martes, 25 de agosto de 2020

Entre la verdad y la ficción HACE 25 AÑOS. . . Por Jorge Luis Falcón Arévalo*

 


¿Cómo es que tenemos tanta información, pero sabemos tan poco?

-Noam Chomsky-

 

Aparecen las Redes Sociales; pero aún existen hombres y mujeres, que no saben, ni las entienden, ni tampoco se las han ingeniado para entender lo que es comunicar, enlazar, interpretar o divulgar en ellas.

 

Habrá que entender que desde 1979 se predijera que en el año 2000 la cultura sería más visual que verbal (Lee Siegel "El mundo a través de una pantalla"), fue de los avisos que se lanzó para quienes tenían contacto con los sistemas binarios, para visualizar el futuro. Pasar de la “Edad Media” a nuevos Renacimientos.

 

Cabe resaltar y en breves palabras detallar que la misma tarea de vivir es tiempo perdido si no lo convertimos en una actividad económica productiva.

 

"El mensaje es el medio", señaló Marshall McLuhan. Interpretando en los tiempos actuales: Yo soy el mensaje. Si nos acostumbramos a desdibujar la verdad en la cultura, acabamos aclimatándonos a sus procedimientos.

 

Juzgo a buena parte del magisterio impreparados en las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC's), por ser ineficientes y poco instruidos, en vez de divulgar conocimientos. En el manejo y desarrollo de las herramientas cibernéticas. Los juzgo por su superficialidad en esta "novedad", no por su originalidad de aprender y aprehender. Todo es comprensible y remediable.

 

Hoy alumno-maestro y/o maestro-alumnos presentan severos problemas, para entender las clases a distancia. Porque los planes de estudio que se han enseñado en las aulas, son caducos, anacrónicos y precarios. Porque, también, el mal uso o enseñanza de estas herramientas, no han sido primordiales. Deben ser sustanciales en un magisterio más proclive al paro de labores, a la huelga, al bandidaje, al saqueo, a la exigencia, cuando su rendimiento en las aulas es opaco, insuficiente e ineficaz. Hay una cultura escolar repetitiva, estandarizada e idiotizante; porque no enseñan al estudiante a pensar, a razonar. Brutalizan los sentidos.

 

Ante la enseñanza a distancia, vuelven los maestros o profesorado a lo que hecho siempre: dejar tareas. A ser irresponsables. El poder del contexto. Dice una premisa en la administración, que “cuando un trabajador labora horas extras, es porque no está haciendo bien su trabajo”.

Se necesitan políticos, profesores y comunicadores fiables. 25 años, han bastado para hacernos entender que las tecnologías no se han apropiado de los avances educativos, de salud, de investigación, de academia, de hacernos entender que los tiempos son de transformación. “Agua que se estanca, se apesta”, señala el ancestral dicho.

 

La barbarie debe dejarse; debemos avanzar. Tal como vaticinó Baruch Spinoza: “Todas las cosas excelentes son tan difíciles como raras”.