Vender
jade se ha convertido en una actividad redituable en los últimos años con el
notable aumento de los precios de éste. El jade es una piedra que se ha usado
desde tiempos prehistóricos para fabricar armas, artefactos y joyas. Antes de
vender tus objetos de jade, lo mejor es tasarlos para saber cuánto valen. El
jade viene en dos versiones: la jadeíta y la nefrita. La jadeíta es más rara y
más valiosa.
Toma tu
objeto de jade y llévalo a un joyero o un vendedor de antigüedades que se
especialice en jade para tasarlo. El precio variará dependiendo de la calidad
de la piedra. Un jade tipo A es el más caro porque es natural y no tiene
tratamientos, habiendo recibido sólo el proceso tradicional de lavado con jugo
de ciruelas y pulido con cera de abejas. El jade tipo B a menudo se blanquea y
se impregna con un polímero. Este tratamiento puede causar que la piedra pierda
color con el tiempo. El jade tipo C se blanquea químicamente, y su color se
mejora con un pigmento.
1.
Pide al
tasador una copia escrita con el valor del objeto. Esto te asegurará que los
potenciales compradores sepan que tu pieza vale lo que les dices.
2.
Decide el
precio para tus objetos de jade basándote en las tasaciones que has recibido.
Busca vendedores en Internet y en sitios de remates para verificar los precios
actuales de las piezas de jade.
3.
Decide dónde
vender tu jade. Las tiendas de joyas y antigüedades pueden estar interesadas en
vender tu objeto en consignación. Si el jade es antiguo y de alta calidad, las
tasas de remates internacionales pueden estar interesadas, ya que el jade se ha
vendido por precios extremadamente altos en China en años recientes. Si tus
objetos son de menor calidad, intenta venderlos en el mercado de usados o a
través de los avisos clasificados en el periódico o en Internet.