Contagiados
por el efecto estadunidense donde se anticipa inminente victoria de la
candidata presidencial demócrata Hillary Clinton, en México un segmento de
panistas pretenden retornar al poder, impulsando a la esposa del ex presidente
Felipe Calderón, Margarita Zavala.
El
martes 8 de noviembre, se llevarán a cabo comicios en los Estados Unidos, para
elegir presidente; se anticipa una victoria de la candidata demócrata Hillary
Clinton, sobre el aspirante republicano, Donald Trump. Por primera vez en la
historia, la Unión Americana tendrá a una mujer como presidenta del país más
poderoso del planeta.
Aun
cuando la señora Zavala de Calderón no es candidata presidencial del PAN, se
desconoce cómo reaccionará el electorado durante la posible campaña de la consorte
del ex presidente panista. ¿Para entonces la población ya habrá olvidado a los más
de cien mil muertos que hubo durante el sexenio panista del calderonato?
Fue
durante el sexenio del ex presidente Felipe Calderón -2006-2012- cuando los
soldados y marinos fueron sacados de sus cuarteles para combatir a los cárteles
del narcotráfico, tarea que era exclusivamente de la PGR.
Pero
eso no es todo: Durante la “Docena Trágica" (sexenios de Vicente Fox y
Felipe Calderón), en México no disminuyó la pobreza; por el contrario, aumentó.
En
doce años, no bajó la espiral del desempleo. Había seis millones de jóvenes sin
trabajo, cuya cifra se duplicó. Con Enrique Peña Nieto como presidente, la
cifra de desempleados, no varía.
A
estas alturas un segmento de panistas andan entusiasmados ante la casi segura
victoria de la señora Clinton. Creen que en México y en gran parte de Latinoamérica
se generará el efecto “dominó”.
-Que
las fichas caerán hacia un solo lado; es decir: que serán las mujeres las que
se conviertan en candidatas presidenciales en varios países, incluyendo al
Caribe. El factor Hillary Clinton y su posible triunfo en los Estados Unidos, será
lo que aliente a las féminas y al resto de la población.
Quizás
el ex presidente panista Felipe Calderón, ya hizo pacto con lo más rancio de la
Nomenclatura priista, con ex presidentes como Carlos Salinas de Gortari, para
planear cómo frenar la creciente candidatura del aspirante presidencial de
Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Los
también aspirantes presidenciales como Ricardo Anaya Cortés y Rafael Moreno
Valle, aun no digieren que la esposa del ex presidente Felipe Calderón
–Margarita Zavala- les arrebate la candidatura.
Anaya
Cortés y Moreno Valle tendrán que disciplinarse cuando los mandones del PAN les
notifiquen sobre la candidatura oficial presidencial de la señora Margarita
Zavala. Ricardo y Rafael serán recompensados al estilo priista.
Un
guerrerense ya se montó sobre el convoy panista-calderonista: Jorge Camacho
Peñaloza, quien fue nombrado “Jefe de la Oficina de la Presidencia Panista
2018”.
Camacho
presume haber ganado la gubernatura de Chihuahua con el candidato panista,
Javier Corral. El PAN ganó esa gubernatura por las corruptelas que perpetró el
ex gobernador del PRI, César Duarte Jàquez. Jorge, nada tiene que presumirle a
nadie.
La
sucesión presidencial del 2018, será atípica por la irrupción en el escenario
de la esposa de un ex presidente panista, Margarita Zavala, quien pretende
suceder al priista Peña Nieto.
Nunca
antes en la historia del México contemporáneo, el cónyuge de un ex presidente
priista había pretendido el más importante cargo de esta nación.
Sólo
la esposa del ex presidente Vicente Fox, Martha Sahagún, tuvo la ocurrencia de
pretender suceder a su consorte, según trascendió en corrillos políticos y
hasta hubo quienes alentaron esa absurda aspiración.
Lo
cierto es que un sector de panistas tienen como plan volver al poder por un
tercer sexenio; es decir, quieren retornar a Los Pinos para completar 18 años.
El PAN tiene planeado utilizar al PRD para lograr sus fines.
ASTUDILLO:
CARGAR CULPAS AJENAS.
Cuando
Hèctor Astudillo Flores arribó a la gubernatura, ya habían desaparecido a 43
normalistas de Ayotzinapa; los cárteles del narcotráfico ya habían iniciado una
sangrienta guerra por territorios y el trasiego de enervantes en el estado.
Eso
le heredaron al mandatario Astudillo Flores: Un Guerrero violento, con muchas
ejecuciones; una entidad convulsa y con muchos problemas generados por
grupúsculos chantajistas como la Ceteg y el caso Iguala-Ayotzinapa.
Gobiernos
anteriores habían sido acusados de perpetrar guerra sucia; desaparecer a
“luchadores sociales”, eliminarlos o enviarlos a prisión hasta convertirlos en
“presos políticos”.
Hoy,
el gobierno forzosamente tiene que enviar a sus policías estatales para que
cuiden a otros policías rurales –del FUSDEG y UPOEG- para que no se sigan
matando en el “corredor de la muerte”, en que han convertido la zona de
Chilpancingo, Petaquillas, El Ocotito, Juan R. Escudero (Tierra Colorada) y Xaltianguis,
municipio de Acapulco.
El
gobierno estatal que encabeza Astudillo Flores, lo tiene bien presente: La
presencia de agrupaciones armadas como el FUSDEG y la UPOEG, son bombas de
tiempo. Estos grupos se sienten otro poder, capaces de desafiar al Estado
Mexicano.
Y
en el caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, el gobierno que encabeza
Astudillo Flores, ha sido respetuoso y prudente. Los padres de los 43
normalistas desaparecidos son manipulados por grupúsculos ultra radicales que
han lucrado con el dolor de esos señores.
El
caso Iguala-Ayotzinapa, posiblemente llegará a su fin en septiembre del año
2018, tres meses antes de que el presidente Enrique Peña Nieto entregue el
poder (a quien sea).
Mientras
tanto, el gobernador Astudillo Flores, casi está sentado en un barril de
pólvora, cargando penas ajenas; resolviendo graves conflictos que le heredaron
sus antecesores del partido que va en caída libre: el PRD… Punto.