En este cuadro de la época medieval un mago distrae a su público mientras un ladrón provecha para robar. |
Las paranoias son psicosis
delirantes generalmente crónicas, cuya gravedad puede variar según sea la
estructura de la personalidad que se ve afectada y se organizan como
desarrollos delirantes. La paranoia se conoce además como un estado mental
patológico en el que el paciente sufre delirios de los cuales los más comunes y
más conocidos son los de persecución y de grandeza.
El origen del político
mexicano, por ejemplo: Hernán Cortés, sujeto paranoico y asesino aparece en la
escena psíquica de varios políticos actuales, hemos de recordar que Cortés
utilizaba el miedo como una estrategia de guerra y control social, lo mismo que
utilizó Calderón, de la misma manera en que Díaz Ordaz, Echeverría. Vicente
Fox, la incertidumbre y el delirio de grandeza. Ya leímos hasta la saciedad, el
comprarse con el Benemérito De las América: Benito Juárez.
El “árbol genealógico” no
para ahí, el padre castrado -torvos y deleznables sujetos de la política que se
niegan a abandonar sus pertenencias o llamados vulgarmente “huesos”, para
hacerlos hereditarios; o, algunos otros exigen “herencia”, por servicios de los
padres prestados al Estado.
Esto ha abortado seres
humanos que han hecho de la política, más que un sitio de convivencia para un
desarrollo social -sustentable, según- han creado un manicomio, palacios de su
propio aquelarre… un sitio de alienados, llámense Congresos o dependencias
gubernamentales. Mujeres de la política que intentan ser como su madre
castrante; y, aquí se destaca a las féminas que siendo representantes
populares, nunca han realizado por las de su propio género, fines concretos y
provechosos (particularmente del PRI, PRD y PAN, desfavorablemente).
Segismundo Freud, dice:
“lo siniestro, causa angustia y miedo”, la sangre que circula por las venas de
esta familia desequilibrada, tiene que ver con el horror, por eso es fácil de
entender de estos personajeros los principios míticos de la estructura
“política familiar”, al estar constituidos desde lo ominoso y lo
siniestro, hasta comparten delirio y
engaño pero sobre todo comparten el sadismo.
La paranoia de los
políticos, emergidos y crecidos de
situación de pobreza remite a la
carencia primaria de sus años jóvenes; los descubre ante el psicoanálisis del
psicólogo, sociólogo o psiquiatra en el ánimo aventurado de apropiarse de lo
que no es suyo, cuando arriban a algún puesto donde circula la moneda, la
morralla; -pero sabedor que cuenta con
el poder dado en las urnas- “cree” y le convalida su situación de sustractor,
de cleptómano, de ladrón. Para posteriormente, tejerse una historia de que son
descendientes de familias con dinero; o parientes que le heredaron ranchos,
casas; o hasta el mínimo…” ¡me saqué la lotería! O el otro: ¡Me lo heredó mi
abuelita! “. Es pues malas mañas. Manías.
La descomposición mental
de muchos individuos, nos ha mostrado su actuar delirante. No bien un sujeto es
nombrado diputado local y ya se siente que le ocupa la legislatura federal o se
pavonea como senador; o, presidente municipal, de perdiz. ¿Enajenación o
alucinación?
Las excrecencias
patológicas de estos seres de la grilla, en sus lacayos, servidumbre y mozos de
la polaca tiene al México al borde de un siniestrado país en bancarrota,
desmantelado; pero más, asustado.
@GradoCero_Gro
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