Si Tarantino quisiese hacer
un día una película con David Lynch, un mano a mano sobre un personaje
histórico, entre los candidatos debería estar Tycho Brahe. Posiblemente estamos
ante el astrónomo más excéntrico de la historia, uno cuyos logros científicos
están a la altura de su vida. Esta fue su historia.
Es difícil empezar por algún
momento interesante porque todos tienen alguna lectura, surrealista o no, que
decirnos. Así que lo haremos desde el principio, cuando el 14 de diciembre de
1546 nacía Tyge Ottesen Brahe. Tycho Brahe para los amigos.
El pequeño Tycho
El gran cuadrante mural de
Tycho Brahe. Astronomiae instauratae mechanica, Tycho Brahe, 1598. Wikimedia
Commons
Brahe nació en Knudstrup,
antes Dinamarca, ahora Suecia. Lo hizo en el seno de una casa opulenta de la
época siendo el hijo mayor de una familia nobiliaria danesa (su padre fue
consejero privado del rey y gobernador del castillo de Helsingborg).
Pero lo cierto es que Tycho
fue criado por Joergen Brahe desde que tenía un año, un tío que no tenía hijos
y tiempo para cuidarlo. Por tanto, el joven se crió bajo las estrictas reglas
de su tío hasta los 13 años, edad a la que asistió a la Universidad de
Copenhague (1559). Y es justo aquí, entre los libros y los nuevos amigos,
cuando la vida del pequeño Tycho iba a dar un (primer) vuelco.
Ocurrió un año después de
ingresar en el centro. El 21 de agosto de 1560 se produjo un eclipse de sol
cuya predicción causó una gran impresión en el joven. Aquel fenómeno le inspiró
de tal manera que desde ese momento decidió que iba a ser astrónomo.
En 1562 deja Dinamarca y se
traslada a la Universidad de Leipzig con la intención de estudiar leyes
mientras se dedica a las primeras observaciones astronómicas. Durante su
estancia allí y a raíz de una conjunción entre Júpiter y Saturno (en 1563),
Tycho se da cuenta de los errores en que incurrían las previsiones
astronómicas. Aquello le desespera y está decidido a estudiar y cambiar las
previsiones.
Sin embargo, en 1565 debe
regresar a Dinamarca. Su tío le ordena el regreso por el miedo a complicaciones
debido a la guerra entre Suecia y Dinamarca. Ese año el tío Joergen fallece y
Tycho hereda todas las riquezas.
Tycho Brahe.
Diciembre de 1566. Tycho
tenía 20 años cuando se ve envuelto en una disputa con el aristócrata danés
Manderup Parsbjerg. Al parecer, aunque varía según la versión, Parsbjerg se
había estado riendo de las predicciones de Tycho. Otros dicen que la pelea se
formó por un simple desacuerdo matemático. En cualquier caso aquello fue un
hecho que el astrónomo no quiso dejar pasar y que terminó en una pelea
callejera a muerte.
Dicen que Tycho ganó, aunque
con la mala suerte de que su contrincante le asestó un golpe con que le arrancó
parte de su nariz. Desde entonces, Tycho Brahe es el único astrónomo del
planeta que ha tenido una prótesis de oro y plata por nariz (o eso afirmaba).
Tycho fue criado por Joergen
Brahe desde que tenía un año, un tío que no tenía hijos y tiempo para cuidarlo
Como decíamos antes, Tycho
había heredado una gran fortuna de su tío. De hecho se cree que Brahe poseía
hasta el 1% de las riquezas de Dinamarca, y posiblemente cinco veces más que lo
que gastó el propio gobierno danés en las investigaciones del astrónomo.
Lo interesante es que el
hombre a menudo eligió usar su tesoro personal para financiar varios proyectos
bastante inusuales. Uno de ellos fue precisamente su nariz postiza de aleación
oro-plata (en vez de las de cera de aquella época).
Jepp venía a ser lo que
comúnmente se conoce como un bufón de la corte, uno al que Tycho le veía
poderes de clarividencia y que siempre quiso tener a su lado. Tycho sabía que
por mucho que lo apreciara no podía dejarle comer en la misma mesa, así que
siendo un enano pensó que lo mejor era que comiera cada día con él, aunque Jepp
lo hacía debajo de la mesa.
Esta escena surrealista se
repetía con cada uno de los comensales que asistían a la casa del astrónomo.
Casa a la que por cierto, hasta ahora no habíamos nombrado. Tycho vivía en un
castillo con Jepp y varias mascotas. Aunque si hubiera que nombrar a una sola,
sin duda debemos hablar de Rix.
La primera vez que se tuvo
constancia de este personaje en la vida de Tycho fue a través de su amigo
Lantgrave Wilhelm. Este tipo había acudido a varias fiestas de Brahe en las que
llegada una hora de la madrugada, creía haber visto una especie de criatura con
cuernos danzando por los aposentos del castillo. En alguna ocasión había
escuchado al propio Tycho gritar el nombre de Rix, pero tenía dudas de que
aquello no se debiera al alcohol.
