No dudo que Emilio Gamboa
Patrón y César Camacho Quiroz, en algún momento de su carrera política hayan
arrastrado el lápiz, como suele decirse de quienes escriben sus discursos o
mensajes mediáticos. Ambos, son hombres del Presidente, éstos por cuyo paradero
pregunté la semana pasada cuando su jefe anda de vacaciones.
Pero no creo que en estos
tiempos Emilio y César pulsen las virtudes de una estilográfica para llenar
cuartillas con sus ideas. Son pensadores, operadores y hasta estrategas, por lo
menos de esto último pueden presumir porque para estar donde están requiere de
una profunda estrategia para estar en el lugar, hora y día indicados.
Finalmente para eso tienen
un equipo de trabajo, ambos cuentan con amanuenses que les leen el pensamiento
y dedican tiempo para redactar comunicados o pronunciamientos y distribuirlos
en los medios de comunicación. Si es domingo mejor, para abrir agenda en lunes.
Sin embargo, estos hombres
del Presidente no suelen ser acertados ni mucho menos prósperos intelectuales políticos,
pese al lenguaje barroco y hasta churrigueresco de Camacho Quiroz que contrasta
con el básico de Gamboa Patrón.
Y, en estos días aciagos,
en los que miembros del sector privado, los de las centrales empresariales y
patronales y pequeños comerciantes, se han rebelado contra la omisión
gubernamental porque ha dejado hacer y deshacer a quienes, escudados en un
movimiento que puede tener o no razón, pero está avivado por el magisterio
disidente, han aprovechado la cresta de ingobernabilidad en ciertas regiones
para descarrilar al gobierno de Enrique Peña Nieto, aparecen el senador y el
diputado, como próceres descubridores del hilo negro. O si usted quiere del
agua tibia, para el caso es lo mismo.
Antes de referir las
declaraciones elaboradas por sus amanuenses y, por supuesto, aprobadas por
Gamboa y Camacho, es interesante saber que como Hombres del Presidente están
dispuestos hasta a hacer el ridículo discursivo y epistolar, en defensa de lo
indefendible, amén de un evidente acto de contrición por no haber hecho lo que
hoy proponen, es decir, no haber operado como les demanda el puesto de elección
popular, en la negociación de conflictos que hoy tienen apanicada a una
importante cantidad de mexicanos que viven en la zona de guerra CNTE-Gobierno.
Veamos. Gamboa Patrón
asegura: “México requiere de la
participación continua y permanente de todas las fuerzas políticas, sociales y
empresariales para superar todos sus retos, por lo que sólo a través de las
instituciones y del diálogo abierto, franco y honesto se podrá encontrar la
solución a los problemas nacionales”. O sea, ¿no? ¿Hay alguna otra forma
civilizada de enfrentar problemas?
Gamboa no se atreve a
mencionar a los actores por su nombre o siglas. Cauto prefiere escurrir el
bulto. No quiere aludir a sus cuates, amigos e intereses que tiene en el sector
privado, del que él forma parte indirecta.
Porque, en aras de
privilegiar su profunda reflexión, cuando cita que “las demandas de los
distintos grupos deben ser atendidas y tener una respuesta, como ya está
sucediendo, pero todas las partes deben mostrar voluntad de diálogo y
flexibilizar sus posturas para alcanzar sus objetivos”, puede citar las siglas
Coparmex, Concanaco, Canacintra, Concamin, CNTE, Aurelio Nuño, Miguel Ángel
Osorio Chong y todos los etcéteras involucrados en este asunto que ha llevado a
las ancas de la impopularidad al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Y es que, cuando acusa que
“las posiciones irreductibles no conducen a ninguna parte”, es de elemental
consideración inferir que se refiere a la CNTE y a Aurelio Nuño. Y luego una
joya de absoluta intelectualidad: “los momentos que vive el país exigen la
participación, colaboración y propuesta de todos los sectores”. Y todos, es
todos.
Luego preguntaría al
senador a quién se refiere cuando puntualiza que “sólo haciendo a un lado los
intereses particulares y las coyunturas políticas, con la participación de toda
la sociedad, de las fuerzas políticas y de los tres Poderes de la Unión se
podrán solucionar los conflictos, controversias y desafíos que nuestro país
enfrenta”, porque el párrafo es de excelente profundidad poético legislativa,
pero ¿por qué el yucateco no da nombres?
Y más en la siguiente
advertencia de la ingobernabilidad. Dice Gamboa: “Exacerbar los ánimos a través
de posiciones extremistas, vengan de
quien vengan, hace que perdamos todos, y por eso los senadores del PRI hacemos
un llamado a los acuerdos, porque es a través de éstos como México va a
encontrar las vías del entendimiento y la solución de los problemas que nos aquejan,
pero siempre con un respeto irrestricto al Estado de derecho. Los distintos gremios de la sociedad estamos
todos llamados a actuar con responsabilidad y por el interés superior del
país”.
Extraordinaria
convocatoria. ¿Por qué no la hizo en su momento? ¿Por qué hoy se trepa en esta
cresta en defensa a ultranza del gobierno federal? Gamboa en el papel de Juana
de Arco desde el Senado, pero solo enunciativa figura porque no se mete en lo
hondo, evita complicarse la vida. Hablar en lo general sin nombres y apellidos,
le garantiza el sitio de privilegio.
Luego, el diputado y
coordinador de los diputados federales del PRI, César Camacho Quiroz, en esta
mancuerna descubridora del hilo negro, justiciera a ultranza, reitero, asegura
que el gobierno federal trabaja para construir consensos y resolver, a la
brevedad, el conflicto con el magisterio disidente y así disminuir las
afectaciones a los ciudadanos. ¿A qué brevedad?
Camacho, igual que Gamboa,
no da nombres, elude las siglas de los destinatarios del mensaje, en el que
recuerda que es una obligación de todas las personas físicas y morales, pagar
impuestos para mantener el funcionamiento del Estado mexicano. Respuesta y
convocatoria a los empresarios que adelantaron declararían en ceros en protesta
por la actitud del gobierno federal que ha dejado crecer un conflicto que ya
afecta a la economía nacional.
En su comunicado de ayer
domingo, difundido como en el caso de Gamboa, por su oficina de prensa, Camacho
evita referirse a la CNTE y gambetea: “(…) si bien es cierto todas las personas
tienen derecho a expresarse, también lo es que la población en general cuente
con la garantía de vivir en paz, ejercer su libertad de tránsito, de
locomoción, desarrollar sus actividades laborales y empresariales.
“Por respetable que sean
los planteamientos de cualquiera, incluidos los maestros, nadie puede alterar
el orden público ni hacer caótica la vida de todos los días en estados, en
comunidades; queremos respetar los derechos de otros, pero que respeten los
propios”.
Bueno, lo cierto es que al
final de su disertación, Camacho llega a la conclusión de que “los empresarios
en México, como cualquier ciudadano, tienen derecho a pedir que haya una
aplicación firme de la ley y el gobierno está involucrado, no ha dejado de
trabajar por meses en la tarea de escuchar y construir consensos, porque su
obligación es tender puentes y definir políticas, pero esto tiene un límite,
que es el contenido de la propia ley, el respeto y la salvaguarda de los
derechos de la mayoría de los mexicanos”. ¿Y cómo para cuándo? A toro pasado.
Conste.
LUNES. ¿Para cuándo hay
reunión de la Asociación Civil integrada por ex diputados federales del PRI en
la LXII Legislatura? Otra pregunta: ¿Dejará Omar Fayad en la banca a los
viejos, mañosos y caciquiles cuadros hidalguenses? Digo.
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