Vertiginosamente
transcurrieron dos años del gobierno encabezado por Héctor Astudillo Flores.
Una década aguardó para convertirse en el mandatario que asumió el Poder
Ejecutivo con un estado convulso y en llamas; casi paralizado en su economía
por eventos radicales -nada gratos para la vida cotidiana de miles de
guerrerenses-. Esto, ya es parte de la historia del Guerrero bronco.
El principal flagelo de todo
gobierno -hoy día- es la delincuencia organizada que se transforma en poderes fácticos,
porque utilizan la violencia y terror como métodos de sometimiento, coacción,
chantaje y extorsión. No respetan códigos. La guerrilla ahora es poco menos que
el crimen organizado.
Héctor Astudillo Flores,
cumple dos años al frente de la administración estatal; le tocó gobernar un
estado convulso por la presencia de organizaciones radicales acostumbradas al
chantaje y a la negociación oscura.
La espiral de la violencia
es imparable. Gobernar Guerrero, no ha sido tarea fácil para el mandatario
Astudillo Flores, por la presencia de zonas focalizadas por violentas como son:
Acapulco; Tierra Caliente: San Miguel Totolapan, Pungarabato, Coyuca de Catalán,
Arcelia, Apaxtla y Teloloapan; Baja Montaña como: Chilapa, Zitlala y
Ahuacotzingo; Zona Centro: Chilpancingo, Leonardo Bravo, Tlacotepec, Eduardo
Neri; Zona Norte: Iguala, Taxco, Tetipac, Buena Vista de Cuéllar y Cocula,
entre otros.
Sin la presencia de la Federación,
Guerrero sería un caos; difícilmente las fuerzas estatales podrían contener la
espiral de la violencia. La Federación siempre ha ido al rescate de esta entidad
en todos los sentidos y en momentos más críticos.
El gobernador Astudillo y la
población lo reconocen al presidente Enrique Peña Nieto quien ha estado aquí
durante las peores contingencias.
El turismo nacional y poco
extranjero no se han caído; sigue llegando a Guerrero por la promoción que se
hace exteriormente; la economía creció 2.8% en medio de la violencia. Los
inversionistas siguen creyendo en Guerrero, no los arredra la espiral violenta.
A dos años de haber asumido Héctor
Astudillo Flores la gubernatura de Guerrero, ninguno de los 81 ayuntamientos está
paralizado; hubo crisis (de la basura) en Chilpancingo, pero fue subsanado con la
separación del cargo (licencia indefinida) del ex alcalde MAL. Arribó el nuevo
munícipe Jesús Tejeda Vargas con buen ánimo por hacer bien las cosas.
Los programas sociales no se
han detenido para los sectores más vulnerables de la entidad, destacando la
política altruista que practica la señora Mercedes Calvo de Astudillo,
Presidenta del DIF-Guerrero.
Los tres poderes del estado
funcionan. Sólo planteles educativos dañados por sismos y tormentas tropicales
(huracanes) han cerrado pero funcionan espacios educativos alternos. Atrás
quedaron las contingencias por torrenciales lluvias y sismos.
El fantasma de la guerrilla
se esfumó por arte de magia; lo que existen son células delincuenciales que
atentan contra la economía de empresarios, mientras los cárteles se enfrascan
en feroz y sangrienta guerra por territorios y mercados. Todo eso está
focalizado; el turismo puede visitar Guerrero y disfrutar su estancia en playas
y otros sitios de atracción.
Se dice fácil: Son casi 730 días
los que ha gobernado Héctor Astudillo esta entidad que no es Disneylandia;
donde todos los días la nota roja sobresale por encima de cosas positivas.
Las buenas obras como
carreteras, escuelas, hospitales, puentes, sistemas de agua potable y drenajes;
pavimentación de calles, rastreo de caminos, construcción de libramientos y
apoyos a la gente que más lo necesita son opacadas por la nota roja; la que
reseña balaceras, enfrentamientos, desmembrados, ejecutados y calcinados como
fue el condenable caso del ex diputado perredista Ranferi Hernández Acevedo
junto con su familia. Muy trágicos y condenables esos hechos.
Este día a partir de las
8:30 horas, el mandatario estatal Héctor Astudillo Flores acudirá ante el
Congreso para pronunciar un mensaje alusivo a su segundo informe de gobierno.
Lo hará ante la representación
popular que son los 45 diputados a la 61 Legislatura. Así lo mandata la Constitución
Política del Estado de Guerrero…Punto.