Y si no es el mesías por lo
pronto Andrés Manuel López Obrador ya se sentó, no a la derecha, sino a la
ultraderecha de la geografía política nacional.
Ahora resulta que en un
escenario en el que las demás fuerzas de izquierda se han aliado con el
conservador PAN, y los puristas obradoristas van de la mano con el evangélico
PES, ¡el PRI es el único ideológicamente congruente!
Autoritario, tecnócrata y neoliberal,
pero congruente.
¿Habría que crucificar al
tabasqueño por eso como sus seguidores hacían con el PRD y Movimiento
Ciudadano? ¿Ha llegado el apocalipsis para la izquierda mexicana?
Por lo pronto Obrador ya
negó a la izquierda tres veces en una sola declaración, al decir que no hay
diferencias de fondo entre su partido, Morena, y el PES.
O lo que es lo mismo: temas
como el aborto, los matrimonios igualitarios y la legalización de las drogas,
emblemáticos de la izquierda y repudiados por la derecha, son de simple forma.
Esos temas son utilizados
como parámetro para determinar la orientación ideológica de las personas en
algunos test científicos que como el de David Nolan se utilizan desde 1970, y
por obvias razones son polarizados por una izquierda a favor, y una derecha en
contra.
Es decir, son de fondo, y
por eso en la declaración de Obrador para justificar su alianza electoral va
implícita su negación a ellos, al menos, por esta elección.
¿Hay que rasgarse las
vestiduras y cubrirnos de cilicio por el pragmatismo demostrado?
El ejercicio de gobierno es
pragmático. Una vez se gana, se gobierna para todos: de izquierda, derecha,
centro, católicos, musulmanes, evangélicos, etcétera.
Lo que lleva el toque
ideológico es el plan de gobierno y las políticas públicas que deriven del
diagnóstico del que éste debe partir, y por supuesto, la previa plataforma
política que las coaliciones participantes promoverán y defenderán en campaña.
Ahí, en las plataformas,
habrá que revisar y analizar si en Por México al Frente y en Morena-PT-PES
logran un punto medio entre las diferentes concepciones del mundo -ideologías-
de sus partidos integrantes, y dónde quedan esos temas en los que tienen
posiciones opuestas.
Mientras tanto todo es forma
y discurso, pero en esta etapa, el PRI tiene una ventana de oportunidad para
presumirse congruente y señalar pragmatismo en sus adversarios que tendrán la
dura tarea de argumentar y explicar repetitivamente lo contrario, mientras
tratan de retener a los militantes de izquierda que se inconformen y evitar que
opten por no hacer campaña.
¿O cómo explicarles que la
ideología no ha sido crucificada?
jalepezochoa@gmail.com