su patrón Donald Trump, el máximo representante del neoliberalismo en el mundo.

¡A sus órdenes, jefe! (Cantinflas dixit).

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