Tycho había heredado una
gran fortuna de su tío. De hecho se cree que Brahe poseía hasta el 1% de las
riquezas de Dinamarca
Tycho acabó con el misterio
poco después. El astrónomo le dijo a Lantgrave que lo que creía ver era su alce
Rix, el cual vivía en el castillo junto al astrónomo y el enano Jepp. De hecho
Rix solía acompañar a todos lados a Tycho. Cuando este acudía a alguna visita
en su carruaje, Rix galopaba junto a este.
Lamentablemente, Rix tuvo
una muerte violenta. El alce también mostró desde bien temprano sus maneras
para las fiestas de Brahe. A menudo se le pudo ver bebiendo el alcohol que le
proporcionaba el aristócrata, razón por la cual, el alce acabó desarrollando
una extraña afición a la cerveza.
Con el tiempo Brahe no pudo
resistirse a mostrar aquel animal tan extraño a sus diversas amistades y,
pronto, un noble cercano le pidió que enviara a Rix a su castillo para
entretener a los invitados en una fiesta. A medida que pasaba la noche la
criatura estaba cada vez más borracha hasta que finalmente terminó rugiendo
borracho. El final de Rix, aunque peliculero, fue muy triste. Después de subir
totalmente ebrio las largas escaleras de aquella casa aristocrática, Rix se
precipitó por ellas falleciendo en el acto.
Muerte astronómica
Además de por sus
excentricidades, Tycho Brahe es conocido como el más grande observador del
cielo en el período anterior a la invención del telescopio. En 1574 daba clases
y realizaba sus observaciones astronómicas en Copenhague, aunque un tanto
insatisfecho de las condiciones de su trabajo barajó instalarse en Basilea.
Debido a ello y en vista de su creciente prestigio, el rey le ofreció para
retenerlo que se instalara en un castillo real y poco después accedió a
regalarle la pequeña isla de Hven, con el añadido de la construcción de una
casa y la concesión de una renta.
El documento de la cesión se
firmó el 23 de mayo de 1576 y, además de la casa, Tycho también levantó el que
más tarde sería conocido como el observatorio de Uraniborg, un palacio que se
convertiría en el primer instituto de investigación astronómica. No sólo eso,
los instrumentos diseñados por Brahe le permitieron medir las posiciones de las
estrellas y los planetas con una precisión muy superior a la de la época.
Tycho pensaba que el
progreso en la astronomía no podía conseguirse por la observación ocasional e
investigaciones puntuales, sino que se necesitaban medidas sistemáticas, noche
tras noche, utilizando los instrumentos más precisos posibles.
Sin embargo, si el personaje
en vida daba para una gran película, su misteriosa muerte lo iba a encumbrar
como EL PERSONAJE.
El Sistema Solar según Tycho
Brahe. Wikimedia Commons
Tycho murió de una
enfermedad súbita de la vejiga en 1601, mientras se encontraba en un banquete
en Praga. El hombre no pudo orinar salvo pequeñas excepciones y en cantidades
muy pequeñas, y después de once días de agonía, finalmente murió.
ESTA ES LA HISTORIA OFICIAL.
Porque también hubo otra. Y
es que hace varios años se corrió el rumor de que podría haber muerto por
intoxicación de mercurio. ¿Cómo? Un grupo de investigadores habían detectado
cantidades tóxicas de dicha sustancia en sus pelos de bigote conservados. De
hecho y con el fin de arrojar luz sobre ello, sus restos fueron exhumados para
realizar más estudios médicos.
Tycho murió de una
enfermedad súbita de la vejiga en 1601, mientras se encontraba en un banquete
en Praga
De esta forma se abrieron
nuevas vías y tramas sobre su muerte. Si los resultados mostraban que
efectivamente había mercurio en huesos y pelo, entonces había dos
posibilidades. La primera: si hay evidencia de una exposición a largo plazo,
entonces probablemente tomó el mercurio de forma accidental durante algún
experimento.
En cambio, si se producía la
segunda posibilidad y el mercurio sólo se encuentra en las raíces del pelo,
entonces indicaría que le dieron una dosis fatal de mercurio. Entonces el gran
Tycho Brahe fue asesinado.
Pero no. En el año 2013 se
ponían fin a los rumores con los resultados de los análisis químicos de su
cadáver. El mercurio no mató al prolífico astrónomo del siglo XVI, lo hizo el
pis (y su vejiga). Además y por separado, los investigadores acabaron revelando
que la nariz protésica de Brahe era en realidad de latón (con algo de plata y
oro).
Sea como fuere, la muerte de
Brahe supuso la explosión de todos los datos que había acumulado en vida. De
hecho, su pupilo Johannes Kepler se aprovechó de la confusión tras su muerte
para tomar posesión de los datos astronómicos y los catálogos de cientos de
estrellas nuevas.
Con esos datos Kepler fue
capaz de elevar la astronomía hasta donde nadie lo había hecho hasta entonces.
Tanto, que el propio Carl Sagan llegó a decir de Kepler que “fue el primer
astrofísico y el último astrólogo científico”.
No hay que olvidarlo, todo
esto no hubiera sido posible sin la increíble aventura que supuso en vida el
personaje de Tycho Brahe. El astrónomo con un alce borracho y una nariz falsa
(de latón).