lunes, 8 de diciembre de 2014

OTRA VERSIÓN DE LA CENICIENTA

Uno de los cuentos infantiles más conocidos y antiguos es, sin duda, la Cenicienta. Se trata de la historia de una joven bella y humilde que, como recompensa por su abnegación y bondad, logró casarse con un miembro de la realeza o un rico mercader que la rescató de un ambiente hostil.
La versión más popular y amable es la de Perrault, que eliminó todos los componentes violentos o sexuales del relato. Sin embargo, hay otras muchas versiones (al parecer, casi setecientas) que proceden de todos los rincones del mundo. La más antigua pudo aparecer en Persia, pasó después a Egipto y, más tarde, a Grecia, Roma y al resto de Europa.
En casi todas las versiones se mantienen una serie de elementos comunes, pero también se introducen cambios importantes, según las costumbres de la época y el lugar.
Por ejemplo, la Cenicienta italiana no es buena ni paciente sino que se convierte en una despiadada asesina que rompe el cuello de su madrastra y, pese a todo, recibe su recompensa. La Cenicienta egipcia no es tan casta y recatada como las europeas, su belleza la hace tener muchos amantes y, finalmente, logra convertirse en la concubina del faraón. La hindú es pudorosa pero constantemente es asediada por varones lujuriosos que desean poseerla.
Por otra parte, algunas  versiones mantienen la salvaje mutilación (que elimina Perrault) de los dedos de los pies y los talones para conseguir calzarse el zapato y poder casarse con el hombre poderoso; otras versiones juegan con el tema del incesto: la cenicienta tiene que huir de su hogar para evitar convertirse en la amante del padre o del hermano; y otras, introducen la primitiva costumbre del canibalismo: en la Cenicienta rusa, aparece una bruja caníbal devoradora de niños y, en otras versiones, las hermanas mayores de Cenicienta, celosas de las atenciones que la madre tiene con ella, matan a su progenitora y se la comen.