El capítulo de esta historia del poder virreinal contra un órgano independiente del poder, como es el Instituto Nacional Electoral, podría llamarse “La Democracia según Su Alteza Serenísima, Andrés Manuel”.
Un experimento básico en el
proceso electoral en marcha, frente a la previsible derrota de Morena en los
comicios del próximo 6 de junio, sustentado en la estrategia de debilitar y
restar credibilidad a la autoridad electoral con el caso de sus candidatos a
los gobiernos de Guerrero y Michoacán, y la insistencia de atacar a quienes,
cita en plural el licenciado López Obrador sumándose de facto a la campaña, no
quieren “que tengamos la mayoría en la Cámara de Diputados”.
Esa es una verdad de
Perogrullo con la que juega y pontifica el inquilino de Palacio, porque los
momios no le favorecen, de acuerdo con las encuestas reales no las que manda a
hacer la Secretaría de Gobernación y empresas de raro linaje que maquillan
cifras y ofrecen a Andrés Manuel imbatible.
Por eso la recurrente
victimización.
Y la ironía en el verbo de
su Alteza Serenísima que trae a colación lo que le ocurrió en 2006 cuando fue
llevado a proceso cameral para desaforarlo, una historia manoseada en ánimo de
la víctima a la que dizque sus seguidores obligaron a instalar el plantón en
Paseo de la Reforma, cuando fue él quien decidió unilateralmente instalarla, es
decir, contra el acuerdo de la dirigencia nacional del PRD, que advirtió alto
costo económico y político.
¿Qué ocurrió? Bueno, Andrés
Manuel se gastó el bono democrático y en los comicios federales de 2012 no sólo
fue derrotado por Enrique Peña Nieto, no, se fue junto con el Partido de la
Revolución Democrática al tercer sitio en la preferencia electoral nacional.
Y, en lo económico, dejó al
PRD con una enorme deuda bancaria y en pago a prestadores de servicios como las
lonas, sillas, propaganda y hasta alimentos.
Así, se hizo de la
estructura perredista y se fue a fundar al Corporativo Morena, del que hoy
tiene como gerente al itamita Mario Delgado Carrillo, cuyo papel en este
capítulo es del bravucón que considera necesario exterminar, sí, exterminar al
Instituto Nacional Electoral por haber cometido el pecado de aplicar la ley y
revocar el registro como candidatos a los gobiernos de Guerrero y Michoacán,
Félix Salgado Macedonio.
Y aquella arenga
precisamente de Félix para ir a buscar a su domicilio al consejero presidente
Lorenzo Córdova Vianello, con una perversa ironía de que seguramente no vive en
una casa con lámina negra, es decir, de cartón enchapopotado. ¿El llamado a la
turba para linchar al enemigo que vive en el supuesto lujo? ¿Se vale?
--¿No considera que este
tipo de comentarios crispan el ambiente electoral?—preguntaron al licenciado
presidente en la mañanera, quien justificó pero adujo no justificar. Lea usted:
“¡Ah!, sí, pero crispan el
ambiente electoral también los que hacen fraude. O sea, no estoy justificando,
nada más ¿por qué no se ve el asunto de manera integral, no sólo una parte?,
porque ahorita se rasgan las vestiduras diciendo: ‘¡Ay, qué barbaridad, esto es
violencia!’ Sí, está mal, no se debe eso de presentar.
“¿Y qué?, ¿los fraudes o el
querer impedir por consigna de que no participe un candidato?, ¿por qué no
dejarle al pueblo que decida?, ¿qué, eso no es también un agravio, no es un
atentado a la democracia?
“No estoy justificando lo
otro, de ninguna manera; es más, nunca nosotros hemos recurrido a la
violencia”.
¿En serio? No cabe duda que
Andrés Manuel simplemente se hace que la virgen le habla. Pero, vaya, el punto
es la operación echada a andar con pueriles justificaciones de Mario Delgado y,
por supuesto, la elemental beligerancia que está en el ADN de Félix Salgado
Macedonio y la postura facilona y acomodaticia de Raúl Morón, ex dirigente de
la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, en el estado
de Michoacán.
Es la elemental estrategia
de preparar el terreno frente a un clima electoral adverso. Mantener bajo
sospecha colaboracionista a la prensa y sumar la relacionada a la honestidad y
rectitud del árbitro de la contienda.
No, no es simplemente el
caso de Félix ni mucho menos del de Raúl, es el entramado que se teje rumbo al
domingo 6 de junio, cuando después de las seis de la tarde el recuento de votos
determine la derrota de la mayoría de los candidatos de Morena, en especial de
quienes buscaron la reelección y los que pretendieron la curul en el Palacio
Legislativo de San Lázaro.
Por eso la insistencia del
señorpresidente en la dizque voluntad del pueblo bueno. Andrés Manuel y sus
disertaciones para ubicar al pueblo como el gran juez. ¿En serio? ¿Votación a
mano alzada? ¡Al diablo el Instituto Nacional Electoral! Lea usted lo dicho por
el licenciado en la mañanera de hace dos días:
“Pero, además, si vamos al
fondo, que es lo que importa, en la democracia manda el pueblo. Demos es
pueblo, kratos es poder, es el poder del pueblo --¡sopas!--, el pueblo es el
soberano, no los aparatos, las estructuras, el pueblo es el que decide en la democracia,
es el que manda, se establece hasta en el artículo 39 de la Constitución, el
pueblo tiene en todo momento el derecho a cambiar hasta la forma del gobierno,
el pueblo es soberano.
“Entonces, ¿por qué impedir
que el pueblo sea el que decida?, ¿por qué no se le deja al pueblo de
Michoacán, al pueblo de Guerrero que decidan? Si son malos ciudadanos, ¿qué?,
¿no puede el pueblo calificarlos, reprobarlos o elegirlos?”
Lo dicho, es “La Democracia
según Su Alteza Serenísima, Andrés Manuel”. ¿El fin del INE? Andrés Manuel
aventura y considera que en la LXV Legislatura Federal tendrá mayoría en la
Cámara de Diputados con Morena y la gama satelital que se ha nutrido con nuevas
siglas, para impulsar una reforma electoral.
Por de pronto, Lorenzo
Córdova Vianello, consejero presidente del INE, respondió puntual, primero a la
secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, respecto de la autonomía del
Instituto Nacional Electoral y, luego a las advertencias lo mismo del
licenciado López Obrador que de Salgado, Morón y Delgado. A saber:
“A este INE, a estas
consejeras y a estos consejeros electorales nadie los va a amedrentar ni
siguiera con amenazas directas y abiertamente ilegales”. Sacó la casta Córdova
Vianello y el potencial elector registró la postura.
¿Nerviosa la oposición, como
cita Andrés Manuel? No, hay focos rojos en Palacio Nacional, en el alto mando
de Morena. Por eso la estrategia, por eso el amago, por eso el cambio de
lenguaje y postura, porque el tema no solo es doméstico y la 4T está bajo observación
internacional. ¿La embestida contra el INE rumbo a la llamada madre de todas
las elecciones en México garantiza seguridad a la inversión interna y externa?
Digo.
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