jueves, 18 de marzo de 2021

CONTEXTO POLÍTICO / Pleito que favorece a Morena en Chilpancingo Por Efraín Flores Iglesias


La alianza PRI-PRD tiene todo para ganar en Guerrero.
Su candidato Mario Moreno Arcos es bien aceptado por los guerrerenses y ha crecido en las encuestas. De hecho, está a 11 puntos del candidato de Morena.

Recordemos que antes de iniciar la campaña, Félix Salgado Macedonio tenía una ventaja de hasta 30 puntos, pero las graves acusaciones de violación y violencia de género en su contra, así como la defensa que su partido hizo de él, lo hicieron caer de las preferencias ciudadanas.

Los que parecen no entender que la unidad es fundamental para ganar la elección del próximo 6 de junio son algunos aspirantes a las presidencias municipales. En Chilpancingo, por ejemplo, los perredistas no se han puesto de acuerdo en definir a su candidato. Y lo que es peor, exhiben sus diferencias políticas y su obsesión por abanderar a la alianza ante la opinión pública. Mal, muy mal, ya que actúan como si fueran de Morena, en donde prevalece una lucha encarnizada por los cargos de elección popular.

El PRI, mientras tanto, sí supo ponerse de acuerdo en elegir a su candidato, y está a la espera para que el Sol Azteca defina pronto al suyo, y aplicar una encuesta para definir quién encabece finalmente a la alianza.

El gran problema de PRD es que uno de sus precandidatos en Chilpancingo esté generando un ambiente muy tenso. Me refiero al diputado local con licencia, Servando de Jesús Salgado Guzmán, quien no tiene mucho que se pasó a dicho partido, ya que fue expulsado vergonzosamente de Morena, en donde también quiso hacer su santa voluntad, pero se lo impidieron. Bye, bye, le dijeron.

“El Puma”, como es conocido el personaje de marras, es un arribista y que cínicamente ha manifestado tener “varias ideologías”.

Llegó al PRD gracias a Evodio Velázquez Aguirre, ex precandidato del PRD a la gubernatura, y a Bernardo Ortega Jiménez, ex alcalde de Quechultenango.

En un principio, fueron tres los que se registraron como precandidatos del PRD a la Alcaldía capitalina. Pero la semana pasada y al ver que los resultados no le eran favorables, decidió bajarse de la contienda. Me refiero al alcalde Antonio Gaspar Beltrán, quien durante las últimas semanas intensificó sus actividades públicas para buscar la reelección. Y fracasó.

El otro aspirante es el ex diputado local e integrante de la corriente Alternativa Democrática Guerrerense (ADG), Alejandro Arcos Catalán, quien en los últimos años se le ha visto muy activo en las colonias.

Al retirarse de la contienda el alcalde Toño Gaspar, la lucha se centró entre Servando Salgado y Alejandro Arcos. Ambos personajes están en su derecho de buscar la candidatura de su partido. Lo cuestionable del asunto es que ponen en riesgo que la alianza se rompa en la capital del estado, abriéndole así el paso a Morena para que llegue al Palacio Municipal.

El pasado viernes se dieron a conocer los estudios de opinión para determinar al candidato del Sol Azteca, los que arrojaron como resultados un empate técnico entre los aspirantes.

Así lo dio a conocer Alberto Catalán Bastida, dirigente estatal del PRD, quien explicó que la encuesta se realizó con total transparencia, y anunció la aplicación de otra encuesta con otras variables para tener más elementos en la toma de decisiones.

Asimismo, Catalán Bastida dijo que estos resultados son muestra de la “presencia” y el “liderazgo” de los aspirantes, lo que garantiza que en la elección de Chilpancingo el PRD es un partido competitivo.

Y el primero que dio el grito al cielo fue Servando Salgado, quien al estilo chairo aseguró que le hicieron trampa y que no hubo empate técnico como lo anunció Catalán Bastida.

Además, pidió al ex gobernador Ángel Aguirre Rivero “sacar las manos de este proceso interno”.

Lo cierto es que Servando Salgado no es un perredista de cepa, sino un vil oportunista, un saltimbanqui de la política, un personaje que no conoce de lealtades. En menos de tres años ha pasado por el PT –instituto político que lo hizo diputado local en 2018–, por Morena, del que fue corrido por indisciplinado, y ahora está en el PRD. Pero la culpa no es del indio, sino de quien lo hizo compadre.

A la dirigencia estatal del PT le prometió en 2018 aportarle 20 mil votos en Chilpancingo, pero incumplió, ya que María Eugenia Salgado, su hermana, solamente obtuvo 5 mil votos en las urnas.

Alejandro Arcos, por su parte, también se proclamó como ganador de las dos encuestas, y aseguró estar siete puntos arriba del “Puma”.

No cabe duda que el PRD está en serios aprietos. Ninguno de los aspirantes pretende ceder. Todos piensan en sus intereses personales y no en la unidad y en fortalecer a la alianza.

Insisto, el PRD y el PRI no ganarán la Alcaldía de Chilpancingo si van por separado.

Veremos qué ocurre finalmente.

ENTRE OTRAS COSAS… A través de un comunicado, la ex diputada local y federal, Julieta Fernández Márquez, informó este martes respetar la decisión de su partido (el PRI) de que el candidato a la Alcaldía de Acapulco sea hombre, y reiteró su respaldo a Mario Moreno.

“El día de ayer el PRI decidió que fuera hombre el candidato a Presidente Municipal. Entiendo que así es la democracia, y me sumo a la decisión de mi partido. Por eso reitero mi apoyo incondicional a la campaña a gobernador de Mario Moreno Arcos y abonaré a la unidad, desde hace días yo veía venir esta decisión de mi partido de que fuera hombre, y yo venía meditando salirme de la contienda. Agradezco a los acapulqueños solidarios con mi persona, a las organizaciones sociales y sobre todo a mis amigos en las colonias de Acapulco por haberme apoyado en mis aspiraciones”, dijo.

Ojalá varios de los que aspiran por una candidatura (hombres y mujeres) siguieran el ejemplo de doña Julieta.

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