Por: Zoila Elena Solís Hernández/Suriana
Acapulco, de
Juárez, Guerrero.- "Una complicidad gubernamental y social son los responsables
de que más de tres millones de mexicanos vivan de la delincuencia organizada" aseguró el sacerdote Jesús Mendoza quien expuso el tema “construyendo la paz” en
la sesión de cada lunes con las mujeres
de la Prensa
en Guerrero que preside María de los Ángeles Olguín Maldonado donde el
presbítero estuvo como invitado especial.
Criticó que
las practicas ilegales hoy son vistas como normal, cuando hace más de cuarenta
años no se pensaba siquiera que estos momentos se verían en el acontecer diario
y que se sigan practicando como si nada sucediera hay una responsabilidad
compartida entre el Estado y la sociedad a la cual se incluye el papel de la
iglesia, la cual tiene la enorme tarea de volver a la relación con Dios.
Con ideas
propositivas sostuvo que existe un único camino para salir de esta situación y
que no consiste en otra cosa más que: Ser parte de la solución si fuimos parte
de la descomposición”.
Jesús Mendoza afirma que "se tiene que mirar hacia delante es decir cómo se quiere vivir en
Acapulco dentro de diez años, de la noche a la mañana no se va acabar con la
delincuencia organizada si el termino de esta situación es un destino entonces
conviene apresurarse a colocarse en el camino y tener en mente y en las
acciones pensamientos y acciones de convivencia humana profunda que se derrame
entre los quehaceres diarios de la comunicación y la formación de valores desde
cada metros cuadrado en responsabilidad personal: “Sin la participación de la
sociedad civil no se va a erradicar la violencia”.
Hizo un
llamado a tener el tema de la construcción de la paz en el eje de cada día y
que todos vayan sumando a pesar de la pluralidad y diferencias marcadas en la
actualidad las cuales forman parte de este contexto que se dejó de vivir desde
hace dos décadas: “Es una apatía, falta de sensibilidad falta de perdón,
perdida de valores, perdida de comunicación entre padres, hijos, gobernantes
donde cada quien usa la confrontación y la violencia para arreglar sus asuntos”
dijo el sacerdote.
Para dar
término a la impunidad acoplada con la corrupción y la violencia es necesario
que el gobierno incida en ellas con propuestas que se inicien con la aplicación
de políticas públicas encaminadas a erradicarlas desde la escuela, las
instituciones del sistema político y que la sociedad civil deje de estar en pañales
y con actitud apática dijo: “Es necesario responder y capacitarnos para
responder y contribuir a la eliminación de la violencia”.
Invitó a las
mujeres de la prensa a utilizar sus armas en los medios de comunicación para
difundir la necesidad de una nueva forma
de vivir, una nueva cultura que se adapte a erradicar la violencia consultando
las acciones de la mercadotecnia donde se visualice un verdadero proyecto de
nación con paradigmas distinto donde “el
respeto a los derechos personales sea la causa que enarbole la verdadera
bandera por la búsqueda de la paz”. Puntualizó.