Muy poco le duró el gusto
a Robespierre Robles Hurtado
presidir la Presidencia del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) en la entidad.
Se fue como llegó: de manera controvertida. No olvidemos que fue designado
magistrado del TSJ sin tener carrera judicial, lo que generó infinidad de
cuestionamientos, particularmente del Colegio de Abogados de Chilpancingo.
Treinta y ocho
legisladores lo designaron magistrado en una sesión celebrada el 10 de
noviembre de 2015. Ocho días después, el pleno del TSJ lo designó como presidente
de dicho órgano jurisdiccional.
Antes de ser magistrado,
Robles Hurtado se desempeñaba como presidente de la Fundación Colosio (filial
al PRI) y titular de la Notaría Pública número 19, que se ubica en el puerto de
Acapulco, y que heredó de su padre, el fallecido ex secretario general de Gobierno,
José Rubén Robles Catalán.
En los 16 meses que estuvo
al frente del Poder Judicial de la entidad, se le vio muy activo en las redes
sociales, sobre todo en Facebook, en donde hacía público su vida privada. Se
confrontó con algunos comunicadores y quienes no compartían su forma de pensar.
No cuidó las formas, pues.
A los trabajadores del TSJ
los trató con la punta del pie, a tal grado que el pasado 22 de marzo le
protestaron en Ciudad Judicial, ubicada en Chilpancingo, para exigirle mejoras
salariales y seguridad social. Además, le reprocharon su tolerancia al
nepotismo, algo que ya se hizo costumbre en dicha institución, pues los
magistrados e integrantes del Consejo de la Judicatura incrustan en la nómina a
familiares directos.
Utilizó su cargo para posicionar
su imagen con miras a la Alcaldía de Acapulco. Y eso no es todo. Se le empezó a
relacionar con el crimen organizado y con algunos personajes que actualmente se
encuentran recluidos en penales federales.
El 19 de julio del año
pasado, un comando armado atacó a balazos la sede de la Notaría 19 y dejó un
narco mensaje en el que reprochan a Robespierre Robles de incumplir acuerdos.
Es
evidente que el vástago de José Rubén Robles Catalán cayó de la gracia del
poder. Se salió del perímetro –dixit Humberto Salgado Gómez,
ex secretario general de Gobierno en la administración de Ángel Aguirre
Rivero–. Tarde o temprano lo tenían que bajar de la nube en que estaba.
Su
viaje a Las Vegas, Nevada, EE.UU., fue la gota que derramó el vaso.
Este lunes 17, el corresponsal
de la Agencia Apro en la entidad,
Ezequiel Flores Contreras, informó del viaje que realizó el magistrado en
comento y su esposa –autodenominada presidenta del voluntariado del TSJ– a la
“Ciudad del Pecado”.
Una foto subida a
Facebook, en donde la pareja aparece sonriente durante el concierto de la
artista canadiense Céline Dion, en el exclusivo casino-hotel Caesar´s Palace,
fue el principio del fin de Robespierre como mandamás del TSJ.
Este martes durante la
sesión en el Congreso del Estado, los diputados locales se enteraron de la
renuncia que presentó Robespierre Robles como titular del Poder Judicial y de
la solicitud de tres meses como magistrado.
En entrevista, el
presidente de la Comisión de Justicia del Congreso local, el priista Héctor Vicario Castrejón, señaló que
Robespierre Robles renunció por motivos de salud. Mientras que la coordinadora
de la fracción parlamentaria del PRD, Erika
Alcaraz Sosa, manifestó desconocer lo que ocurría en el TSJ, pero sugirió a
Javier Olea Peláez, titular de la
Fiscalía General del Estado, renunciar al cargo. ¡Zas!
Y
no estaría mal que el fiscal Olea renunciara al cargo, ya que cada vez abre la
boca, la cajetea gacho.
Es necesario pues, que todos aquellos servidores públicos que han
sido deficientes en su desempeño, pongan sus barbas a remojar. Robespierre
ya lo hizo. O, mejor dicho, lo obligaron.
Comentarios:
E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com;
Facebook: Efraín Flores Iglesias;
Twitter: @efiglesias