Luego de la balconeada que el presidente de
la bancada de Movimiento Ciudadano Ricardo Monreal Ávila les dio a quienes
mediante el clásico “maicito” aprobaron las reformas al presidente Enrique Peña
Nieto, hay personajes que deben muchas explicaciones a los guerrerenses, sobre
todo el senador Armando Ríos Piter cuyo voto a favor de la reforma fiscal fue
decisivo para que más impuestos ahorcaran a los contribuyentes, ya que se
evidenció que dichos votos costaron varios millones de pesos del erario
público.
El hecho de que justo después de consumar la
felonía de obligar hasta las capillitas de los pueblitos serranos a adquirir
computadora y servicio de Internet para emitir facturas electrónicas,
obviamente a cargo de los fieles, el consumador de la reforma fiscal de Peña
Nieto, léase Armando Ríos Piter, hiciera un público y millonario derroche de
recursos financieros para su desangelado informe de labores legislativas que en
verdad fue un frustrado destape por la candidatura a gobernador. Derroche por
el que fue incluso demandado ante las instancias electorales por el Partido
Revolucionario Institucional.
Esta incógnita es la que está obligado a
despejar, si en realidad tiene una propuesta honesta para Guerrero. Aunque ha
preferido mantenerse en silencio como en muchos otros temas que le son
incómodos, ya sea porque comprometen sus relaciones extrapartidarias con el ala
más neoliberal del PRI y la más ultraderechista del PAN; o porque evidenciaría
el vacío ideológico que lo separa de la izquierda.
Un tema de éstos es la interrupción legal del
embarazo, sobre la cual fue emplazado por las organizaciones feministas a fijar
postura y hasta el momento no ha ocurrido pronunciamiento alguno de su parte.
Se dice jaguar y actúa como avestruz
escondiendo la cabeza, lo cual no se le debe permitir ahora que está
evidenciado que la traición a los mexicanos de los legisladores que aprobaron
reformas lesivas para la economía de los que menos tienen, tuvo un precio
económico que fue pagado con dinero público, mediante las llamadas subvenciones
extraordinarias que balconeó la bancada de Movimiento Ciudadano, la única que tuvo
el valor y la honestidad de devolver ese dinero mal habido, como antes lo hizo
con las Ipads y los coches con que se compra a los legisladores en este país.
Los guerrerenses esperaríamos que quien se
hace llamar por sus publicistas “el jaguar de Guerrero” sacara las garras para
defendernos de esas artimañas para echarnos a cuestas por anticipado el costo
fiscal de la reforma energética de unos 90 mil millones de pesos, no que las
afilara para votar a favor del aumento de impuestos y arañar de paso las subvenciones
legislativas para realizar un costoso informe-arranque de campaña.
Armando Ríos Piter está en medio de la
sospecha al haber emitido un voto decisivo para que se aprobara la reforma
hacendaria que según encuesta de Parametría, es la que los mexicanos consideran
la más perjudicial de las seis que presentó el Ejecutivo. ¿Qué dirá? ¿Dará la
cara o seguirá como una avestruz con garras?