A diferencia de algunos de
sus homólogos gobernadores, Héctor
Astudillo Flores no se confronta con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Por el contrario, privilegia el
diálogo y la construcción de acuerdos para que a Guerrero le vaya bien.
Y es que, amable lector, los pleitos no llevan a nada bueno, mucho
menos entre gobernantes.
A partir 1 de diciembre de
2018 el escenario político cambió en el país, ya que un nuevo partido y/o
movimiento social se instaló en el poder. Tal vez no con caras nuevas, pero sí
con una visión distinta en la aplicación de políticas públicas.
La “Cuarta Transformación”
–así le llama AMLO al proceso de “cambio” que inició con su llegada a Palacio
Nacional– centralizó el poder y el manejo de los recursos. Y el que se oponga a
esa forma de gobierno, simple y sencillamente es ninguneado y marcado para
siempre como enemigo.
Héctor
Astudillo no es un hombre de pleitos, pero cuando tiene que hablar fuerte, lo
hace. Y eso quedó muy claro el 11 de enero de 2018, luego de un evento oficial
que el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó en Tlapa.
“Estoy muy sorprendido. Yo
no vuelvo a ningún recorrido, es ofensivo. Si yo no le sirvo, me hago a un
lado. Se lo digo en serio, señor presidente, no bromeo. Soy un guerrerense muy
digno y no me había pasado esto, porque soy muy respetuoso de todos”, expresó
el mandatario guerrerense por los abucheos orquestados en su contra por el delegado
del gobierno federal, Pablo Amílcar
Sandoval Ballesteros.
En medio de la multitud y
antes de abordar su camioneta, López Obrador se acercó a Astudillo, quien
visiblemente molesto le tendió la mano y le deseó que regresara con bien a su
destino. Tras comentar brevemente el acontecimiento, el presidente se disculpó:
«En lo que a mí corresponde, le ofrezco una disculpa (por los abucheos)». Luego
de un breve abrazo entre ambos mandatarios, se despidieron.
Desde entonces la relación
entre ambos mejoró. Y a Pablo Amílcar
Sandoval le jalaron las orejas en Palacio Nacional.
Después de lo ocurrido en
Tlapa y cada vez que el presidente viene a la entidad, no pierde la oportunidad
en reconocer el esfuerzo que el gobernador Astudillo realiza para sacar a
Guerrero del rezago social.
Es más, este lunes,
durante su conferencia “Mañanera”, el presidente López Obrador afirmó que su
relación con el gobernador (Héctor) Astudillo “es muy buena, no tenemos
diferencias”, e indicó que la Federación “seguirá trabajando coordinadamente”
con la administración estatal.
Y eso no es todo. AMLO
adelantó que sostendría una reunión con los gobernadores emanados del PRI,
entre ellos, Astudillo.
Si bien es cierto, ambos
son de partidos e ideologías diferentes,
lo más importante es que mantengan una excelente comunicación y coordinación
institucional para que la entidad salga del rezago social y la inseguridad
pública disminuya en las 7 regiones.
Cuando
los colores partidistas se hacen a un lado a la hora de gobernar, le va mejor
al país.
Y
en el México de la 4T sólo sobrevivirá políticamente el que actúe con
inteligencia.
IMPORTANTE
OBRA EN CHILPANCINGO
Así como mantiene una
buena relación de trabajo con el gobierno federal, el gobernador Héctor
Astudillo Flores hace lo propio con los alcaldes de la entidad, a quienes apoya
sin distinción.
El domingo 26 y en el
marco del Día Mundial de la Educación Ambiental inauguró la segunda celda del
relleno sanitario de Chilpancingo, la cual tuvo una inversión conjunta del
gobierno estatal y el Ayuntamiento capitalino por el orden de los 14 millones
de pesos, obra que ayudará a resolver uno de los problemas más complicados de
Chilpancingo, que es la recolección y tratamiento de la basura.
La nueva celda del relleno
sanitario se ubica en terrenos del municipio –a un costado del nuevo libramiento
de Chilpancingo-Tixtla– y beneficiará a 300 mil personas.
Durante su mensaje, el gobernador Astudillo mencionó que esta
importante obra se logró gracias a la coordinación que hay con el Ayuntamiento
capitalino y el alcalde Antonio Gaspar Beltrán.
Indicó que el problema de
recolección y depósito de la basura en Chilpancingo ha sido muy difícil, “más o
menos desde 1995”, en alusión a uno de sus periodos como alcalde. También
recordó que en ese entonces se consiguieron terrenos al sur de la capital, y
resultó una obra insuficiente, porque se llenó y los olores eran muy fuertes
para toda la población.
Posteriormente, dijo, el
problema se resolvió, “aunque fue muy difícil encontrar alternativas”.
Gaspar
Beltrán, por su parte, señaló que la coordinación entre ambos gobiernos trae
beneficios a la sociedad, y refrendó su disposición para trabajar y mantener
esta alianza con el gobierno del estado.
Asimismo, reconoció lo
importante que es para su gobierno que “la gente de Chilpancingo no vuelva a
padecer una crisis ambiental como la de hace algunos años” (en alusión al
problema que le “reventó” a la administración de Marco Antonio Leyva Mena).
No cabe duda que si las
autoridades se unen para trabajar en conjunto, hay progreso social.
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