El pasado jueves el
ministro de Seguridad Pública de Quebec, Martin Coiteux, anunció que se
prohibirá la posesión de mascotas de raza pitbull.
Hasta el momento, los
perros de raza pitbull han sido catalogados como peligrosos, gracias a que en
los últimos meses se han desatado una serie de hechos que apuntan a dicha raza
como peligrosa para la ciudadanía local.
El marco en el que se
prohibirá y limitará el derecho de tenencia de estos animales en Quebec será
tan riguroso que ciertos tipos de perros podrán ser considerados peligrosos
para la población; fue la reciente muerte de una mujer en junio de 2016, la que
desataría controversia, luego de que un pitbull la atacara hasta provocarle la
muerte.
A ello, se sumaron una
serie de ataques y fallecimientos que llevaron a las autoridades de Quebec a la
conclusión de que la raza en cuestión habría de regularse a través de niveles
de peligrosidad definidos por 4 categorías: “perros prohibidos”, tipo pitbull;
“perros peligrosos”, clasificados como tal, luego de un ataque; “potencialmente
peligrosos”, conforme a su tipo de raza y “todos los perros”.
Gran parte de esta
engorrosa tarea de clasificación e información sobre ataques, será llevada a
cabo por los veterinarios, donde aquellos caninos encontrados como “perros
peligrosos”, deberán ser sacrificados;
en lo que respecta a la extensión de esta regulación hacia otras
ciudades de Canadá, la provincia de Ontario es “pionera”, así como Sherbrooke,
Richmond, Edmonton y Winnipeg.
La ciudad de Brossard de
la provincia de Quebec, anunció también en 2015 que aquellos propietarios de
razas prohibidas estarían obligados a contar con una póliza de $250.000 dólares
canadienses en seguro de responsabilidad, además de demostrar que su perro
había aprobado un curso de obediencia y de que la mascota contaría con un chip.
Son los american
staffordshire terrier, los staffordshire bull terrier y los american bull
terrier algunas de las razas relacionadas a los pitbull, mismas que en
diferentes ciudades y provincias de Canadá, han sido reguladas durante el
último par de años.
Sin embargo, ¿qué tan
cierto es que esta raza y sus derivados son de alto nivel de peligrosidad para
los humanos?. La respuesta radica en su crianza y en su origen.
Países como Inglaterra y
Estados Unidos fueron de los primeros en cruzar perros de pelea, donde razas
como los mestizos de bull y de terrier, derivaron sus “nuevas carcaterísticas”
no sólo en agilidad y energía, sino también en su explotación para dar peleas
clandestinas, en las que la ferocidad y la resistencia ante el dolor eran clave
para generar sustanciosas ganancias a los criadores.
Por ello, la regulación y
prohibición de este tipo de razas, han de tomar en cuenta que los pitbulls
deben ser adoptados por personas experimentadas en la educación de un perro, ya
que son una raza dominante que exige un cuidador dominante.
Una correcta socialización
desde temprana edad (entre los 2 y los 4 meses), acompañada de una buena
educación a lo largo de su vida, asegura –con contadas fallas–, que la
agresividad y el desequilibrio en estas razas, sea permeado y puedan convivir
sin problema alguno con las personas que los rodeen.
De nuevo, la respuesta es
simple en cuestión de mascotas: sea cual fuere su raza, su tenencia requiere
responsabilidad por el simple hecho de ser una vida y no un juguete al que se
le pueda abandonar a la suerte de personas que los toman como juguete o como
adorno, personas que no son capaces de asumir la importancia de cuidar de un
ser vivo y respetarlo. Quizá debería ser a este tipo de personas a las que se
les aplicaran las multas y castigos, directamente al bolsillo o a sus
expedientes judiciales.