Para nadie es extraño
que en la historia de la relación bilateral entre México y EEUU ha habido de
todo. Invasiones, traiciones, golpes de estado y dependencia económica: en
algunos casos, sumisión y vasallaje como el que está viviendo México en estos
momentos, gracias a los traspiés de un gobierno sin brújula que ha sentado al
país sobre una cápsula de C4 activada por las timos de Trump y la debilidad de
reflejos del presidente mexicano.
Tarde recibió y en
condiciones adversas para él a los padres de los 43 normalistas. Tarde
reaccionó ante el descubrimiento del “conflicto de intereses” de la “Casa
Blanca de Polanco, tarde ante corrupción de gobernadores, amigos y un gabinete hecho
bolas.
Tarde y sin reflejos
ante los ganchos al hígado de Donald que respondió con tuitasos a toro pasado.
Tarde a la hora de convocar a la unidad nacional. Y absurdo heredarle a su
primo Alfredo del Mazo Maza la candidatura contaminada del Estado de México y
ante la guerra verbal de Trump: “México se ha aprovechado de EEUU por tiempo
suficiente, los déficits comerciales masivos y la poca ayuda en una frontera
muy débil deberán cambiar AHORA…”
Los picos y palas con
los que ha respondido el gobierno mexicano, no compiten con la maquinaria
pesada de Trump. Acostumbrado a provocar y noquear al débil, el bocón de la
oficina oval, le ha dado con todo a México a quien ha tomado de esparrin.
Tarde ha reaccionado y
muy tarde se ha querido subir al ring con su 12 por ciento de aceptación en el
ánimo de los mexicanos. Tarde pues, será la respuesta de los mexicanos sin
elementos creíbles para inflamar el espíritu nacionalista inspirados en su
proceder como gobernante.
Los que salen con su
banderita tricolor, como Slim, son los beneficiarios con la venta de México,
TELMEX, es uno de tantos ejemplos; hidrocarburos, electricidad, ferrocarriles,
refinerías. Y ahora los del cavernícola Pacto por México le apuestan a la
unidad del espíritu santo nacional.
El magnate con rounds
tuiteros de sombra, derrotó al mexicano antes de dar el garrotazo final. A EPN
se le vio lento sobre el cuadrilátero mediático y tardío en dar un golpe
contundente y valiente al pugilista fullero, antes de que Videgaray (doblemente
derrotado y sin ganas de aprender), tirara la toalla desde la esquina del
retador.
Convocar a la unidad
nacional, implicaría dar marcha atrás a cinco sexenios. Y para que surgiera un
hito de credibilidad en el gobierno, frenar las reformas; energética,
educativa, el negocio de partidos. Rediseñar el mercado interno y reducir las
importaciones, dar un golpe de timón hacia una economía nacional y revertir el
comercio leonino con EEUU. Cerrar la válvula al narcotráfico, multiplicar la
participación de los sectores sociales y renunciar a los privilegios de la alta
burocracia.
Y llevar a la práctica la
marcha de la sal de Gandhi para romper la dependencia de Inglaterra y con ese
ejemplo, fortalecer PEMEX, las refinerías mexicanas; “Francisco I. Madero”, en Ciudad Madero,
“Miguel Hidalgo” en Tula Hidalgo, Refinería “Tamaulipas”; “Ing. Antonio M. Amor”
en Salamanca; Refinería "Gral. Lázaro Cárdenas del Rio” en Minatitlán,
Veracruz; “Ing. Hector Lara Sosa” en Cadereyta, Nuevo León; “Ing. Antonio
Dovali Jaime” en Salina Cruz; con estas acciones, bajaría el costo de los
hidrocarburos, habría reservas de crudo y se le daría un punta pie a vendedores
gringos y nacionales, e impactaría favorablemente a México por la medida
anunciada por Donald de gravar con aranceles del 25% al comercio que entre a
EEUU, el afectado sería el pueblo norteamericano.
Convocar
a un bloqueo ciudadano a productos norteamericanos que se venden en México y
apostarle a la integración de una América sin el proteccionismo gringo; México
podría tener mano y convocar a una Junta, o consejo continental americano sin
la inclusión de los gringos como lo hizo Morelos y Pancho Villa lo profetizó en
1922: “El día que llegue, que llegara, va ser una guerra muy dura...es doloroso
pensar que el poder de los gringos, está en la desunión de nosotros los
mexicanos”.
El llamado
a la unidad, tampoco podría hacerlo el PRI, con activos del cartel de la
partidocracia. Solo los afines asistieron; Verde y Panal, se negaron; PRD, MC y
PT.
¿Los
pronunciados le apostarán a la insurrección no violenta, quemar en la plaza de
la Constitución las botargas de Trump, Salinas, Zedillo, Fox y Calderón?
¿Con
estas acciones, se lograría posicionar a EPN, y crear un gobierno de transición
popular acorde con la Constitución, democrático, con intelectuales, empresarios,
líderes, miembros de la sociedad civil, académicos y representantes de
organizaciones no gubernamentales e iniciar una transformación estructural a
fondo del estado mexicano bajo un nuevo constituyente como lo planteó hace años
Cuauhtémoc Cárdenas y López Obrador? ¡Sería capaz de llevarlo a cabo EPN?
Por lo
pronto el gancho al mentón derribó a EPN
y las trampas de la unidad beneficiarían a los que le apuestan a que la “crisis”
por golpeteo de Trump, con el gazapo de la “unidad” logre borrar la crisis de la gasolina, corrupción,
alza en electricidad, pobreza, violencia, nulo crecimiento económico y que los
pillos como Rodrigo Medina salgan de prisión.
Y sesenta
millones de pobres, se volverán más pobres y las deportaciones masivas de
indocumentados mexicanos invadirían al país creando un cóctel social de peligro
para las instituciones y el modelo de estado.
Estrictamente,
habría que reinventar a la republica y hacer válido el argumento de Lorenzo
Meyer: “Habrá sacrificios, pero Trump
puede llevar a México a su segunda independencia…”.
El
problema es ¿quién encabezará una revuelta nacionalista no violenta, que
incluya a todos los segmentos sociales? México, país sin líderes. Todos muertos
y redivivos en ceremonias oficiales, mientras los encargados de velar por la soberanía
y la Constitución de la Republica nunca han escuchado la frase de Vicente
Guerrero Saldaña; “La patria es primero.
los crudos ligeros se obtienen más gasolinas mientras que del tipo Maya
menos gasolina