MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN |
El 1 de diciembre Agustín
Carstens anunció que dejaría la gubernatura del Banco de México porque había
aceptado la gerencia general del Banco de Pagos Internacionales (BIS) y desató
a los demonios de la especulación que le pegaron a la Bolsa y al tipo de cambio;
el peso resintió el primer rozón por la renuncia de Carstens.
Pero, bueno, don Agustín
aclaró que dejaba el cargo en julio de este 2017 y que despacharía en la
gerencia hasta octubre. Calma y nos amanecemos habría dicho el economista para
evitar una espiral devaluatoria, si de por sí el peso andaba arrastrando la
cobija, y que la Bolsa Mexicana de Valores no perdiera peso y arrastrara en
caída libre a las principales empresas que ahí cotizan.
En buen romance el aún
gobernador del Banco de México dijo ese 1 de diciembre que no abandonaba el
barco cuando éste comenzaba a hacer agua y el peso era soberanamente vapuleado
por un crecido dólar que ya traía buena racha con el triunfo de Donald Trump en
los comicios del 8 de noviembre anterior.
Don Agustín refirió que su
salida del Banxico para irse a cobrar la quincena en dólares, no obedecía a
desacuerdos con el gobierno y mucho menos tenía esa implicación de saltar del
navío en un momento crítico.
Comentó, entonces, que
antes de dejar formalmente al cargo de gobernador del Banxico, “sería
importante que la inflación se mantuviera en la banda de tolerancia de entre 2 y 4 por ciento”, incluso garantizó
que desde la gerencia en el BIS podrá seguir al servicio de México, porque el
país es miembro de ese organismo. ¿Se lo permitirán?
Pero bueno, el lunes
pasado, ante diputados federales del PAN, don Agustín previó que el peso
mexicano se estabilizará en los próximos días, a pesar de qué hay posibilidades
de que se dispare la inflación, pero eso dependerá de los acuerdos y decisiones
de Estados Unidos.
Lo que Carstens quiso
decir es que del encuentro Enrique Peña Nieto-Donald Trump, a celebrarse el día
último de este mes, dependerá el futuro de la economía mexicana, aunque antes
el canciller Luis Videgaray y el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo,
deben apisonar el terreno con integrantes del equipo del presidente Trump, para
entrar a negociaciones equilibradas en materia de comercio, fundamentalmente.
Y es que, usted lo
recuerda, míster presidente Trump trae en la mira a la renegociación, bajo sus
condiciones, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte como una de sus
prioridades, por lo que el futuro de la relación comercial México-Estados
Unidos depende de la habilidad que tengan los negociadores mexicanos, no el
Presidente que sólo firmará lo que acuerden sus cabilderos.
En fin, de lo que trató
don Agustín en la reunión plenaria de los diputados del PAN, la presidenta de
la Comisión de Hacienda de la Cámara baja, Gina Andrea Cruz, comentó que el aún
gober del Banxico es muy prudente en sus declaraciones y les dijo que es
necesario esperar a ver qué decisiones toma el presidente Donald Trump, para
determinar las acciones conducentes.
Y les informó que el alza
en las gasolinas provocará un efecto gradual de la inflación en este año, pero
aclaró que ello se debió fundamentalmente al cuantioso incremento del precio
internacional de los combustibles y de la abrupta depreciación del tipo de
cambio.
Empero, he aquí el
optimismo, dijo a los diputados federales del PAN que está liberación tiene un
efecto transitorio en la inflación y representa un avance para la consolidación
de las finanzas públicas, ya que no es sostenible mantener precios públicos
desalineados en su referencia internacional, contribuyendo a fortalecer el
marco macroeconómica de México.
De las perspectivas
económicas del país, Agustín Carstens reconoció que hace falta mayor inversión,
movilidad económica dados los factores internacionales que afectan a la
economía nacional.
Incluso refirió que se
espera se eleve la inflación, pero poco a poco se estabilizará conforme se
vayan dado resultados en las relaciones bilaterales México-Estados Unidos en
esta nueva etapa. En suma, don Agustín, tal vez porque el mes de octubre no
está muy lejano para irse a trabajar al BIS o porque quiere apaciguar
nerviosismos, es optimista. Y me quedo con ese estado de ánimo. Digo.
MIÉRCOLES. Diría mi
compadre Abelardo Martín que las buenas noticias también son noticia y mire
usted que a Guadalajara llegó el primer convoy de la Línea 3 del Tren Ligero de
la Perla Tapatía, un proyecto que junto con el Interurbano México-Toluca y la
Línea 3 del Metro de Monterrey, representan el relanzamiento de los trenes de
pasajeros que se propuso esta administración, bajo la conducción de la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes, a cargo de Gerardo Ruiz Esparza.
Con 18 estaciones a lo largo de 22 kilómetros que se recorrerán en 33 minutos,
esta Línea 3 significará para los tapatíos un ahorro de 40 minutos en el viaje
de terminal a terminal. Con la recepción de este primer convoy, cada uno
integrado por tres vagones con alta tecnología, a partir de hoy y antes de
julio llegarán los 17 restantes que correrán en la línea, para trasladar a 230
mil pasajeros por día. Buenas noticias entrega el secretario Ruiz Esparza a los
jaliscienses. Con esta obra de infraestructura, sumada al macrolibramiento en
construcción y a la red urbana de transporte público multimodal, permitirán
descongestionar el intenso tránsito de vehículos, mejorar el medio ambiente en
la capital tapatía y aumentar la calidad de vida de sus habitantes. La línea 3
tendrá una inversión superior a los 20 mil millones de pesos y entrará en
operaciones en marzo de 2018. Conste.
sanchezlimon@gmail.com
www.entresemana.mx
@msanchezlimon
@Entresemanamx