LAURA MARCOS |
Más de seis mil personas
en el mundo están, en estos momentos, infectadas por el coronavirus de Wuhan,
un nuevo tipo de coronavirus detectado por primera vez en diciembre de 2019 en
China. Ahora, el virus comienza a expandirse por otros países, y hay algunos
casos aislados en el resto de continentes; también en Europa e, incluso, en
España (en Málaga, permanece ingresado en aislamiento un hombre tras entrar en
contacto con chinos en la zona infectada.)
Se contabilizan unas 170
personas fallecidas hasta ahora, y la OMS llevará a cabo varios encuentros para
determinar si estamos ante una emergencia sanitaria global.
Cada vez que un nuevo tipo
de virus amenaza a la población humana, es normal que se desencadene cierto
alarmismo social. Ocurrió ya con la gripe A, extinta en 2010, que se cobró 18
000 vidas humanas. No obstante, cabe destacar que la gripe estacional común,
provocada por el virus influenza, acaba cada año con la vida de entre 290 000 y
650 000 personas en todo el mundo.
Por tanto, cabe
preguntarse si tanto alarmismo está justificado. Al menos, hasta que las autoridades
sanitarias establezcan un estado de emergencia.
Además, en este tipo de
alertas hay un problema añadido: cuando una noticia global genera tanto estrés
generalizado, es habitual que fluyan noticias faltas, informaciones no
contrastadas, rumores… Las denominamos fake news, y estamos acostumbrados a oír
hablar de ellas, pero no tanto a discernir entre las fantasías y la realidad.
¿Qué fake news rondan en
torno al coronavirus de Wuhan? ¿Cómo aprender a distinguir si una información
es falsa?
El coronavirus se cura con
‘lejía’
Se trata de una de las
soflamas más sorprendentes que se han extendido en los últimos días en torno a
la noticia del coronavirus de Wuhan.
La aparente base sobre la
que sustenta este peligroso bulo reside en un líquido que contiene dióxido de
cloro y cloruro de sodio (los componentes químicos de los desinfectantes
industriales), y que sería vendido como un supuesto “elixir de la vida”. El
producto en cuestión se comercializa como Miracle Mineral Supplement (MMS) o
spray 20-20-20. Pero, además, este líquido se presenta como capaz de curar casi
cualquier tipo de enfermedad (sida, cáncer, enfermedad de Crohn).
Por supuesto, esta empresa
lleva años enfrentando numerosos problemas legales.
En cuarentena
El coronavirus acabará con
la humanidad
Ya sabemos que a los seres
humanos nos encanta el apocalipsis. Dado que el coronavirus de Wuhan es un
virus nuevo, y potencialmente mortal en algunos casos, es normal que tanto la
OMS como los gobiernos establezcan protocolos sanitarios estrictos, como las
medidas de cuarentena, como medio de precaución.
Pero no olvidamos que los
coronavirus son los mismos virus que provocan los resfriados comunes, y que las
personas que están en riesgo de sufrir complicaciones graves (o sí, incluso la
muerte) son niños, anciamos, embarazadas y personas con el sistema inmunológico
deprimido, o que ya contaban con algún tipo de afección respiratoria que el
propio virus esté agravando. La neumonía es lo que está, a grandes rasgos, matando
a poco menos de dos centenares de pacientes que han fallecido hasta ahora por
el coronavirus. Pero es muy difícil que pueda matar a un adulto sano.
Con todo, para mayor
seguridad, es recomendable tratar de evitar la propagación tosiendo o
estornudando en un pañuelo desechable o en la manga de la ropa que vayamos a
lavar.
Si eres una persona
vulnerable (y si no lo eres, también, para evitar la propagación), trata de
seguir estas recomendaciones, que han dirigido estos días los profesionales
sanitarios. Más allá de estas medidas de precaución, por ahora, el coronavirus
no debería suponer mayor problema.
Coronavirus en el
laboratorio
El coronavirus es un
experimento de laboratorio diseñado para matar
Por supuesto, tampoco
faltan las teorías conspiranoicas respecto del coronavirus de Wuhan. Circulan
hipótesis (no fundamentadas en ningún dato o evidencia) de que este nuevo virus
habría sido elaborado en algún laboratorio de Canadá para ser inoculado
voluntariamente a la población, y proceder a su destrucción. Otra soflama más
cuyo origen reside en el gusto de los humanos por lo catastrofista.
El hecho de que se haya
descubierto un nuevo virus potencialmente mortal, y que este se esté propagando
rápidamente en distintas partes del mundo merece, por supuesto, nuestra
atención y que las autoridades dirijan sus esfuerzos a comprender y prevenir
sus efectos en la población.
Pero por el momento, y
teniendo en cuenta cómo se comportan otros virus, no nos queda más remedio que
ser racionales y relativizar la potencial gravedad del coronavirus de Wuhan, al
menos, hasta que tengamos información rigurosa y contrastable.
Bill y Melinda Gates
tienen la vacuna desde 2015
La fundación Bill y
Melinda Gates es una ONG filantrópica que se dedica a financiar la lucha contra
enfermedades diversas. Un desinformado (y no sabemos si malintencionado)
tuitero difundió el rumor de que la fundación Gates ya patentó la vacuna de
este coronavirus en 2015. No obstante, lo que el difusor de esta fake news no
advirtió es que coronavirus es una palabra general para hablar de muchos tipos
de virus.
La realidad sobre el
asunto es que, en efecto, ya había una patente de vacuna contra un coronavirus
desde 2015, pero no contra el coronavirus de Wuhan: la patente en cuestión
estaba diseñada para tratar un tipo específico coronavirus que afectaba a aves.
¿Cómo identificar las
noticias falsas?
Para aprender a
diferenciar si estamos ante una noticia falsa o no, no basta solo con utilizar
el sentido común. A veces, no se trata de ideas tan alocadas como la medicina
milagrosa basada en lejía: en ocasiones, algunas noticias falsas nos pueden
parecer verdaderamente creíbles.
Para asegurarnos, debemos
identificar siempre la fuente de origen de la información, que deberá ser una
autoridad científica o un organismo especializado. Si la fuente no está a la
vista, o el medio de comunicación del que procede no goza seriedad o prestigio,
desconfía.
LAURA MARCOS
MUY INTERESANTE