Cuando en la Universidad
de Victoria en la Columbia Británica, convirtieron un parking en el centro
donde los estudiantes guardan las bicicletas, tuvieron que añadir puertas para
asegurarlo. Sorprendentemente las golondrinas que anidaban en el interior del edificio,
rápidamente aprendieron cómo activar los detectores de movimiento para abrir
las puertas y así poder entrar y salir cuando lo deseen.