Los elementos que demuestran
la no existencia de un estado de transparencia en México, le estalló a Ricardo
Anaya precandidato presidencial de la coalición integrada por PAN-PRD-MC. El
semanario Proceso sacó un reportaje
donde el panista queretano que vive con su familia en Estados Unidos, da santo
y seña de cómo a través de su Fundación “Por más humanismo AC”, (título de
ciencia ficción marciana), hizo triangulaciones de recursos y cuyo beneficiario
fue él.
Lo que se ve, es la
puntita. Lo grave es la temperancia legal con que estos deslices de ilegalidad
se toleran. A Duarte de Ochoa chance y lo suelten por inconsistencias de la PGR
en el proceso. El otro César Duarte Jáquez de Chihuahua, su altísimo caso de
corrupción se balancea en la cuerda floja con final feliz mediante arreglos en
lo oscurito con Gobernación.
Y en el mismo circuito
interior, pero del otro, el regreso de Marcelo Ebrard al escenario ya le pesa a
la línea doce, y el coordinador de campaña de Morena está a la espera de la
tempestad por el tan sonado caso del metro capitalino.
Y José Antonio Meade Kuribreña mantiene en la
opacidad su fortuna al mostrar la puntita de lo que tiene en su declaración 3d3;
por su parte, AMLO, declara que todas sus casas tabasqueñas, se las dio a sus
hijos a la muerte de su ex esposa.
Y como corolario
inexplicable para tantísima podredumbre es que la actual administración
mantiene encriptados más de doce millones de expedientes. ¿Ahí estará la
verdadera historia de corrupción de este país?
La triangulación de la
fundación de Ricardo Anaya que le dejó pingües ganancias inmobiliarias es juego
de niños. Se imaginan si se auditara a “Vamos México” de Fox y Martha Sahagún y
las triangulaciones a Lotería Nacional y paraísos fiscales, le taparían la boca
al siempre perverso hombre de las botas y al promotor de una dinastía en
Veracruz, Miguel Ángel Yunes que se ha extendido como pandemia en un número
creciente de políticos que han colocado a sus hijos en gubernaturas,
senadurías, diputaciones federales, locales y presidencias municipales de las
ciudades claves de México. Y por el lado contrario de la derecha incrustada en
la izquierda a la que no rebasó como lo había asegurado, Margarita Zavala, olorosa
flor de corrupción que se marchitaría políticamente a la primera insinuación de
una auditoria al DIF nacional y a los negocios de sus hermanos que tuvieron
mucho que ver en el fraude electoral y primos de la Guardería ABC.
En un imaginario real por
el poder, ¿se imaginan si de pronto, Margarita le exigiera públicamente mediante
un osado plan mediático rendición de cuentas al ex presidente Calderdrunk, qué
pasaría?
Lo imposible de imaginar
es quién acusa a quién. Todos están metidos en el ajo. Es ofensivo escuchar a
Diego Fernández despotricar contra Morena en medios nacionales; Diego es un
animal político crecido en medio de negocios ilícitos. Y Meade que algo sabe de
movimientos de miles de millones de pesos desaparecidos de las arcas nacionales
por haber estado al frente en cinco secretarías, le cuesta trabajo hacer un
llamado para abatir la corrupción y que sea creíble, Meade le agarró la pata a
la vaca y por omisión o acatamiento de ordenes superiores tiene su culpa, si
quiere ser moneda de cambio electoral, tiene que cantar todo lo que sabe.
De ahí que la oscura proporción
que guardan las trapacerías, entre unos y otros personajes, los encubren y se
encubren pese a que muchos de estos representan delitos en cualquier republica
extraterrestre o bananera que exista. De ahí que los mismos órganos de control
tal parece que fueron creados para tapar las huellas inocultables de un
conflicto de intereses, caso específico, la Casa Blanca, Odebrech, entre
muchos.
No hay medida, ni
proporción. Se despachan con la cuchara grande, y el dilema es ¿cómo blandir
como argumento letal en campaña, acabar con la corrupción, si se le rasca
tantito sale a flote todo el lodazal en que muchos personajes de la vida
pública están metidos?
Al joven Anaya Cortés, la
granada le estalló en la boca. Los chicos malos lo saben y por eso se la
cerraron o es un mandoble con guante blanco a valores entendidos.
Y como toda proporción es
asimétrica. ¿Quién tiene las manos limpias para acusar de corrupción en México
a contrincantes políticos, si todos están cortados con la misma tijera?
Y antes de cerrar esta
Mirada dejar como testimonio de siglos la vieja máxima: “quién este libre de culpas
que lance la primera piedra y un puñado de expedientes escondidos en alguna
parte de la historia subterránea del México contemporáneo”.
SAN GOOGLE, SAN FACE Y
SAN TUITER
Ahora que van a utilizarse
las redes sociales como “interventores de certidumbre” en la próxima elección,
asegún el chichimeca menor de nombre Lorenzo Córdoba, blogueros, expertos en
redes sociales, lo ven como una amenaza. Tras signar un acuerdo con Google para
“generar información cierta, precisa, valida y objetiva”. El antropólogo racial
que confunde a los mexicanos con un grupo étnico de gran avance cultural como
los Chichimecas, anda más que enredado. De lo que se quejan los ciber hermanos
es de las millonarias cantidades de boots que insultan, desinforman y son pagados
con dinero privado o del presupuesto y cuyo objetivo es manipular la
información. El apache de corbata de mil dólares y zapatos Gucci asegura que se
signarán acuerdos similares con Twitter y Facebook para que las próximas
elecciones sean transparentes y los Hildebrandos no metan su cuchara mermadora
de votos.
La lectura más sana es
que el tricolor y sus alianzas en caso de perder las próximas elecciones,
perdiendo ganan con la alianza controlaría el senado y la cámara de diputados.
Para los priistas no hay de que espantarse, lo que deberían de comenzar a
erradicar la corrupción y con estas y otras acciones crear un ánimo de
credibilidad en la gente.