jueves, 18 de octubre de 2018

CONTEXTO POLÍTICO / Por Efraín Flores Iglesias Jaloneo en Morena


Es evidente que al interior de Movimiento Regeneración Nacional (Morena) prevalece una fuerte pugna por el control de la dirigencia estatal. Y, a pesar de que la dirigencia nacional designará al sucesor de Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, cinco militantes han alzado la mano. Pero solamente dos de ellos tienen posibilidades de lograr la bendición de Andrés Manuel López Obrador.
Los aspirantes han manifestado públicamente su deseo de encabezar Morena-Guerrero y han enviado sus solicitudes a Yeidckol Polevnsky Gurwitz, dirigente nacional de Morena.
Me refiero a Sergio Montes Carrillo, representante de Morena ante el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPC) y miembro del grupo de Pablo Amílcar Sandoval; Iván Hernández Díaz, consejero estatal e integrante del grupo de César Núñez Ramos (primer dirigente de Morena en Guerreo y cercano a López Obrador); Silvestre Arizmendi Torres, ex integrante de la dirigencia estatal; Filomeno Vázquez Espinoza, ex candidato a la alcaldía de Olinalá, y Claudio Comonfort Ventura, fallido candidato a regidor en Chilpancingo.
El jaloneo está entre Sergio Montes e Iván Hernández, dos personajes tan distintos en su forma de hacer política, ya que el primero está acostumbrado a la polémica y tratar con prepotencia a sus compañeros de partido, mientras que el segundo se maneja con perfil bajo y es conciliador.
Además, el gallo de Pablo Amílcar fue suspendido el pasado 28 de septiembre de sus derechos políticos e inhabilitado para participar en los procesos de los órganos de dirección o para registrar candidatura a puestos de elección popular en el próximo proceso electoral, interno o constitucional.
La Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena determinó que Sergio Montes Carrillo “de manera reiterada y sistemática” realizó comentarios que dañaron la dignidad como persona del diputado federal Rubén Cayetano García, mediante diversos correos electrónicos, y concluyó en la sanción que le impide participar en los procesos internos.
El mismo órgano partidista estableció que, si bien la normatividad establece como principio la libertad de expresión, “también se tiene previsto que los militantes, aún más los que ostenten un puesto referente para la opinión pública partidaria y general, deben conducir su actuar en apego a la normatividad intrapartidaria, por lo que las inconformidades deben de expresarse por los cauces legales y políticos previstos en el Estatuto de Morena”.
Pero Pablo Amílcar pretende por todos los medios que su pelele sea el próximo dirigente de Morena, sin importarle la sanción a la que fue expuesto y que siga ofendiendo a los militantes, como ocurrió el pasado fin de semana en Zihuatanejo, en donde no toleró que un militante de dicho municipio le recordara que fue inhabilitado para para participar en los procesos de los órganos de dirección de Morena.
“Cálmate, sólo vienes a provocar y no te lo vamos a permitir”, le pidió al militante de su partido. Y al no obtener una respuesta positiva, Montes Carrillo le exigió de plano que se callara.
“Entonces cállate y deja de provocar, que te calles… cállate”.
Tal vez fue una provocación, pero es más que evidente que el señor Montes Carrillo es igual o peor de intolerante que su gurú Pablo Amílcar Sandoval. 
Con poquito se enoja. ¡Qué barbaridad! ¿Eso es hacer política? Claro que no.
Y eso no es todo.
El miércoles de la semana que corre acudió al Congreso local para escuchar el tercer informe del gobernador Héctor Astudillo Flores, pero minutos antes de iniciar la sesión solemne fue entrevistado por reporteros y le preguntaron respecto a la suspensión de sus derechos políticos por los presuntos actos de discriminación y difamación en agravio del diputado Rubén Cayetano.
Dijo que esa fue una chicanada jurídica y se lanzó contra el ex dirigente estatal de Morena, César Núñez Ramos.
“Esta es una pelea por la dirigencia estatal, es un complot de César Núñez. Quisiera ver el fuego amigo peleando con el PRI, con el PAN y con el PRD, como pelean internamente. Son unos cobardes”, aseveró.
De acuerdo a algunas fuentes consultadas de Morena, la dirigencia nacional nombrará a un delegado de manera provisional en Guerrero y será hasta el próximo año cuando ya se realice la elección interna para elegir al dirigente estatal, ya que Pablo Amílcar Sandoval fue electo el 14 de noviembre de 2015 como dirigente, pero por “sus múltiples chambas” será otra persona quien concluya su periodo.
Luego entonces, la pelea será entre los grupos del presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local y César Núñez. 
Cabe destacar que Silvestre Arizmendi Torres, Filomeno Vázquez Espinoza y Claudio Comonfort Ventura no tienen posibilidades de llegar a la dirigencia estatal, ya que no son cercanos a López Obrador y no tienen un padrino poderoso que abogue por ellos.
ENTRE OTRAS COSAS… Un personajillo ligado al ex alcalde Marco Antonio Leyva Mena le causa pavor perder los privilegios que tenía en la anterior administración. 
Lamentablemente, hay quienes le creen, sobre todo, algunos ingenuos trabajadores del Ayuntamiento de Chilpancingo que no se dan cuenta la clase de dirigente sindical que tienen. 
En la próxima entrega comentaremos más del tema.



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