KARMELYNDA VALVERDE |
De
ella, sin lugar a equivocaciones, se puede decir que es ‘’una guerrerense,
nacida en Michoacán’’. Y la neta no podría ser de otra forma, cuando ha sido
compañera de vida por más de 30 años de un guerrerense de pura cepa; y ha
vivido en sentimiento propio el amor que desde siempre su esposo ha sentido por
su estado, su tierra y su gente.
Y
vaya que sí. ¿Quién no recuerda a ese entonces espigado jovencito, inteligente,
amable y muy sonriente, que siempre con el corazón puesto en su entrañable
Ometepec, recolectaba ropa y zapatos en sus tiempos de estudiante en Mexicalpán
de las tunas, para traerlos a regalar a sus coterráneos con necesidad de un
nuevo cambio de ropa?.
Claro,
Ángel Heladio lo hacía (Layo, como lo llamamos entrañablemente sus paisanos
ometepequenses). Así como también siempre estuvo preocupado porque la juventud
de su pueblo tuviera acceso a entretenimientos deportivos y organizaba kermeses
en el D.F., para recaudar fondos y así poder organizar torneos de basketbol en
su entrañable bello nido.
Layo
concluyó su carrera de Economía, y pudiendo haber tomado otros rumbos alejado
de Guerrero, siempre cosquilleaba en su mente el recuerdo de su terruño, de su
estado y una sinfonía de sentimientos de amor y prosperidad para su pueblo y su
estado, se anidaba en su corazón. Al compartir su vida con Laura del Rocío,
compartió también su hermosa y profunda querencia por el estado y la región que
lo vio nacer.
Laura
del Rocío ama a Guerrero tanto como su esposo. Y esto no es solamente una pose
de ‘’Primera Dama’’ como las muchas poses que algunas esposas de Gobernantes
son aconsejadas a hacer para mantener sin abolladuras la imagen de sus esposos.
No, ella ama a los guerrerenses y lo ha demostrado con creces en las dos
ocasiones en que su esposo ha gobernado mi pozolero estado….y lo ha demostrado
también cuando Layo no ha estado en el poder.
Laura
del Rocío, desde diferentes trincheras ha estado siempre cerca de las mujeres
guerrerenses, de las amuzgas en
particular, pero así también de cada indígena, a las que lleva en su mente y en
su corazón, de las madres solteras, de las viudas, de las mujeres de la
tercera. Lo ha demostrado también en la preocupación constante por las clases
más desprotegidas. Le duelen los niños y las mujeres maltratadas. Le duelen los
obesos que engullen desesperados comida chatarra. Le duelen los jóvenes con problemas de drogadicción.
Prueba de ello es la infinidad de Programas de prevención para estos y muchos
otros problemas que afectan a la paisanada guerrerense, que el DIF estatal a su
cargo ha aplicado concienzudamente.
No
creo que ni mi paisano el Gobernador, ni
su esposa doña Laura, necesiten de plumas que los reivindiquen. Lo que si tengo
la certeza, es de que no son gente mal intencionada o con un corazón
petrificado para no condolerse ante las muchas necesidades de los guerrerenses.
Tenemos
un Gobernador que ama con todo su corazón al estado al que tiene el honor de Gobernar
por segunda ocasión. Gústele a quien le guste o disgústele a quien le disguste.
Pero esto es neta, como lo es también que tenemos a una ‘’Primera Trabajadora Social’’
que sin haber nacido en tierras guerrerenses, cumple con amor y dedicación su
encomienda.
Los
mitotes, los ‘’ñaca, ñaca’’ los ladridos de la jauría y la comezón en el
cicirisco de algunos perredianos zurumbacos, como el Diputado Tongolele, no son más que chillidos
de marrana flaca.
Doña
Laura del Rocío lo sabe, pues ha aprendido junto a su compañero de vida, a
saborear las satisfacciones que brinda, la entrega, la dedicación y el amor por
la vocación de servicio, en la desempeño del quehacer político. Pero ha
aprendido también a seguir con paso firme sin prestar oídos a las oficiosas
descalificaciones.
Ella
es amorosa, tierna, pero de carácter firme y muy valiente. Lo único que la dobla
son las injusticias...y la impotencia cuando hay cosas que rebasan su capacidad
de gestionar y brindar ayuda. Es una
verdadera guerrera. Y todavía tiene
mucho que dar a los guerrerenses, en los casi 15 meses que quedan de la
administración que encabeza su esposo, el gobernador de mi pozolero estado, don
Ángel Aguirre. ¡He dicho!