Las galletas de éxtasis encontradas en Osnabrueck en
Alemania que dieron un total de 5 mil pastillas de la droga con la efigie de
Trump es un a señal de la personalidad mediática del presidente de EEUU que hasta
en medio de su enajenación personal pretende llevar a una nación a un futuro
violento, supremacista blanco y demente, porque el payaso de Trump a duras
penas conmueve a sus futuros electores.
Lo que si lo mueve es
amenazar, ofender y poner a temblar al mundo que ve venir más golpes del
terrorismo como el de las Ramblas en Barcelona gracias al activismo racista de
Trump y su corte de halcones siniestros.
Esta ventriloquia de
locos, pone a México de espaldas al muro y a la renegociación del TLC con el
gobierno gringo dada la docilidad del gobierno mexicano ante los embastes de
Trump el bocón.
En esta misa en escena
el totalmente equivocado Aurelio Nuño que además de no saber “ler”, se le hizo
cocas la memoria bajo la influencia planetaria del eclipse y del éxtasis
trumpiano que basado en un libreto desafortunado de sus asesores de imagen
celestial, confundió al astrologo de
cabecera de televisa, Walter Mercado con la astrónoma Julieta Fierro. En la
memoria de Aurelio Nuño, el viejo y anquilosado horóscopo presidencial, le
confundió el camino y por no saber “ler” ni el libreto escrito por su
escribidor de cabecera se volvió a meter en un asunto cuatro estrellas: Meade,
Chong, Narro y él mismo .
Esta carrera coordinaba
desde los Pinos por el primer couch
principiante EPN, tiene a varios priistas al acecho, uno de los más visibles es
el siempre prisionero de su pasado, Manlio Fabio Beltrones, representante del
viejo PRI en pugna con el “nuevo” priismo totalmente ligh, nini y desdeñoso del pasado “chichimeca” de los mexicanos.
Y como de abrir
socavones se trata o destapar las fosas del “pozolero”, el binomio Gerardo Ruiz
Esparza-Graco Ramírez, da una muestra pública del tamaño del cinismo y de la
impunidad reinante en México. La aparente reyerta entre ambos personajes
ligados a los Pinos, no es otra cosa que tratar de blindar un ejemplo más de
corrupción solapada en obra pública. Ruiz Esparza que no renuncia y Graco
empeñado en doblar a la universidad de Morelos y esconder su nido familiar de
corrupción palaciega.
Ruiz Esparza, mirando a
futuro por la construcción del nuevo aeropuerto de la CdMex, pone a salvo a las
empresas que harán otro de los grandes negocios del sexenio. Y antes de aclarar
el papel de la SCT en el socavón del paso Exprés de Cuernavaca, Ruiz Esparza se
lanza a defender a las emprezas, Aldesa y
Epccor, en el sentido de que no tienen la culpa de la muerte de dos
ciudadanos, padre e hijo, sino del gran fraude que representa el paso exprés o “Tlahuica”
porque su presupuesto inicial se duplicó en dos años, le tira la culpa a Graco,
Graco a Ruiz Esparza y en esas mentaditas y aunque hayan asistido a comisiones
del senado a modo de ambos, el socavón de corrupción permanecerá abierto por
los siglos de los siglos santos amén.
Y en ese batiburrillo
doméstico, los embates de Graco, inculpando a EPN y a Ruiz Esparza, al afirmar
que les avisó del desmadre del paso exprés y que no era apto para que se
inaugurara previo a las vacaciones de Semana Santa, es fuego fatuo comparado
con lo que debería ser una aclaración pertinente. Ambos personajes llevan el
caso a oficios sin respuesta y a la negativa de escuchar, por ejemplo a los
habitantes de Cuernavaca que a través de los ayudantes municipales, alertaron del
grave peligro que representaba construir ocho carriles sobre una barranca tan
antigua y anterior a la llegada de los tlahuicas al valle del Tamoánchan
mitológico.
Sea este incidente para
dimensionar el tamaño de la corrupción reinante en México y de la colusión de
un gobernador perredista en declive, con un funcionario federal consentido que
arrastra un caudal de lodo en obras, más siniestro que las toneladas de tierra
que sepultaron a padre e hijo en el paso “Tlahuica” o “exprés”.
Y como se trata de echarse
la culpa cínicamente, a sabiendas de que en el senado o las cámaras nada prosperará,
imagino la escena de este fin des emana en la que Gerardo Y Graco, se sentarán
a la misma mesa en un restaurante de lujo o en la casa de 2 mil metros
adquirida por la esposa de Graco en Cuernavaca a reírse de las noticias y del
verdadero resultado de las nulas pesquisas de la secretaría de la función
publica y de los futuros negocios y de cómo doblegar a la UAEM y a su rector
bajo amenazas de no cumplir a cabalidad con el ejercicio del presupuesto
ejercido y escamoteado por el gobierno del estado de Morelos a la Universidad Autónoma,
y de paso, acusar a Vera Jiménez de malversar los fondos destinados a la máxima
casa de estudios del estado de Morelos. Basta con hacer un recorrido por la
UAEM, para verificar en que se han gastado los r4cursos y en los claustros
universitarios abiertos en todo el estado de Morelos.
El discurso de Ruiz
Esparza y Graco Ramírez es otra muestra más de la corrupción reinante en obra
pública en México, no existe diferencia, ambos personajes de oscuro pasado,
presente y futuro, caen en lo mismo. Se podrán parar de cabeza como en el caso
Odebrech, nadie saldrá perjudicado, al contrario al final del escándalo
terminarán como siempre, fundido en un gran abrazo y palmaditas en la espalda
como prueba de impunidad y orgullo de cómplices.