En el Día Internacional de la Mujer alzar la voz no es una opción, es un deber el hacer el reconocimiento del papel crucial que juegan las mujeres en el diario funcionamiento de la sociedad.
Hoy es tiempo de
reflexionar, de asumir el reto en la construcción de una sociedad basada en el
respeto y la igualdad, darle la importancia en la historia a quiénes dieron el
impulso al movimiento y reconocer tanto los avances y el camino que falta por
recorrer; por lo pronto este 2021, el tema propuesto por ONU Mujeres es
“Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”.
Basados en el Censo de
Población y Vivienda 2020, en México hay 64 millones 540 mil 634 mujeres,
mismas que representan el 51.2 por ciento de la población. No obstante el Inegi
informó que, del total de la población ocupada de 25 años y más que se
desempeña como funcionarios y directivos de los sectores público, privado y
social, 39 por ciento son mujeres.
Es claro que no basta con
fomentar la participación de la mujer en la construcción de proyectos de
gobierno, se deben construir proyectos de gobierno con la mujer en el centro de
los mismos dar el paso siguiente y dejar de pensar que somos una sociedad
anticuada que todavía no está preparada para que la mujer sea titular en los
poderes ejecutivos de tal Estado.
Y para esto no basta con dar
candidaturas por darlas, las fuerzas políticas tienen que darse a la tarea de
construir verdaderos liderazgos que puedan aportar al fortalecimiento de sus
instituciones en particular y del quehacer político en lo general.
Y dejemos claro algo, no es
un derecho que se haga el favor de otorgarse es un derecho que se ha ganado con
esfuerzo y con el empuje de la perseverancia, tan sólo al día de hoy la tasa de
participación económica de las mujeres ha crecido 15.7 puntos porcentuales en
los últimos 10 años (de 33.3 en 2010 a 49.0 en 2020).
Que bueno que se han logrado
cosas, pero hace falta mucho camino y es tiempo de acelerar aún más el paso de
la participación de la mujer tanto en la política, la economía, la cultura y en
todas las esferas de la vida pública para estar acorde con el avance de una
nueva realidad social.