Varios meses atrás abordamos
el tema de los aspirantes a la alcaldía de Acapulco y dimos un punto de vista
particular sobre los pretensos, sus alcances y sobre todo sus padrinazgos
dentro de los partidos políticos por los que podrían o pueden ser postulados
para la competencia electoral del próximo primero de Julio.
Si bien es cierto que el
número de pretensos no se ha incrementado sustancialmente, si en cambio han
disminuido las posibilidades de lograr sus propósitos para algunos que se
habían apuntado anteriormente. Otros están en espera de un milagro y se han ido
a velar armas a las puertas de sus institutos políticos a fin de que no los
olviden o no le echen mas basura de lo que en realidad son. Y en este contexto,
lo único que podríamos añadir es que Acapulco no se merece ser una vez más
engañado, manipulado y saqueado como ha sido la constante en los últimos
trienios en que han gobernado tanto representantes de los partidos de izquierda
como de centro-derecha y particularmente en este trienio que va a terminar y
que quizás fue el que mayor expectativa promovió pero que al finalizar la
gestión ha causado una de las mayúsculas decepciones.
Recordemos que las banderas
de la administración municipal que entró en funciones hace más de tres años
fueron el terminar con la pesadilla de la falta de servicio de agua potable, la
falta de seguridad pública, la ineficiente recolección de basura, la necesaria renovación
del equipamiento urbano, la ausencia de alumbrado público en áreas turísticas,
de bañistas y colonias populares, la necesaria disminución del número de
ambulantes en calles y playas, y la necesaria lucha contra la corrupción
política y administrativa, así como una urgente y profunda reforma
administrativa.
El resultado salta a la
vista. Se hizo sí, todo lo prometido pero en sentido contrario. Las promesas se
fueron por un caño. La irresponsabilidad gubernamental se ejerció sin ninguna
clase de pudor. El saqueo de los recursos públicos (que se dice y afirma que ascienden a poco
más de 700 millones de pesos) ha sido desmedido. Por lo tanto, el ocaso del
gobierno municipal se ve reflejado también en la imagen desvencijada de esta
ciudad y puerto de Acapulco.
Mientras los saqueadores se
regodean con moverse hacia otros puestos de elección popular para defenderse de
posibles acusaciones de malversación de fondos, los legisladores locales siguen
la misma ruta y por lo tanto, el pretender esperar que los diputados de
Guerrero se alcen como defensores de los bienes públicos de la entidad, es
mucho pedir.
Ellos mismos andan en la
búsqueda de otros espacios políticos y por lo tanto les vale un soberano
cacahuate que a los guerrerenses no se les atienda bien y que no se le
escamoteen los recursos públicos. Los vigilantes andan en el mercadeo electoral
y Guerrero ha quedado a la deriva. Por lo tanto cabe preguntarse si los
aspirantes a la presidencia municipal de Acapulco tienen algún proyecto para
aplicar en caso de llegar a triunfar en la elección del primero de Julio
próximo. De no ser así, entonces podríamos desde ahora asegurar que a lo que
aspiran es a roer los despojos que queden de esta administración municipal.
A esos aspirantes no debemos
ni siquiera voltear a verlos. Esperemos que algún sensato pueda tener una
aspiranción real de servicio a la comunidad. De ser así, esperaríamos que den a
conocer sus propuestas y que no vayan a ser las mismas de siempre y sin ninguna
forma de asegurar que cuando sean gobernantes vayan a aplicar tales propuestas
y no se vayan a ir por la vía fácil de administrar la pobreza, de ser los
ejecutores de los proyectos que vienen etiquetados y que cuando los ejercen
pretenden vestirse con dichos presupuestos y programas que ni siquiera tuvieron
a bien conocer con anterioridad. Pero mejor echemos un vistazo a los pretensos
y sea usted quien los juzgue respecto al conocimiento que tienen de ellos como
funcionarios o representantes populares y si realizaron algo bueno cuando
ejercieron como tales.
