Tercera Vía
Ernesto Rivera Rodríguez
Aguirre Rivero, en la Mira
Las revoluciones
empiezan con actos irracionales de violencia, cimentadas desde lo más
profundo de la irracionalidad y la obsesión por el poder organizando
turbas, en este caso de estudiantes
derivados en fanáticos que han perdido el sentido de su supuesta
vocación magisterial, como hace meses
fue el movimiento magisterial que pretendió igualmente mancharse las
manos de lodo.
Los “ayotzinapos” y
las fuerzas obscuras que los financian desde hace años, han venido alimentando
este monstro de mil cabezas en que se ha convertido la comunidad estudiantil de
la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, y grupos que los
retroalimentan y financian, que han rebasado toda línea de la tolerancia, ya en
el “bordeine” de la violencia y la barbarie, esbozados bajo cubre rostros, dejando atrás, muy atrás los intereses del
proceso enseñanza aprendizaje, para hoy apoderarse y cerrar en el tramo urbano
de Chilpancingo la supe carretera más cara del país.
En el estado de
Guerrero en los últimos 36 meses se ha venido sosteniendo una bárbara lucha de
los diferentes carteles del narcotráfico por apoderarse del control de trasiego y mercantilización de los
estupefacientes, que ha derivado en la puesta en crisis del delicado tejido social en confrontación con
las autoridades civiles muchas veces señalada como cómplices por la grave” omisión”
con la que han actuado, dejando a la sociedad literalmente abandonada.
El arribo de las
fuerzas federales bajo el programa de
“Guerrero Seguro”, traslado de escenario la violencia delincuencial, hacia
espacios mucho más delicados encontrando una vertiente de todo ello, en la
Normal de Ayotzinapa, terreno fértil en esta comunidad estudiantil que por sus orígenes
sociales, y su tradición, sus
integrantes son presa fácil de ideologización fascista y prometida redención “de
la lucha de clases” bajo la movilización cuyo fin real es la conspiración, el
complot oculto y que hoy con la sangre derramada se exige intolerante e irracionalmente a como dé lugar
como un atentado contra la inteligencia y la prudencia, la cabeza del
gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Un acto más de su
violencia, cuando conocemos que todos los atentados contra la inteligencia son
bestiales. El hambre y la sed del poder no tiene límites y los amanuenses pagados, como escribe Gracián, no
vuelan alto, vengan de la Tele que vengan, a leguas se notan las fajas de
billetes repartidos, cuando muchos de ellos ni siquiera saben donde se
encuentra Ayotzinapa, y se convierten en miserables depredadores de la
inteligencia, la cordura y la prudencia, cuando en los hechos sucedidos el
pasado lunes 11 del presente, que causo la muerte de dos estudiantes, pensar que el gobernador Ángel Aguirre
Rivero, pudiera ya no digo ordenar sino sugerir “limpiar” semejante devastación
podría ser por dos razones: o porque el gobernador Aguirre Rivero, se hubiera
vuelto intensamente loco, en cuyo caso habría que instalarlo inmediatamente en
el manicomio, o que el gobernador enloquecido de ambición pretendiera una
iniciar una provocación que lo llevara a puestos mucho más altos.
Pero ninguna de estas
dos hipótesis parece factible. Ya no digo un gobernador sino un cacique sabe
que un atentado contra estudiantes, es un atentado contra su pueblo, y eso es
precisamente lo que los complotados pretenden que los guerrerenses
pensemos y eso fue lo que vendieron al
exterior. Todo el mundo sabe que jamás el pueblo se organiza espontáneamente, y
mucho menos en los tiempos de las redes sociales, para pretender conspirar de
esa manera contra un gobernante. Ello requiere mucha inversión, dinero y más
dinero, y los Ayotzinapos son unos
“muertos de hambre” literalmente hablando,
La investigación
exhaustiva está en marcha para averiguar, que lo debe hacer tomando el
expediente desde hace años, y por los hechos actuales, no solamente quien mando a los policías
disparar, quien los mando llegar al
evento armados, quien provoco el incendio de la bomba de combustible, y
como y en qué condiciones psicomotrices iban los estudiantes que
encabezaron dicho movimiento, porque se requiere de muchos “impulsores psicomotrices”
para poder desarrollar semejantes acciones, así tanto a los estudiantes como a
los elementos policíacos se les debe de aplicar pruebas antidoping. Veremos
muchas sorpresas, entre tanto como lo expresó “Garganta Profunda: sigan la
huellas del dinero”. La Procuraduría
General de la República, no debe de olvidar este asunto, porque el asunto
apesta por los grandes intereses que hay de por medio. “Casa Guerrero, bien
vale una misa”. Email:gernestorivera@gmail.com