Quienes impidieron que el gobernador Héctor Astudillo Flores procediera inaugurar el Centro de Salud Ampliado de Cruz Grande (Florencio Villarreal), recibieron la consigna de provocar disturbios, agredir verbal y físicamente a la comitiva oficial, el pasado día 20, en aquel punto de la Costa Chica.
El
boicot, fue perversamente preparado con antelación. Los mal llamados
“Servidores de la Nación”, además de hacer el papel de promotores políticos,
ahora los han convertido en porros (violentos) al servicio de la delegación federal,
con una agresividad absurda y sin vergüenza.
Tenía
escasas horas que el presidente Andrés Manuel López Obrador, había visitado
Acapulco, donde anunció obras como el saneamiento a la bahía del puerto; pero a
la vez reconoció públicamente el intenso trabajo que ha venido desplegando en
Guerrero el gobernador Astudillo Flores, a quien elogió y puso como ejemplo a
nivel nacional. ¿A quién le provocaron el celo político las expresiones del
presidente a favor del mandatario guerrerense? Saque usted sus conclusiones.
Los
actos porriles protagonizados por un puñado de ciudadanos de Cruz Grande,
quienes fueron instruidos para provocar disturbios cuando el gobernador
Astudillo arribó al Centro de Salud Ampliado, no sólo significan agravio contra
el mandatario estatal, sino un anticipo de que en el futuro podrían repetirse
por toda la entidad. Atrás de esa agresión, existe la mano fifí que mece la
cuna. Ni la duda cabe.
Al
inicio del pasado año, en Tlapa, el gobernador Astudillo, fue objeto de
abucheos por parte de personas identificadas como “Servidores de la Nación”, en
presencia del presidente AMLO, quien inmediatamente fue encarado por el mismo
mandatario a quien le reclamó tal hecho porril, en presencia del delegado Pablo
Amílcar Sandoval; éste, mostraba rostro de asombro. ¿Mucha coincidencia, el
hecho de Tlapa, con el de Cruz Grande.
Como
los cobardes que tiran la piedra y esconden la mano, el delegado federal Pablo
Amílcar Sandoval, declaró que se hace una “investigación interna” para
determinar si hubo participación de “Servidores de la Nación” en la “protesta”
de Cruz Grande, donde se impidió la inauguración de un Centro de Salud, por el
gobernador Héctor Astudillo. Ese mismo día, el ambicioso funcionario fifí,
estuvo en Tierra Caliente haciendo disfrazada precampaña.
Alberto
Salgado Rodríguez, delegado regional federal en costa chica, sabe quiénes son
los incitadores de la violencia que impidieron que el gobernador Astudillo
inaugurara el Centro de Salud
ampliado. Salgado, es originario de Cruz Grande. Conoce a toda esa gente.
Varias
fotografías de empleados y a la vez cabecillas -Servidores de la Agitación-
fueron publicadas a través de las redes sociales; los porros están plenamente
identificados, a pesar de llevar cubre bocas. Alberto, ex rector interino de la
UAGro, ahora funge como esbirro del delegado fifí. Cobra súper sueldos en dos
nóminas. Le va a toda madre ($$$).
Pablo
Amílcar Sandoval, parece estar satisfecho por la agresión de que fue objeto el
gobernador Astudillo y la retención -por la fuerza- de funcionarios de la Secretaría
de Salud, encabezados por el titular Carlos de la Peña.
Los
porros mal llamados “Servidores de la Nación”, con antelación fueron preparados
por sus jefes para que provocaran disturbios cuando el gobernador Astudillo se presentara
junto con la comitiva oficial, para inaugurar el Centro de Salud ampliado.
Una
botella de plástico llena de agua, fue arrojada contra el mandatario estatal
Astudillo (no dio en el objetivo) quien optó por salir de ese lugar para evitar
más agresiones verbales y físicas. El agravio contra el gobernador está hecho.
No existen disculpas del delegado fifí, y menos investigación ni sanciones.
Sólo promesa.
Ahora,
sólo falta esperar qué otras agresiones más se les ocurren a los jefes de los
porros, encabezados por el delegado Pablo Amílcar Sandoval… Dice un dicho: “El
que siembra vientos…”
O
veremos, si en adelante serán métodos violentos los que utilicen partidarios
del Morena; que son los mismos, ahora denominados “Servidores de la Convulsión”.
Lo
más seguro es que el envidioso y novato delegado fifí Pablo Amílcar, ya se
encuentra bastante nervioso y
desesperado, al ver que su precampañita política nomás no levanta en Guerrero,
y su trabajo -¿cuál?- es gris y mediocre.
Por
eso, el presidente AMLO, cuando visitó Acapulco, no manifestó ningún elogio
para su pésimo alfil. Punto. salomong11@yahoo.com.mx