Mario Wichtendahl |
*La Iglesia la principal
causa de la desconexión del ser humano con Dios.
* Alejar pensamientos y
sentimientos discordantes para evitar el karma en el cuerpo físico.
* Si se quiere armonía,
paz, tranquilidad; no hacerle a otro lo que te puede dañar a ti mismo.
Como invitado especial a
la sesión de Mujeres de Prensa en Guerrero
el ex cónsul de Alemania en Acapulco Mario Wichtendahl Buchs expuso un
tema relevante de interés actual “El
Dios Verdadero”: “En la actualidad más personas buscan armonizar con su
entorno, para ello es posible eliminar pensamientos y sentimientos
discordantes, destructivos; de lo contrario
se genera el karma en el cuerpo físico.
El ponente precisó que “se
debe actuar con acciones divinas y eliminar el seguir pensando como humano, lo que significa actuar con el ego, el cual
refiere no sentir que te ofenden,
liberarse de la necesidad de ganar, de la necesidad de tener razón, de ser
superior a un semejante y la necesidad de tener más; porque lo que le haces a un ser, te lo haces a ti
mismo”.
El Dios Verdadero, es al
que se le llama el creador y se fraccionó así mismo y creó un espíritu y cada
espíritu tiene los mismos atributos de Dios. Mario Wichtendahl dijo que “la
Iglesia distorsiona mucha información por conveniencia de no perder seguidores
por lo tanto el ser humano pierde conexión directa con Dios”, incluso señaló:
“A veces no se puede orar y solo basta con
decretar lo que deseas, porque Dios está dentro de todos.
El Karma se origina en el
cuerpo físico por los sentimientos discordantes y destructivos del ego:
“Mientras el cuerpo no esté libre del karma, el alma tiene que encarnar
nuevamente” y así hasta cumplir conectarse con el ser divino por voluntad propia utilizando el libre
albedrío.
Existe una fórmula para
aprender a conocer lo que perdemos de conocimiento al bajar al mundo físico,
pues se desconecta el espíritu y agregó que nuestro trabajo en el planeta es
recuperar esa memoria y religarse nuevamente al ser divino, o sea ir hacia el
padre, con el libre albedrío, aprendiendo de los errores y no volver a cometer
faltas graves contra sí mismo.
¿Pero cómo se origina el
KARMA? La fórmula es conocer el espíritu, el cuerpo principal, el cual está formado por “El Yo Soy” en el
cual reside toda nuestra identidad, conoce la verdad y tiene toda la memoria de
nuestras vidas el siguiente es “el cuerpo causal” donde se almacenan todas las
buenas acciones a través de la vida, es el tesoro acumulado en el cielo, y el
tercer elemento es “El cuerpo mental superior” es nuestra inteligencia
selectiva, mediador entre Dios y el hombre.
Después hay que conocer
los cuatro cuerpos inferiores: El cuerpo físico, el cuerpo Etérico que trasmite
la energía al cuerpo físico y lo hace mover, el tercero es el cuerpo mental, el
cual es el vehículo que nos hace pensar y el cuarto es el “cuerpo emocional”,
el que nos hace sentir las emociones y los sentimientos e intensifica las
virtudes divinas (paz, perdón, misericordia y todo aquello que produce armonía,
felicidad) , etc. Estos cuatro cuerpos inferiores son corruptibles, pero el ser
humano al tener libre albedrío, los puede contaminar con sus pensamientos y
sentimientos discordantes y destructivos de nuestro ego lo cual genera el Karma
en el cuerpo físico y mientras el cuerpo no esté libre del karma, el alma tiene
que encarnar nuevamente. El alma es un cuerpo igual al físico pero es sutil y
los dos cohabitan en el mismo lugar.
El estar limpios del
cuerpo, sin Karma, nos acerca a la salvación, lo cual significa el estar listo
para la Ascensión. La salvación es el “Recto pensar” , en lugar de pensar como
lo hace el ego, debemos vivir en armonía, en unidad con el universo, el saber
perdonar, no albergar odios ni rencores, no enojarse cultivando el amor
interpersonal, vivir en paz profunda sin desear nada malo a nadie, es saber
cuáles son mis faltas sin necesidad de echarle la culpa a otros de mis propios
problemas.
Para finalizar su ponencia
nuestro ponente Mario Wichstendahl explicó la manera de acercarse al Dios
verdadero y el efecto que esto produce: “Además de aprender el recto pensar,
también necesitamos sentir que Dios está con nosotros y nos ama, ¿Cómo nos
acercamos a Dios? Si uno enfoca la atención a la presencia Yo soy, el rayo de
luz y energía empieza a intensificarse y expandirse hasta que el punto de luz
de cada célula física responde a eso y empieza a radiar, y entonces empieza a
echar fuera las cualidades densas del cuerpo físico las cuales son el karma que
nos hemos ocasionado con nuestros sentimientos y pensamientos discordantes.
Es preciso pedir el tubo
de la luz blanca de protección, el cual es como un muro invencible, y pedir la
flama violeta para consumir toda la acción discordante que esté presente en
nuestro cuerpo.