Empecemos por la única mujer
que alzó la mano para ser postulada por su partido el PRI a la alcaldía: Erika
Lurhs Cortés, secretaria de turismo municipal de Acapulco. Celestino Baylón
Guerrero, Secretario de Desarrollo Económico del gobierno municipal porteño. Fermín
Alvarado Arroyo, diputado federal por Acapulco. Alejandro Carabias, Diputado
federal por Acapulco del Partido Verde Ecologista de México. César Flores
Maldonado, ex diputado federal por el PRD. Robespier Robles Hurtado. Notario
público en Acapulco. Marco Antonio Terán Porcayo, ex director del Instituto
Estatal de Cancerología (y quien por cierto se promovió como candidato
independiente pero terminó siendo priista). Estos son, las cartas más
presentables del priismo municipal, cartas por cierto no tan valiosas y si un
tanto devaluadas por la pésima gestión del gobierno actual encabezado por el
aspirante a diputado local, Manuel Añorve Baños.
Si los priistas andan de
capa caída por la falta de personajes relevantes para ser sujetos de una
candidatura fuerte, los del partido de enfrente, o sea los del Partido de la
Revolución Democrática (PRD) están más que peor. Por ahí alzan la mano con
verdadera modestia y falta de seguridad en si mismos, los diputados locales,
Evodio Velásquez, secretario general del comité ejecutivo estatal y el también
legislador amarillo, Carlos Granda o David Jiménez Rumbo, senador con licencia
y ex secretario de desarrollo social del actual gobierno del estado.
Por su parte el Partido
Movimiento Ciudadano ha dicho desde hace ya varios años que su único candidato
a la presidencia municipal de Acapulco será su dirigente nacional, Luis Walton
Aburto, un empresario exitoso pero que no ha logrado, en tres ocasiones
consecutivas, ganar en las urnas la alcaldía. La última ocasión perdió su
oportunidad de oro porque el PRD no quiso salir unido y terminaron perdiendo
con un PRI que estaba no tan fuerte como se creía. Ahora vuelven a la cargada y
esperan lograr salir coaligados con el PRD y con el Partido del Trabajo que por
cierto puede mostrar sus cartas con las figuras del académico y político
Benjamín Sandoval Melo o el regidor y gestor social Genaro Vásquez Flores.
Y por último tenemos que el
Partido de Acción Nacional ha promovido en los últimos días la figura del ex
gobernador Zeferino Torreblanca Galindo como su posible candidato a la alcaldía
acapulqueña. De ser así, entraríamos a la nueva fase de la reelección, pues si
el actual gobernador Aguirre pudo reelegirse, pues también Torreblanca puede
ser reelecto como presidente municipal. Cosas veredes.
Como se puede apreciar, no
todos los aspirantes a la alcaldía de Acapulco son personajes reconocidos a
nivel nacional, estatal o municipal. Son, eso sí, picapedreros que han hecho
mucho ruido y que en sus biografías no guardan muchos triunfos o
reconocimientos por su labor altruista o en defensa de los intereses de
Acapulco y de Guerrero, pero sí guardan muchas riquezas hechas al amparo del
poder público.
Y las preguntas que
continúan latentes y sin responder son:
¿Para
qué quieren ser alcalde?
¿Qué
desean cambiar de la geografía urbana o rural del municipio?
¿Dónde
están sus propuestas que sean reales, creíbles y aplicables?
Esperemos con paciencia las
respuestas. De lo que debemos estar seguros es que cuando menos lo pensemos
estarán en nuestras casas, tocándonos la puerta para solicitar el sufragio,
nuestra confianza y el apoyo para convertirse en la autoridad máxima de Acapulco.
Si queremos seguir viviendo como hasta ahora, pues simplemente no reparemos en
nada y otorguemos el voto a quien nos hable más bonito o quien nos dé más por
el sufragio y dejemos que a Acapulco se lo lleve el carajo.
Periodista
y Analista Político* observar@gmail.com