No cabe duda de que a
veces los hilos de la historia se cruzan de tal manera que parece y da la
impresión de que existen ciertos ligamentos que nos separa y unen.
Mañana en el festejo de
otro aniversario mas de la Revolución de 1910, con desfile y toda la cosa, el
país a ciento cuatro años de aquel levantamiento armado, es otro. Claro que no
es el mismo. La población se ha incrementado y los problemas también. Lo que
tiene de coincidencia con el porfiriato, fuera de que sobrevive de milagro una
“dictadura perfecta” es que hay un México agraviado, colmado de hartazgos, un
México con hambre, un México dolido, un México sobajado a un narco estado
purulento que contamina todo lo que tocan sus tentáculos y un México indignado,
a la caza de un epopeya que podría dar inicio mañana mismo, en otro aniversario
más de la revolución mexicana.
Sin saber por qué, ni
cómo, el estado mexicano tras un evento estremecedor como lo es la matanza de
seis personas en Iguala y la posterior desaparición de 43 estudiantes de una
normal rural, dio un vuelco de ciento ochenta grados. El país de las
pretensiones reformistas estructurales y del crecimiento bajo el alma negra del
petróleo, se sumergió en una vorágine de sangre, terror, dolor y miedo. Y el
México guadalupano, el México de la selección de fut bol que siempre pierde y
del Grito de Dolores, se transformó en un México indignado y ahora en pleno
proceso de cambio de mortaja o de sistema político.
El sacrificio de
jóvenes se ha convertido en noticia mundial.
Y por culpa de una casa, al menos en Alemania por ese sólo hecho de
corrupción la editorial de una revista pide la renuncia de EPN, por simple
sentido común y porque en otros países eso no sucede y si son cachados de
inmediato son sometidos a tribunales y dejan de tener cargos de elección
popular ipso facto.
¿Qué viene ahora? Es la
pregunta que millones de mexicanos se hacen cada día. El gobierno de la
republica, los asesores, funcionarios y cuerpo civil y militar, ¿ya se dieron
que este México ya es otro? La misma pregunta es para los partidos políticos,
esa dictadura perfecta que domina a la nación bajo un solo lema: “cuando pagas,
cuánto valgo”. El México de 1910, es una abstracción que funcionó en su tiempo.
Hoy desde los niños saben por ejemplo, como me lo preguntó una niña de doce
años, que el gobierno federal haya escogido un basurero para cremar a 43
estudiantes. Me dijo: “los basureros siempre están ardiendo, en que cabeza cabe
haber escogido ese lugar para asegurar que ahí mataron a los estudiantes de
Ayotzinapa”. México ya es otro y va ser otro. No cabe duda. Pero ¿Cómo?
Los que conforman el
gobierno federal, estatal y municipal, ¿ya se dieron cuenta de todo esto?
México ya no es la ínsula que se puede gobernar con la Ley de Herodes. Y menos
que puedan doblegar a los estudiantes de la UNAM con el pregón de que la
policía entró a C.U. por el robo de un celular y por accidente hirió a un
estudiante en la pierna. Los que hicieron ese acto de provocación tienen
patrones. Tienen a un México secuestrado y en aparente calma.
Por eso volvemos al
razonamiento inicial de que los hilos de la historia a veces se juntan. La
caravana de los normalistas que llegará al D.F. mañana jueves, el paro nacional
convocado para mañana 20 de noviembre, las explosiones sociales en todo el país
y el desdoblamiento del narco estado en un estado cercado y sometido por sus
propios errores, ¿no le dicen nada a la clase gobernante y empresarial de este
nuevo México, que muchos de ellos desconocen o no lo ven porque están tan
ciegos como lo estuvieron los esbirros de Porfirio Díaz que hasta el último
momento negaron que la revuelta de Francisco I. Madero iba a triunfar por
encima de los interese de una minoría excluyente de las mayorías afectadas y en
la pobreza extrema total?
Si a veces los hilos de
la historia se juntan, mañana podría dar principio a un nuevo ejercicio de
nación, esperemos que no sea violento y que lo que tenga que cambiar , cambie
para bien de todos. ¿Habrá Idus de noviembre para los mexicanos?
Alcaldes de Guerrero en
aprietos
Desde hace meses se ha
ventilado en la prensa nacional y por declaraciones de funcionarios del pasado
y del propio ex gobernador Ángel Aguirre Rivero, que existen posibilidades de
que algunos alcaldes estén metidos por las buenas o a fuerza con la delincuencia
que ha tomado por asalto al estado de Guerrero y al país. Hay perredistas
señalados por un medio nacional. Hace falta lo que diga la SEIDO y la
Procuraduría General de la Republica. En ese tema el Coordinador de los
Presidentes Municipales del tricolor, Mario Moreno Arcos, alcalde de
Chilpancingo, ha puesto el dedo en la llaga y ha solicitado que se les
investigue. Así lo hizo saber en diversos medios locales y nacionales, en
especial en Milenio Televisión, la cadena que ha puesto en la mira a alcaldes
tanto priistas como perredistas.
Habrá que esperar
porque para nadie es un misterio que esta noticia sólo trata de desviar la
atención de el verdadero problema global como lo es la desaparición de los
estudiantes que pese a los alegatos del casi ex Procurador General de la
República Jesús Murillo Karam, no se ha avanzado en nada y tal parece que el
gobierno tiene miedo de dar a conocer la verdad, que desde luego ya la saben.
De reojo
En medio de un
escándalo por lo de José Luis Abarca, Cuauhtémoc Cárdenas hizo una severa
crítica a la dirigencia de su partido. Y dicen los que saben que la silla se le
mueve a Carlos Navarrete ante los señalamientos del fundador del PRD. Veremos.
Y acá en el rancho
chico, el pasado domingo fue designado por mayoría en el Congreso Estatal del
PRD en la Ciudad de México al nuevo presidente del Comité Ejecutivo Estatal del
PRD en Guerrero, nombramiento que recayó en Celestino Cesáreo Guzmán. En la
Mirada aparecida el viernes 4 de octubre en el Sol de Chilpancingo, escribí:
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“El PRD, se debate en carnicerías internas
por ostentar la presidencia estatal, importándoles un bledo lo que pasa en
Guerrero. Es la hora de todos y la hora de la verdad. Vamos a ver si retoman el
rumbo y colocan a un hombre íntegro y recto al frente de la dirigencia estatal
que este a la altura de las circunstancias y que tenga la calidad moral de
capotear el huracán político…”. ¿El tecleador de las Miradas tuvo razón o no?