El
informe de Javier Saldaña Almazán, rector de la Universidad Autónoma de
Guerrero fue avasallador, como nunca antes; Lo hizo lejos y fuera de Ciudad
Universitaria, la que se supone es su alma mater.
Saldaña
Almazán parece haber olvidado que fue electo por una clase estudiantil que veía
un proyecto de universidad más cercano a ellos y lejos de la clase política en
el poder que siempre ha pretendido avasallarla.
GABY CARMONA ASTUDILLO |
El
otrora rector de la Universidad Autónoma de Guerrero se ha dejado seducir por
el poder político y por los supuestos amigos que le han salido al paso, esos
que le han venido realizando un lavado de cerebro en el sentido de que si se lo
propone “él puede convertirse en gobernador de Guerrero” nada más lejos de la
realidad.
La
clase política que logró convocar o que se dejó convocar, a un año y meses del
cambio de poder, fue sentada en primera fila, ahí estaban los ex gobernadores
que tanto daño le han hecho a la máxima casa de estudios y claro, el daño
irremediable que le hicieron durante su gestión al pueblo de Guerrero, de esa
clase política y de líderes oscuros se rodeó Saldaña Almazán en su primer
informe como rector.
La
actitud que está asumiendo Javier Saldaña Almazán, me lleva a recordar los
actos protagónicos que hizo Rosario Robles en su paso por la dirigencia
nacional del Partido de la Revolución Democrática, cuando envuelta en el poder
económico que le otorgó Carlos Ahumada sacó al PRD de los lugares cochambrosos
y lo llevó a lugares de lujo, le dio
Rosario Robles al PRD otro nivel político y social. ¿El resultado? Corrupción,
malversación de recursos, deudas impagables pero sobretodo, alejó de su base
militante. Después de Robles el PRD no ha podido sobreponerse a los escándalos
de corrupción.
El
despliegue de poder que ha venido realizando Javier Saldaña Almazán, en donde
da la impresión de estar más ocupado y preocupado por posicionar su imagen ante
los guerrerenses, que estar atendiendo los graves problemas que enfrentan
diferentes facultades universitarias, en donde la falta de registro de varias
especialidades impiden la expedición de títulos y por ende el trámite de
cédulas profesionales, es decir, los alumnos pierden cuatro o cinco años y no
obtienen un sencillo certificado de estudios.
El
control de poder que tiene Saldaña Almazán lo obtiene a través de las dádivas
del dinero, con la compra de voluntades, con silenciar protestas y amenazar a
quienes no están de acuerdo en su forma de llevar las riendas de la Universidad
Autónoma de Guerrero, en donde la entrega de vehículos oficiales y los salarios
millonarios son un verdadero escándalo.
El
informe de Javier Saldaña tuvo un solo fin, mostrar musculo político, porque en
su cerebro anencefálico le han metido la idea de que puede ser gobernador, no
importa que para recorrer ese camino se haya aliado con lo más oscuro de las
esferas del poder y social, toda vez que la Universidad Autónoma de Guerrero
soporta esos enormes despilfarros de dinero y otras cosas más, ojalá que
Saldaña no vaya a terminar como Rosario Robles, en medio del escándalo, solo,
señalado y en el exilio. Veremos qué pasa.